Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - El tomate ha desaparecido,
fresco o en conserva, cuando debía inundar las tarimas de los mercados,
debido a que la cosecha concluyó no hace mucho. ¿Qué ocurrió con el
alimento? Cientos de toneladas de la solanácea se pudrieron en campos y
centros de acopio.
Escasez de transporte, envases y falta de infraestructura industrial
incapaz de asimilar la abundancia de la cosecha, se señalan entre las
causas principales de las pérdidas.
Se perdieron insumos agrícolas, salarios, financiamientos y fuerza
laboral, y como dijo Orlando Gómez, presidente de la cooperativa
agrícola Niceto Pérez, de Güira de Melena, La Habana: 'Paga Acopio, pero
al final quien más caro lo paga es el pueblo que no lo puede comer.
También se pudren zanahorias, remolachas y cebollas''.
Hay otra pérdida irreparable, moral, como dijo Bartolo Rodríguez,
agricultor de 79 años: '' Da vergüenza tantos esfuerzos y sudor
malogrados''.
El viejo campesino, con pose de filósofo, recuerda un antiguo refrán en
desuso: ''La mujer del tomate es la tomatesa''. Significa que lo
sucedido está bien merecido, pero aclara: ''Inmerecido para el pueblo,
el más perjudicado.
''Hubo buena cosecha de tomate y otros productos. Ayudó en los
resultados la preparación de tierra y abonarlas a tiempo; y los
aguaceros que cayeron a tiempo. Más allá de problemas de transportación,
envase y desarticulación del proceso comercial e industrial perjudican
mucho las trabas oficiales, el burocratismo, la rigidez en la toma de
decisiones por los representantes locales del gobierno y los ministerios
de Agricultura, del Azúcar, Comercio Interior, Acopio y otros organismos
encargados de la producción'', concluyó Bartolo.
En ocasiones hubo suficientes camiones para extraer cargas de los
centros de acopio, pero no tenían permiso para recoger la producción a
punto de podrirse si esos camiones no tenían carga que llevar al
regreso. No pueden viajar vacíos ni siquiera en situación de emergencia
agrícola, como indicó Emilio López, funcionario agrícola de la Unión
Nacional de Acopio.
La producción tomatera fue estimada en 48 mil toneladas, pero se
sobrepasó en 2,29 por ciento.
El otro tomatazo lo dio otro experto, Orlando Gómez: ''Campaña tras
campaña se evidencia que el país no está preparado para industrializar
grandes volúmenes''.
Las fábricas de alimentos en conserva, grandes y chicas, funcionaban
eficientemente antes de 1959. Algunas maquinarias de aquella época aun
están activas. Entre ellas las de la planta La Conchita, en Pinar del
Río; Selecta, en Sancti Spíritus; La Ambrosía, en La Habana; Turkino, en
Holguín, y Los Atrevidos, en Remedios.
Oscar del Río, de Remedios, locutor de Radio Martí, da la nota
pintoresca sobre Los Atrevidos. Dice que tomó ese nombre comercial por
el atrevimiento de su propietario al instalar una industria conservera
en un pueblo pequeño alejado de la capital y de otras zonas
consumidoras. El atrevimiento resultó un éxito debido al volumen de
ventas y la calidad alcanzada en el país y el exterior". Era muy
agradable sentir en el pueblo el aroma que desprendía la pulpa de
guayaba mientras era cocinada''.
Tomates y otros productos también se deterioraban en los agros mercados,
pero no bajaban los precios.
Otro desatino oficial contribuyó a las grandes pérdidas, que cabalgan
sobre las espaldas de Liborio. Fue la orden de eliminar casi todas las
vendutas de los barrios que acercaban la mercancía al consumidor.
Criticable es también que, por el afán centralizador, no se concedieron
nuevas licencias a propietarios de vehículos que pudieron ayudar a
descongestionar los centros de acopio transportando mercancías.
Se avecinan cantidades importantes de plátanos y otras viandas a
cosechar ''sin que todavía hayamos salido del atolladero de los envases
ni tengamos disponibilidad de industrias'', afirma Herminio Ravelo,
funcionario de la agricultura.
El tomate ha sido siempre un alimento imprescindible en la cocina
cubana, pero se vende o está muy caro en las tiendas dolarizadas.
Una variedad, el tomate de cocina (solanum ramosum) se da silvestre.
Pequeño, de sabor muy peculiar, es muy empleado en ciertos guisos como
el aporreado, y algunos caldos. Desapareció hace años porque no se
siembra, y va camino de la extinción.
Rojo de vergüenza, sentenció el viejo Bartolo: ''Merecen buenos
tomatazos los culpables de que ahora no tengamos tomate.
cosanoalen@yahoo.com
Cuba: El tomatazo (10 July 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/julio09/10_C_1.html
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