Nuestro presidente Lugo asistió a la reunión del ALBA, un engendro de
Hugo Chávez, y allí se asoció a los izquierdistas latinoamericanos para
solicitar a los Estados Unidos –en la reciente Cumbre Iberoamericana– el
levantamiento del antiguo embargo económico que el gobierno de ese país
impuso a la dictadura castrista. Pero más allá del debate sobre el
origen, la oportunidad, duración, pertinencia, etc., de esa medida, lo
cierto es que el embargo fue de gran utilidad para que el castrismo
justifique su ruidoso fracaso en el desarrollo de la Cuba marxista, y de
paso para aplicar medidas represivas contra la población crítica al
régimen y justificar las flagrantes violaciones de derechos humanos en
la isla.
Nuestro presidente Lugo asistió a la reunión del ALBA (Alternativa
Bolivariana para nuestra América), un engendro de Hugo Chávez, y allí se
asoció a los izquierdistas latinoamericanos para solicitar a los Estados
Unidos –en la reciente Cumbre Iberoamericana de Trinidad y Tobago– el
levantamiento del antiguo embargo económico que el Gobierno de ese país
impuso a la dictadura castrista.
Caso curioso este del debate acerca del tal embargo, medida aplicada a
consecuencia de los desplantes amenazadores del régimen instalado en
Cuba por Fidel Castro, en 1959, cuando se declaró marxista leninista,
aliado de la Unión Soviética y enemigo militar de los EE.UU.,
disponiéndose a instalar una base de lanzamiento de cohetería soviética
en su territorio para amenazar directamente a su vecino del norte.
Fidel Castro se declaró enemigo frontal de los EE.UU., intentó vulnerar
la seguridad nacional de ese país, confiscó todos los bienes de
ciudadanos y empresas de esa nacionalidad, y después se quejó de que le
aplicaran una medida punitoria: el famoso embargo económico. Castro
quería que a pesar de todo lo que dijo e hizo, los EE.UU. siguieran
favoreciéndole con apertura de mercado a los productos cubanos,
asistencia crediticia y tecnológica, otorgándole respaldos y avales
internacionales incondicionalmente. Hay cosas tan extrañas en la
mentalidad castrista que sorprenden todavía hoy.
Pero más allá del debate sobre el embargo, su origen, oportunidad,
duración, pertinencia, justificación, etc., y pese a que de vez en
cuando "exijan" su levantamiento, como ocurrió ayer en La Habana en el
Día de los Trabajadores, lo cierto es que el mismo fue de gran utilidad
para que el castrismo justifique su ruidoso fracaso en el desarrollo de
la Cuba marxista, y de paso para aplicar medidas represivas contra la
población crítica al régimen y justificar las flagrantes violaciones de
derechos humanos en la isla. El marxismo en Cuba no solamente la estancó
en el tiempo, sino que la hizo retroceder. Aun bajo la dictadura de
Batista, fue económicamente más próspera que bajo la de los Castro,
relación que puede obtenerse de los informes de organismos
internacionales no comprometidos en el enfrentamiento ideológico.
Por enésima vez vuelven al seno de los debates de la Organización de
Estados Americanos los pedidos de levantamiento del embargo
norteamericano a Cuba, a los que, por enésima vez también, EE.UU.
responde que no tiene inconvenientes en levantarlo si el férreo régimen
de los hermanos Castro da alguna señal de avance en materia de respeto a
los derechos humanos y de inicio de algún proceso de democratización en
la isla.
Pero resulta que el famoso embargo ya no tiene casi ninguna consecuencia
sobre la economía de Cuba, pues este país tiene abiertos todos los
mercados del mundo y recibe permanente asistencia financiera de
muchísimos gobiernos del Primer Mundo, a los que hay que agregar el
petróleo que graciosamente le obsequia Hugo Chávez, y otras ayudas
especiales como la financiación de la "operación milagro" y artilugios
similares diseñados y ejecutados para aliviar el gravísimo problema del
desempleo de profesionales médicos y docentes cubanos.
Puede presagiarse con facilidad, por consiguiente, que el embargo a Cuba
no será levantado. Es demasiado útil para la justificación del fracaso
histórico del único régimen marxista leninista latinoamericano como para
que los Castro se permitan prescindir de él. No se harán gestos de
apertura en Cuba, no se liberarán a los numerosos presos políticos, no
se dejará salir libremente del país o entrar a él a sus ciudadanos, no
se levantarán las restricciones a las iniciativas privadas. Nada de
esto. Ni hablar de libertad de prensa, liberar a periodistas y políticos
presos, de libre acceso a Internet y otras medidas que permitan a los
cubanos enterarse con amplitud de estos beneficios vigentes en los
países democráticos.
Pero, eso sí, los Castro continuarán despotricando contra los EE.UU. y,
al mismo tiempo, rogando que les abran sus mercados, porque sin él no
pueden aspirar a ningún progreso económico.
El nuevo presidente estadounidense, Barak Obama, hizo una señal de buena
voluntad hacia la dinastía de los Castro: liberó las remesas de dinero
que los cubanos y sus descendientes –que viven, trabajan y, en general,
prosperan notablemente en los EE.UU.– desean enviar a sus indefensos
parientes de la isla, y también los viajes de estos a Cuba. De modo que
ahora se aliviarán gran parte de las crónicas angustias económicas del
pueblo cubano. Vivirán mejor con la afluencia de los aportes de sus
parientes ricos, aunque su dignidad quede lesionada.
Pero el régimen castrista no se democratizará, no liberará a los presos
políticos, no aflojará el sistema policíaco que oprime las libertades
públicas, pues esto implicaría su caída en mucho menos tiempo del que
tomaría si no resigna su carácter de dictadura más longeva, fosilizada y
brutal de América Latina. Los Castro no tomarán ninguna medida que
permita el levantamiento del embargo, pues si esto ocurriera, se
quedarían sin su principal argumento para seguir manejando con
brutalidad la batuta en la isla y oprimiendo al pueblo.
Y así, el embargo norteamericano, hoy ya más simbólico que efectivo, no
será levantado. Hay, pues, pretexto castrista para rato, propaganda del
tipo "David contra Goliat" para seguir llenando muchos carteles
publicitarios. Y los Chávez, Morales, Correa, Ortega, y ahora también
Lugo, tendrán el placer de poder continuar "exigiendo" el levantamiento
de la medida en cuantos encuentro, reunión, cumbre, congreso o
asociación organicen por allí para que los bolivarianos del Siglo XXI
puedan hacerse el autobombo.
ABC Digital - Asunción, Paraguay, Sábado 02 de Mayo de 2009 - A los
Castro no les interesa el levantamiento del embargo a Cuba (2 May 2009)
No comments:
Post a Comment