Entre cuentas y dolores de cabeza
septiembre 26, 2014
Rosa Martínez
HAVANA TIMES — Evidentemente no todos los cubanos tenemos la misma
situación económica, pero lo que sí es seguro es que a la gran mayoría
el salario solo le alcanza para sobrevivir durante ocho o 10 días
(contando los alimentos de la canasta básica) y los restantes 20 días
del mes la pasan, como yo, haciendo actos de magia para adquirir los
productos de primera necesidad.
Aunque en Cuba nadie muere de hambre, proveer un familia con las tres
comidas fundamentales: desayuno, almuerzo y cena se vuelve un gran dolor
de cabeza, especialmente para los que trabajamos en el sector estatal, y
no tenemos contacto con la moneda dura cubana, o alguna otra proveniente
del exterior.
Pues ayer fue una de esas ocasiones que la despensa amaneció sin
siquiera un grano para preparar un arroz blanco y un potaje, una de las
comidas cubanas más comunes y gustadas, no solo por su fácil
elaboración, sino porque antaño era la más barata.
En realidad la situación era grave, pero no tanto, porque tenía en la
mano 50 pesos -50 MN, no vaya usted a creer ni por un segundo que eran CUC.
Cincuenta pesos cubanos (dos dólares) no es gran cosa ni siquiera en
Cuba, dirán los amigos lectores, y están en lo cierto, pero al menos es
más que nada, ¿verdad?, peor sería no tener ni comida ni un centavo.
Con mi fortuna en mano salí corriendo a luchar; mi niña mayor salía
temprano y debía apurarme para dejarle su almuerzo listo.
Saqué varias cuentas para ver cuál opción era la más económica y
productiva. Después de sumar, restar, multiplicar y dividir más de una
vez, me cansé. Aquello no daba para más que dos libras de arroz (10
pesos), dos de fríjol (30), dos y media de yuca (5) y dos aguacates (5).
Tantos cálculos me trajeron un dolor de cabeza enorme, sentía que el
mundo daba vueltas, como cuando uno acaba de montar las bicicletas
voladoras del parque de diversiones.
Lo bonito del caso era que había resuelto un gran problema, y mi cabeza
lo entendía muy bien, pero como ella es más inteligente que yo, seguía
doliendo, porque sabía que dentro de dos días tendría que pensar en lo
mismo.
Source: Entre cuentas y dolores de cabeza - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=99553
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