¿Mamá, qué cosa es un bisté?
Vaquerías abandonadas. Ferias ganaderas para extranjeros. Ubre Blanca 
una momia del pasado
lunes, marzo 31, 2014 | Reinaldo Emilio Cosano Alén
Antes de la revolución Cuba contaba con más de seis millones de cabezas 
de ganado vacuno, una vaca por habitante. Hoy, con el doble de 
habitantes, tenemos 3.6 millones de cabezas
LA HABANA, Cuba. – Al llegar Castro al poder, Cuba contaba con más de 
seis millones de cabezas de ganado vacuno, una vaca por habitante, el 
triple del promedio mundial de 0.32 bovino per cápita. Hoy, con el doble 
de habitantes, el país tiene 3.6 millones de cabezas. En 1958 se 
produjeron 2.6 millones de litros de leche diarios, casi medio litro por 
habitante. Pero en 2013, según la ONEI, se produjo solo un millón de 
litros diarios, la onceava parte de un litro per cápita.
Antes de la revolución, no había zona ganadera en Cuba que no tuviera su 
feria ganadera. Hoy ferias, rodeos, torneos, de vaqueros están camino de 
desaparecer arrastrados por el colapso de la ganadería. La de Rancho 
Boyeros, en La Habana, se mantiene para extranjeros. Pantalla turística 
para exhibiciones y venta de ejemplares.
El vaquero Juan Carlos del Sol Rivero, de 52 años, residente en Guanabo, 
comenta: "Desde muchacho me gustó la ganadería. Casi todos los fines de 
semana había feria en Sancti Spíritus, donde nací. Ahora dos veces al 
año. Las ferias, rodeos, torneos existen desde la colonia como 
demostración de fuerza del vaquero, sus habilidades con el ganado, 
estimular el desarrollo de la ganadería, que grandes y chicos disfruten 
del espectáculo. Hoy pocos campesinos, menos los jóvenes, quieren 
emplearse en la agricultura por malas condiciones laborales, sueldos 
bajos, demasiadas restricciones."
Lo corroboró el ministro Marino Murillo ante la Asamblea Nacional del 
Poder Popular: "Somos un poco más de 11 millones de habitantes de los 
cuales laboran 5 millones. De estos, solo 960 mil trabajan en el sector 
agrario. […] De esa cifra 300 mil no están vinculados directamente a la 
producción […] La agricultura solo aporta el 3% del PIB". Murillo 
remarca que Cuba importa el 70% de los alimentos y cerca del 50% 
corresponde a la alimentación animal.
Dice Del Sol: "Años atrás vendías al Estado la mayor parte de la leche y 
te vendían pienso con muchos nutrientes. Ahora ni un gramo, pero tenemos 
que venderle la leche. Las vacas casi no dan leche y los caballos ni 
tienen fuerza para jalar un carretón por falta de forraje y yerba por 
tanta sequía".
Horacio Marrero Viciedo, de 46 años, residente en Bajurayabo, Guanabo, 
expone: "Tenía veinte años cuando trabajé en la ganadería. Atendía 
reses, ordeñar vacas, pastoreaba, limpiaba establos. Otros domaban 
toros, vacas, caballos salvajes a los que nunca se les había tirado el 
lazo. Había muchas vaquerías cerca de mi casa hace diez años, y hasta 
había centros de ingeniería genética lográndose cruzamientos de cebú con 
holstein, F1, F2, F3. Ya eso ni se menciona, solo se ven vaquerías 
abandonadas, ocupadas por gente que no tienen donde vivir.
"Y no creas que en el campo todo era trabajo –agrega Horacio– había 
diversión, rodeos casi todos los sábados o domingos, torneos, juegos a 
caballo. Confieso, participaba más como espectador que concursante. Se 
necesita mucho valor, fuerza, habilidad para enlazar al torete, 
amarrarlo, derribarlo, cuidándote de las embestidas. En la carrera a 
caballo se ensarta la argolla con una uña. Cuelgan de una larga cinta. 
Nos entusiasmaba el aplauso del público desde las barreras, era el 
premio. Fiesta popular sana. Vallas y pistas de rodeo han desapareciendo 
en muchos lugares. ¿Ahora? Reunirnos varios vecinos y beber ron de mala 
calidad para escapar de las miserias".
Del Sol, retoma la palabra: "Era bonito ver los jinetes sobre hermosos 
caballos. Los jinetes cubanos nos diferenciamos de los extranjeros, 
principalmente de México y Colombia en cómo usar las espuelas. Ellos las 
clavan profundamente en el animal para sujetarse, no caer, correr con el 
brazo derecho suelto como mandan las reglas. Nosotros usamos espuelas 
con estrellas para que no penetren demasiado. Jineteamos amarrados a la 
silla y podemos soltar el brazo".
Ramona Muñiz Hernández, de 78 años, de origen campesino, residente en 
Tarará, Habana del Este, recuerda con melancolía: "Las jineteras 
–amazonas- no podíamos faltar en los torneos con nuestros vestidos 
anchos de colores vivos, con canciones y poemas para animar la fiesta. 
Todo se ha venido abajo".
Para comprender el desastre, en 1827 "habían 6,190 sitios dedicados a la 
crianza de ganado, cuyo número superaba el millón de reses (*)". Hoy, la 
ganadería cubana ha colapsado. Y sin ganadería las ferias agropecuarias 
no tienen razón de existir. Tampoco el gobierno podrá garantizar el 
prometido vaso de leche para cada cubano. Menos aún el bisté.
(*) Calixto C. Masó, Historia de Cuba, p.157, Ediciones Universal, 
Miami, Florida, 1968.
Source: ¿Mamá, qué cosa es un bisté? | Cubanet - 
http://www.cubanet.org/destacados/mama-que-cosa-es-un-biste/
 
 
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