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Thursday, March 10, 2016

Cuba pide a Obama que abandone la idea de “fabricar” opositores políticos

Cuba pide a Obama que abandone la idea de "fabricar" opositores políticos
Posted on 9 marzo, 2016
Por Redacción CaféFuerte

El gobierno cubano solicitó al presidente Barack Obama que abandone "la
pretensión de fabricar una oposición política interna" y reiteró que el
restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos no significa
que desaparezcan las diferencias entreambos países respecto al tema de
los derechos humanos.

"Las profundas diferencias de concepciones entre Cuba y los Estados
Unidos sobre los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los
derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la
paz y la estabilidad mundial, entre otros, persistirán", indicó un
editorial aparecido este miércoles en el diario Granma.

La publicación del extenso editorial fija las posiciones del gobierno
cubano respecto al significado de la visita del presidente
estadounidense a la isla, exactamente a un mes de la llegada de Obama.
El artículo mencionó que la presencia de Obama en Cuba será del 20 al 22
de marzo, en una tácita rectificación de la fecha dada por la Casa
Blanca, que es a partir del 21 de marzo.

En beneficio de las dos partes

"De lo que se trata en nuestros vínculos con los Estados Unidos, es que
ambos países respeten sus diferencias y creen una relación ba­sada en el
beneficio de ambos pueblos", aseveró la declaración gubernamental,
reproducida en otros medios estatales. "Independientemente de los
avances que se puedan alcanzar en los vínculos con los Es­tados Unidos,
el pueblo cubano seguirá adelante".

En el texto, se insiste en que la normalización dde los vínculos entre
ambos países dependerá de que Washington levante el embargo, devuelva el
territorio ocupado por la Base Naval en Guan­tá­namo y elimine los
programas para la democratización en Cuba como parte de una política de
"cambio de ré­gimen" que -según el Granma- "tiene que ser
definitivamente sepultada".

A la vez se le reclama a Obama que cese el apoyo a la disidencia interna
y las transmisiones radiales y televisivas con destino a Cuba.

En otra parte del prontuario de reclamos, el documento dice que Cuba
espera que la visita de Obama consolide su vo­luntad de involucrarse en
un de­bate a fondo con el Congreso para el levantamiento del embargo y
que, entretanto, continúe haciendo uso de sus prerrogativas ejecutivas
para modificar su aplicación tanto como sea posible, sin necesidad de
una acción legislativa.

La Casa Blanca ha anunciado ya un cuarto paquete de medidas para
flexcibilizar las regulaciones del embargo, el cual pudiera anunciarse
el próximo 17 de marzo, en vísperas de la llegada de Obama a La Habana.

"De lo que se trata en nuestros vínculos con los Estados Unidos, es que
ambos países respeten sus diferencias y creen una relación ba­sada en el
beneficio de ambos pueblos", afirmó el editorial, que también pide un
cambio de la política migratoria de Estados Unidos hacia Cuba y que se
elimine la condición impuesta a los atletas cubanos de abandonar su
país para poder jugar en las Ligas de Estados Unidos.

El texto completo del editorial de Granma se reproduce a continuación.
CaféFuerte ha marcado en negritas las partes o fragmentos que considera
merecen destacarse :

LA VISITA A CUBA DEL PRESIDENTE BARACK OBAMA

Cuba ratifica su voluntad de avanzar en las relaciones con los Estados
Unidos, sobre la base de la observancia de los principios y propósitos
de la Carta de las Naciones Unidas y de los principios de la Proclama de
América Latina y el Caribe como Zona de Paz

El presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, realizará
una visita oficial a Cuba entre el 20 y el 22 de marzo próximos.

Será la segunda ocasión que un mandatario estadounidense llega a nuestro
archipiélago. Antes solo lo hizo Calvin Coolidge, quien desembarcó en La
Ha­bana en enero de 1928. Arribó a bordo de un buque de guerra para
asistir a la VI Conferencia Panamericana, que se efectuaba por aquellos
días bajo los auspicios de un personaje local de infausta memoria,
Gerardo Machado. Esta será la primera vez que un Presidente de los
Estados Unidos viene a una Cuba dueña de su soberanía y con una
Revolución en el poder, encabezada por su liderazgo histórico.

Este hecho se inserta en el proceso iniciado el 17 de diciembre de 2014,
cuando el presidente de los Consejos de Estado y de Mi­nis­tros de Cuba,
General de Ejército Raúl Cas­tro Ruz y el presidente Barack Obama,
anunciaron simultáneamente la decisión de restablecer las relaciones
di­plomáticas, rotas por los Estados Unidos casi 54 años antes. Forma
parte del complejo proceso hacia la normalización de los vínculos
bilaterales, que apenas se inicia y que ha avanzado sobre el único
terreno posible y justo: el respeto, la igualdad, la reciprocidad y el
reconocimiento de la legitimidad de nuestro gobierno.

Se ha llegado a este momento como resultado de la heroica resistencia
del pueblo cubano y su lealtad a los principios, la defensa de la
independencia y la soberanía nacionales, en primerísimo lugar. Tales
valores, no negociados en más de 50 años, condujeron al actual gobierno
de los Estados Unidos a admitir los daños severos que el bloqueo ha
causado a nuestra población y al reconocimiento del fracaso de la
política de abierta hostilidad hacia la Revolución. Ni la fuerza, ni la
coerción económica, ni el aislamiento lograron imponer a Cuba una
condición contraria a sus aspiraciones forjadas en casi siglo y medio de
heroicas luchas.

El actual proceso con los Estados Unidos ha sido posible también gracias
a la inquebrantable solidaridad internacional, en particular, de los
gobiernos y pueblos latinoamericanos y caribeños, que colocaron a los
Es­ta­dos Unidos en una situación de aislamiento in­sos­tenible. "Como
la plata en las raíces de Los Andes" -tal como expresara nuestro Hé­roe
Nacional José Martí en su ensayo "Nues­tra América"-, América Latina y
el Caribe, fuertemente unidos, reclamaron el cambio de la política hacia
Cuba. Esta demanda regional se patentizó de manera inequívoca en las
Cum­bres de las Américas de Puerto España, Trinidad y Tobago, en 2009, y
de Car­tagena, Co­lombia, en 2012, cuando to­dos los países de la región
exigieron unánime y categóricamente el levantamiento del bloqueo y la
participación de nuestro país en la VII cita hemisférica de Panamá, en
2015, a la que por primera vez asistió una delegación cubana, encabezada
por Raúl.

Desde los anuncios de diciembre de 2014, Cuba y los Estados Unidos han
da­do pasos hacia la mejoría del contexto bilateral.

El 20 de julio de 2015, quedaron oficialmente restablecidas las
relaciones diplomáticas, con el compromiso de desarrollarlas sobre la
base del respeto, la cooperación y la observancia de los principios del
Derecho Internacional.

Han tenido lugar dos encuentros entre los Presidentes de ambos países,
además de intercambios de visitas de ministros y otros contactos de
funcionarios de alto nivel. La cooperación en disímiles áreas de
beneficio mutuo avanza y se abren espacios de discusión, que permiten un
diálogo sobre temas de interés bilateral y multilateral, incluyendo
aquellos en los que tenemos diferentes concepciones.

El mandatario estadounidense será bienvenido por el Gobierno de Cuba y
su pueblo con la hospitalidad que los distingue y será tratado con toda
consideración y respeto, como Jefe de Estado.

Esta será una oportunidad para que el Presidente de los Estados Unidos
aprecie directamente una nación enfrascada en su desarrollo económico y
social, y en el mejoramiento del bienestar de sus ciudadanos. Este
pueblo disfruta derechos y puede exhibir logros que constituyen una
quimera para muchos países del mundo, a pesar de las limitaciones que se
derivan de su condición de país bloqueado y subdesarrollado, lo cual le
ha merecido el reconocimiento y el respeto internacionales.

Personalidades de talla mundial como el Papa Francisco y el Patriarca
Kirill describieron a esta isla, en su declaración conjunta emitida en
La Habana en febrero, como "un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo". El
presidente francés, François Hollande afirmó recientemente que "Cuba es
respetada y escuchada en toda América Latina" y elogió su capacidad de
resistencia ante las más difíciles pruebas. El líder sudafricano Nelson
Man­dela tuvo siempre para Cuba palabras de profundo agradecimiento:
"Noso­tros en África —dijo en Matanzas, el 26 de julio de 1991— estamos
acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar
nuestro territorio o subvertir nues­tra soberanía. En la historia de
África no existe otro caso de un pueblo (como el cubano) que se haya
alzado en defensa de uno de nosotros".

Obama se encontrará con un país que contribuye activamente a la paz y la
estabilidad regional y mundial, y que comparte con otros pueblos no lo
que le sobra, sino los modestos recursos con que cuenta, haciendo de la
solidaridad un elemento esencial de su razón de ser y del bienestar de
la humanidad, como nos legara Martí, uno de los objetivos fundamentales
de su política internacional.

También tendrá la ocasión de conocer a un pueblo noble, amistoso y
digno, con un alto sentido del patriotismo y la unidad nacional, que
siempre ha luchado por un futuro mejor a pesar de las adversidades que
ha tenido que enfrentar. El presidente de los Estados Unidos será
recibido por un pueblo revolucionario, con una profunda cultura
política, que es resultado de una larga tradición de lucha por su
verdadera y definitiva independencia, primero contra el colonialismo
español y después contra la dominación imperialista de los Estados
Unidos; una lucha en la que sus mejores hijos han derramado su sangre y
han asumido todos los riesgos. Un pueblo que nunca claudicará en la
defensa de sus principios y de la vasta obra de su Re­volución, que
sigue sin vacilación el ejemplo de Carlos Manuel de Céspedes, José
Martí, Antonio Maceo, Julio Antonio Me­lla, Rubén Martínez Villena,
An­tonio Guiteras y Ernesto Che Guevara, entre muchos otros.

Este también es un pueblo al que lo unen lazos históricos, culturales y
afectivos con el estadounidense, cuya figura paradigmática, el escritor
Ernest He­ming­way, recibió el Nobel de Literatura por una novela
ambientada en Cuba. Un pueblo que muestra gratitud hacia aquellos hijos
de los Estados Uni­dos que, como Thomas Jordan[1], Hen­ry Ree­ve,
Win­chester Osgood[2] y Fre­derick Funs­ton[3], combatieron junto al
Ejército Libertador en nuestras guerras por la independencia de España;
y a los que en época más reciente se opusieron a las agresiones contra
Cuba, desafiaron el bloqueo, como el Reverendo Lucius Walker, para traer
su ayuda solidaria a nuestro pueblo, y apoyaron el regreso a la Patria
del niño Elián González y de nuestros Cinco Héroes. De Martí aprendimos
a admirar a la patria de Lincoln y a repudiar a Cutting[4].

Vale recordar las palabras del Líder histórico de la Revolución Cubana,
el Co­mandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 11 de septiembre de 2001,
cuando afirmó: "Hoy es un día de tragedia para Estados Unidos. Ustedes
saben bien que aquí jamás se ha sembrado odio contra el pueblo
norteamericano. Quizás, precisamente por su cultura y por su falta de
complejos, al sentirse plenamente libre, con patria y sin amo, Cuba sea
el país donde se trate con más respeto a los ciudadanos norteamericanos.
Nunca hemos predicado ningún género de odios nacionales, ni cosas
parecidas al fanatismo, por eso somos tan fuertes, porque basamos
nuestra conducta en principios y en ideas, y tratamos con gran respeto
—y ellos se percatan de eso— a cada ciudadano norteamericano que visita
a nuestro país".

Este es el pueblo que recibirá al presidente Barack Obama, orgulloso de
su historia, sus raíces, su cultura nacional y confiado en que un futuro
mejor es posible. Una nación que asume con serenidad y determinación la
eta­pa actual en las relaciones con los Estados Uni­dos, que reconoce
las oportunidades y tam­bién los problemas no resueltos entre am­bos países.

La visita del Presidente de los Estados Uni­dos será un paso importante
en el proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales. Hay
que recordar que Obama, como lo hizo antes James Carter, se ha
propuesto, desde el ejercicio de sus facultades presidenciales, trabajar
para normalizar los vínculos con Cuba y, en consecuencia, ha realizado
acciones concretas en esta dirección.

Sin embargo, para llegar a la normalización queda un largo y complejo
camino por recorrer, que requerirá de la solución de asuntos claves que
se han acumulado por más de cinco décadas y que profundizaron el
carácter confrontacional de los vínculos entre los dos países. Tales
problemas no se resolverán de la noche a la ma­ñana, ni con una visita
presidencial.

Para normalizar las relaciones con los Estados Unidos será determinante
que se levante el bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca
privaciones al pueblo cubano y es el principal obstáculo para el
desarrollo de la economía de nuestro país.

Debe reconocerse la posición reiterada del presidente Barack Obama de
que el bloqueo tiene que ser eliminado y sus llamados al Congreso para
que lo levante. Este es también un reclamo mayoritario y creciente de la
opinión pública estadounidense, y casi unánime de la comunidad
internacional, que en 24 ocasiones consecutivas ha aprobado en la
Asam­blea General de las Naciones Unidas la resolución cubana "Necesidad
de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero im­puesto por
los Estados Unidos de América con­tra Cuba".

El mandatario estadounidense ha adop­tado medidas para modificar la
aplicación de algunos aspectos del bloqueo, que son positivas. Altos
funcionarios de su gobierno han dicho que están en estudio otras. Sin
embargo, no ha sido posible implementar una bue­na parte de las medidas,
por su alcance limitado, por la persistencia de otras regulaciones y por
los efectos intimidatorios del bloqueo en su conjunto, que ha sido
aplicado duramente por más de cincuenta años.

Resulta paradójico que, por una parte, el gobierno tome medidas y que,
por otra, arrecie las sanciones contra Cuba, que afectan la vida
cotidiana de nuestro pueblo.

La realidad sigue mostrando que el bloqueo se mantiene y se aplica con
rigor y con un marcado alcance extraterritorial, lo cual tiene efectos
disuasivos para las empresas y los bancos de los Estados Unidos y de
otros países. Ejemplo de ello son las multas multimillonarias que se
continúan imponiendo a compañías y entidades bancarias estadounidenses y
de otras nacionalidades por relacionarse con Cuba; la denegación de
servicios y el cierre de operaciones financieras de bancos
internacionales con nuestro país; y la congelación de transferencias
legítimas de fondos hacia y desde Cuba, incluso en monedas distintas al
dólar estadounidense.

El pueblo de Cuba espera que la visita del mandatario estadounidense
consolide su vo­luntad de involucrarse activamente en un de­bate a fondo
con el Congreso para el levantamiento del bloqueo y que entretanto,
continúe haciendo uso de sus prerrogativas ejecutivas para modificar
tanto como sea posible su aplicación, sin necesidad de una acción
legislativa.

Otros asuntos que son lesivos a la soberanía cubana también tendrán que
ser resueltos para poder alcanzar relaciones normales en­tre los dos
países. El territorio ocupado por la Base Naval de los Estados Unidos en
Guan­tá­namo, en contra de la voluntad de nuestro go­bierno y pueblo,
tiene que ser devuelto a Cu­ba, cumpliendo el deseo unánime de los
cu­ba­nos desde hace más de cien años. De­ben ser eliminados los
programas injerencistas di­rigidos a provocar situaciones de
desestabilización y cambios en el or­den político, económico y social de
nues­tro país. La política de "cambio de ré­gimen" tiene que ser
definitivamente sepultada.

Asimismo, debe abandonarse la pretensión de fabricar una oposición
política interna, sufragada con dinero de los contribuyentes
estadounidenses. Tendrá que ponérsele término a las agresiones radiales
y televisivas contra Cuba en franca violación del Derecho Internacional
y al uso ilegítimo de las telecomunicaciones con objetivos políticos,
reconociendo que el fin no es ejercer una determinada influencia sobre
la sociedad cubana, sino poner las tecnologías en función del desarrollo
y el conocimiento.

El trato migratorio preferencial que reciben nuestros ciudadanos, en
virtud de la Ley de Ajuste Cubano y de la política de pies secos-pies
mojados, causa pérdidas de vidas humanas y alienta la emigración ilegal
y el tráfico de personas, además de generar problemas a terceros países.
Esta situación debe ser modificada, como habría que cancelar el programa
de "parole" para profesionales médicos cubanos, que priva al país de
recursos humanos vitales para atender la salud de nuestro pueblo y
afecta a los beneficiarios de la cooperación de Cuba con naciones que la
necesitan. Asi­mismo, debe cambiarse la política que pone como condición
a los atletas cubanos romper con su país para poder jugar en las Ligas
de los Estados Unidos.

Estas políticas del pasado son incongruentes con la nueva etapa que el
gobierno de los Estados Unidos ha iniciado con nuestro país. Todas son
anteriores al presidente Obama, pero él podría modificar algunas de
ellas por decisión ejecutiva y otras eliminarlas totalmente.

Cuba se ha involucrado en la construcción de una nueva relación con los
Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía y comprometida con sus
ideales de justicia social y solidaridad. Nadie puede pretender que para
ello, tengamos que renunciar a uno solo de sus principios, ceder un
ápice en su defensa, ni abandonar lo proclamado en la Cons­titución:
"Las relaciones económicas, di­plomáticas con cualquier otro Estado no
podrán jamás ser negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una
potencia extranjera".

No se puede albergar tampoco la me­nor du­da respecto al apego
irrestricto de Cuba a sus ideales revolucionarios y an­timperialistas, y
a su política exterior com­prometida con las causas justas del mundo, la
defensa de la autodeterminación de los pueblos y el tradicional apoyo a
nuestros países hermanos.

Como expresó la última Declaración del Gobierno Revolucionario, es y
será inamovible nuestra solidaridad con la República Bo­livariana de
Venezuela, el gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro y el
pueblo bolivariano y chavista, que lucha por seguir su propio camino y
enfrenta sistemáticos intentos de desestabilización y sanciones
unilaterales establecidas por la Orden Eje­cu­tiva infundada e injusta
de marzo de 2015 que fue condenada por América Latina y el Caribe. La
notificación emitida el pasado 3 de marzo prorrogando la llamada
"Emer­gencia Na­cio­nal" y las sanciones, es una intromisión directa e
inaceptable en los asuntos internos de Venezuela y en su soberanía.
Aquella Orden debe ser abolida y esto será un reclamo permanente y firme
de Cuba.

Como señalara el General de Ejército Raúl Castro, "no renunciaremos a
nuestros ideales de independencia y justicia social, ni claudicaremos en
uno solo de nuestros principios, ni cederemos un milímetro en la defensa
de la soberanía nacional. No nos dejaremos presionar en nuestros
asuntos internos. Nos hemos ganado este derecho soberano con grandes
sacrificios y al precio de los mayores riesgos".

Llegamos hasta aquí, reiteramos una vez más, por la defensa de nuestras
convicciones y porque nos asiste la razón y la justicia.

Cuba ratifica su voluntad de avanzar en las relaciones con los Estados
Unidos, sobre la base de la observancia de los principios y propósitos
de la Carta de las Naciones Unidas y de los principios de la Proclama de
América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de
Estado y Gobierno de la región, que incluyen el respeto absoluto a su
independencia y soberanía, el derecho inalienable de todo Estado a
elegir el sistema político, económico, social y cultural sin injerencias
de ninguna forma; la igualdad y la reciprocidad.

Cuba reitera a su vez, plena disposición a mantener un diálogo
respetuoso con el Go­bierno de los Estados Unidos y a desarrollar
relaciones de convivencia civilizada. Convivir no significa tener que
renunciar a las ideas en las cuales creemos y que nos han traído hasta
aquí, a nuestro socialismo, a nuestra historia, a nuestra cultura.

Las profundas diferencias de concepciones entre Cuba y los Estados
Unidos sobre los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los
derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la
paz y la estabilidad mundial, entre otros, persistirán.

Cuba defiende la indivisibilidad, interdependencia y universalidad de
los derechos hu­manos civiles, políticos, económicos, so­ciales y
culturales. Estamos convencidos que es obligación de los gobiernos
defender y ga­rantizar el derecho a la salud, la educación, la seguridad
social, el salario igual por trabajo igual, el derecho de los niños, así
como el derecho a la alimentación y al desarrollo. Re­cha­za­mos la
manipulación política y el doble rasero sobre los derechos humanos, que
deben ce­sar. Cuba, que se ha adherido a 44 instrumentos internacionales
en esta materia, mientras que los Estados Unidos solo han suscrito 18,
tiene mucho que opinar, que defender y que mostrar.

De lo que se trata en nuestros vínculos con los Estados Unidos, es que
ambos países respeten sus diferencias y creen una relación ba­sada en el
beneficio de ambos pueblos.

Independientemente de los avances que se puedan alcanzar en los vínculos
con los Es­tados Unidos, el pueblo cubano seguirá adelante. Con nuestros
propios esfuerzos y probada capacidad y creatividad, continuaremos
trabajando por el de­sarrollo del país y el bienestar de los cubanos. No
cejaremos en la de­manda por el levantamiento del bloqueo que tan­to
daño nos ha hecho y hace. Per­sis­ti­re­mos en llevar adelante el
proceso de ac­tualización del modelo económico y so­cial que hemos
elegido, y de construcción de un socialismo prós­pero y sostenible para
consolidar los lo­gros de la Re­volución.

Un camino soberanamente escogido y que seguramente será ratificado en el
VII Congreso del Partido Co­mu­nis­ta, con Fidel y Raúl en la victoria.

Esta es la Cuba que dará respetuosa bienvenida al presidente Obama.

NOTAS
[1] Mayor General, Jefe del Estado Mayor del Ejército Libertador (1869).
[2] Comandante. Cayó en combate en el sitio a Guáimaro, el 28 de octubre
de 1896.
[3] Coronel artillero, a las órdenes de Calixto García.
[4] Personaje que en 1886 atizó el odio y la agresión contra México.

Source: Cuba pide a Obama que abandone la idea de "fabricar" opositores
políticos - Cafe Fuerte -
http://cafefuerte.com/csociedad/28258-cuba-pide-obama-abandone-la-idea-fabricar-opositores-politicos/

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