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Thursday, January 04, 2007

Bluff

POLITICA
Bluff
Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba - Enero (www.cubanet.org) - La conferencia de prensa
dada en Madrid por el médico cirujano José Luis García Zabrido, donde
informó que el Dr. Castro se encontraba en franco restablecimiento y que
podía volver a gobernar, tiene todas las características de las patrañas
a las que nos tienen acostumbrados los gobiernos autoritarios y sus
servicios de inteligencia, con el fin de ganar tiempo y presionar a las
fuerzas contrarias.

Sobre todo, porque el desarrollo profesional y la capacidad de
discernimiento de los médicos cubanos, que residen en la isla está fuera
de toda duda y la mayoría de las veces es superior -con menos
condiciones materiales profesionales y personales- que la de los galenos
extranjeros. Lo que hace innecesaria más allá de los protocolos, la
consulta a un anodino profesional no cubano sobre los padecimientos de
su primer comunista.

La historia poco creíble contada por el médico de la Comunidad de
Madrid, quien estuvo supuestamente en las cercanías del caudillo, habla
que el Dr. Castro de 80 años se recupera favorablemente de su última
operación, que no padece de cáncer de cólon y que estará pronto listo
para gobernar.

Esto no tendría mayor interés si no fuera por dos o tres puntos que nos
pondrían a reflexionar: Histórica manipulación de la información, la
desaparición de Castro de los medios de información en los dos últimos
meses y la extraña utilización de una fuente externa poco confiable.

Como sabemos, la censura y la ausencia de información son los
principales aliados de las dictaduras para lograr sus mezquinos fines y
permite a los servicios de inteligencia montar acciones pantallas para
ganar tiempo o desconcertar a los contrarios. En estas acciones de
inteligencia el gobierno cubano tiene sobradas experiencias. Primero las
que trajeron consigo los asaltadores del poder en 1959; luego las que
aprendieron de la KGB y la Estasi. De esa manera se construyó una
atmósfera de misterio y sigilo, de chantaje y compra de opiniones, que
alcanzarían para una enciclopedia de varios tomos.

El ejemplo público más cercano fue en el mes de octubre y estuvo
involucrado el Itamaratí y el mismo Presidente del Brasil. Ambos
aparecieron como "tontos de capirote", repetidores ingenuos del sistema
de inteligencia cubano.

Los del "aparato" pusieron en boca de Lula da Silva una información
tendenciosa y a corroborar sobre la muerte o mayor gravedad no
confirmada del enfermo. Luego de que los medios de comunicación y la
opinión pública internacional quedaron atrapados en la embocada
informativa, las autoridades cubanas -en una excelente maniobra de
relaciones públicas- se encargaron de desmentir de manera contundente
los rumores, presentando al enfermo, nada más y nada menos que un sábado
en horas de la tarde. De esta manera, el desmentido se amplificó, además
de mantenerse en estelares durante varios días.

En las actuales circunstancias, la necesidad primaria del gobierno de
sucesión es hacer olvidar la ausencia del Dr. Castro de los medios de
comunicación cubanos y de los faraónicos homenajes en su honor; además
de los importantes eventos celebrados en los últimos días.

En el primero de ellos estuvieron, según cifras oficiales, más de 1800
invitados internacionales, entre los que estaban dos presidentes en
funciones, un presidente electo, varios cancilleres, intelectuales y
Premios Nóbel. Y nadie pudo verlo.

Durante estas jornadas, el sucesor ha ido imponiendo gradualmente una
presencia cada vez mayor en el país, con intervenciones simpáticas y
carismáticas en los plenarios de la FEU y de la Asamblea Nacional del
Poder Popular, amplificados a toda la sociedad por los medios de
comunicación masiva.

El lanzamiento de una información a "tiro de parábola" sobre algo
definido como "secreto de estado", poniendo en boca de un oscuro médico
de hospital madrileño la recuperación de la salud del caudillo, libera
al gobierno cubano de dar una versión veraz y responsable sobre el
estado de salud de su presidente.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jan07/04a7.htm

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