Pages

Wednesday, January 17, 2007

Escritores encanonados

Posted on Sun, Jan. 14, 2007

CRONICA DE DOMINGO
Escritores encañonados
RAUL RIVERO

Madrid -- En los países ricos, donde el pan, el vino y los manjares
desbordan los manteles y la cubertería antes, durante y después de los
festejos del año nuevo, la gente se propone, en enero, adelgazar y
aprender idiomas. En Cuba se aspira a conquistar la libertad y los que
hacen --con su imaginación y sus desvelos-- más límpido ese sueño,
tangible y palpable sus rebordes, son los hombres que están en prisión.

Dentro de esa colonia abundante y variada de cubanos que de noche viaja
a las ciudades, a sus camas abandonadas, a los amores detenidos y visita
el pasado o hace dulces travesías al porvenir, hay una categoría
singular de personas: los escritores presos. Ellos salen también en
pleno día y rompen, como diría Heberto Padilla, con su pupila dura esa
guarida de astucias y terrones.

Allá en sus camastros, bajos los reflectores de la policía, observados
con minuciosidad hasta en las madrugadas que comparten con insectos,
quejas, fiebres y ruidos de cadenas, suelen llegar a la llanura de la
página en blanco sin vértigo ni duda. Con todas las pulsaciones de la
vida en la punta de grafito de los lápices o en la tinta coagulada del
bolígrafo.

Son hombres que después de muchos sufrimientos, de un trato continuado y
de tú a tú con la sed y con el hambre y una noción sobredimensionada de
los contenidos de las palabras ausencia y soledad, se creen inmortales y
poderosos porque consiguen escribir un soneto de amor o un solo verso
que los alumbre una semana.

Así pasa la vida de Luis Milán, un médico de Santiago de Cuba, que en
una cárcel de su provincia entra ya en el tercer libro poemas de su
vida. Unos poemas que quiere perfectos y precisos, con rimas asonantes
insólitas que él halla en la combinación de la lectura de los clásicos
españoles y los textos donde repasa los misterios de la vida humana.

En Camagüey, con una poesía escrita con menos rigor, pero un poco más
apasionada y con muchos aguaderos en la ironía, pasa su condena
Alejandro González Raga, un lector compulsivo que se lee con fruición
hasta las etiquetas de los pomos.

Se dice que Regis Iglesia, el más joven y renombrado representante del
periodismo alternativo cubano, acaba de terminar otro libro, en su celda
en un centro carcelario de Cienfuegos. El primero salió hace unos meses
en España y son textos misteriosos, místicos, profundos, que aparecieron
bajo el título de Historias gentiles antes de la resurrección.

En el Combinado del Este, el poeta y periodista Ricardo González trabaja
ya también en su tercer libro de poemas y parece que prepara, por
control remoto, otro cuaderno de crónicas, esas piezas descarnadas y
poéticas con las que aprendió a describir la realidad cubana. El año
pasado se presentó en Madrid su poemario Historia sangrada.

Hay otros escritores que salieron de las cárceles y viven en sus casas
bajo la amenaza de que les confisquen sus hojas de papel con las
historias y los testimonios de un tiempo que les han quitado a muchos
hombres y mujeres. Ahí están con sus versos y sus relatos Oscar Espinosa
Chepe, Jorge Olivera Castillo, Mario Enrique Mayo y Héctor Palacios. Y
en otras zonas de derrumbe, Miriam Leiva, Tania Díaz Castro, Luis Cino,
Víctor Domínguez, Juan González Febles, Abel Escobar, Oscar Ayala, Jaime
Leigonier y otras decenas de periodistas y escritores que trabajan cada
hora en la línea de fuego.

Ellos sí están en peligro. Cada noche alguien revisa sus expedientes,
apaga la luz y los vuelve a guardar. Hasta un día.

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/16455523.htm

No comments: