Cuba apuesta por el pragmatismo
El Gobierno castrista impulsa nuevas reformas, con una nueva ley de 
inversiones extranjeras, aunque por ahora no se producen signos de 
apertura política
JUAN JESÚS AZNAREZ La Habana 28 MAR 2014 - 21:29 CET32
La nueva ley de inversión extranjera que hoy aprobará Cuba sintoniza con 
la cautelosa liberalización socioeconómica puesta en marcha hace tres 
años por el Gobierno de Raúl Castro: un proceso que se asienta en la 
gestión privada de los recursos estatales y en la progresiva sustitución 
del fracasado modelo soviético de planificación aplicado durante casi 
medio siglo.
Cuba, que busca ganar credibilidad en el mercado internacional de 
capitales, autorizará la entrada de inversión extranjera en todos los 
sectores menos en educación, salud e instituciones armadas, y 
establecerá exenciones tributarias: hasta el 50% de descuento en el 
impuesto a los beneficios de las sociedades mixtas. Aunque un tanto 
ambigua en este punto, la ley no descarta que los cubanos residentes en 
el extranjero puedan constituirse en inversores. Estados Unidos prohíbe 
a sus nacionales, incluidos los de origen cubano, invertir en la 
estratégica isla comunista, situada a 140 kilómetros de sus costas.
Al igual que las prohibiciones oficiales estrangularon durante decenios 
las potencialidades de la iniciativa privada, ahora en auge con 455.000 
emprendedores con licencia para serlo, el marco legal establecido en la 
ley de 1995 ha frenado la entrada de empresas y multinacionales 
acostumbradas a operar en economías de mercado con amplios márgenes de 
libertad. Las modificaciones que aprobará la Asamblea Nacional del Poder 
Popular son numerosas y aunque no eliminan irritantes cortapisas, ni se 
despejan todas las dudas, el nuevo texto incorpora incentivos. El 
objetivo es tratar de infundir confianza y seguridad jurídicas a los 
inversores interesados en las posibilidades de negocio de un país 
estructuralmente subdesarrollo, todavía por hacer, aceleradamente 
inmerso en unas liberalizaciones que se van alejando de la cerrazón y el 
dogmatismo ideológico.
La nueva ley de inversiones se integra en los denominados Lineamientos 
aprobados en abril de 2011: cerca de 300 medidas orientadas hacia la 
economía de mercado, que están transformando comportamientos y 
mentalidades. La reforma política quedó explícitamente descartada desde 
el principio, desde que arrancaron unas reformas visibles en el tono de 
las conversaciones escuchadas en La Habana, en los negocios privados y 
cooperativas de nuevo cuño, en las descentralizaciones económicas y 
administrativas experimentadas en la provincia de Artemisa, y también, 
en las crecientes apetencias consumistas, pero limitada capacidad 
adquisitiva, de los 11 millones de cubanos.
El régimen de partido único sigue intacto. "En Cuba no va a haber una 
reforma política, en Cuba estamos hablando de la actualización del 
modelo económico cubano, que haga nuestro socialismo sustentable y que 
tiene que ver con el bienestar de nuestro pueblo", subrayó el 
vicepresidente cubano, Marino Murillo, en una conferencia de prensa de 
marzo del 2012.
Obligado por el derrumbe de la URSS, a mediados de los ochenta, y la 
pérdida de los multimillonarios subsidios de la metrópoli comunista, el 
Gobierno debió recurrir en los años noventa a los inversores 
extranjeros, muchos de los cuales suspendieron sus emprendimientos en la 
mayor de las Antillas vencidos por las trabas burocráticas, la lentitud, 
los incumplimientos, los impagos y la corrupción. Algunos empresarios se 
marcharon denunciando favoritismo con las inversiones de Venezuela y 
China, principales socios comerciales y políticos de Cuba. En otros, las 
autoridades fueron las que decidieron no seguir con las asociaciones 
mixtas al terminar la fecha convenida en los contratos.
La isla caribeña necesita del capital extranjero para sustituir 
importaciones, especialmente en el sector alimenticio, y para acceder a 
las nuevas tecnologías, los mercados de exportación y de crédito. 
Difícilmente lo conseguiría si las cosas siguen como hasta ahora. La 
evolución de la inversión extranjera era descendente: más de 400 
empresas mixtas en el 2002, y la mitad un decenio después.
Brasil ha comprometido cerca de 1.000 millones de dólares (727 millones 
de euros) en la ampliación del puerto de Mariel, situado a 45 kilómetros 
de la capital, donde se creará una zona franca. Cuba reduce el 
intervencionismo estatal, pero salvo alguna enmienda de última hora en 
la ley, los empresarios extranjeros no podrán contratar directamente a 
sus empleados locales. La selección de personal suele efectuarse 
frecuentemente en procesos jalonados por las corruptelas y 
arbitrariedades, y depende en última instancia de una agencia oficial de 
empleo y dos ministerios.
El proyecto de ley que hoy refrendará el Parlamento probablemente no 
satisfaga a los inversores que reclaman más certidumbre y autonomía 
operativa, pero desde la percepción del Gobierno, refractario a las 
cesiones de soberanía, es un avance sustancial. Queda por saber si, en 
la práctica, las nuevas regulaciones permitirán a los socios extranjeros 
controlar más del 49% de las empresas mixtas, hasta ahora solo 
autorizado excepcionalmente.
La ley de 1995 exige, por otra parte, un impuesto del 30% sobre los 
beneficios y un 20% de la mano de obra, tasas que se reducen a la mitad 
o desaparecen en el proyecto de ley filtrado a la prensa. Se levantan 
engorrosas regulaciones bancarias y se permite a los inversionistas 
importar y exportar equipos directamente, sin depender de las empresas 
estatales.
A la espera de conocer sus detalles y alcance, una de las novedades más 
simbólicas y reveladoras será la que autoriza la entrada de cubanos 
residentes en otros países, que "podrán invertir como cualquier otro 
extranjero", hasta ahora casi imposible, según anticipó la revista 
OnCuba. "Se abren las puertas debido a la necesidad", dijo Hugo Cancio, 
dueño de una publicación que se distribuye en vuelos chárter entre 
Estados Unidos y la isla, y que recientemente entrevistó a Mariela 
Castro Espín, una de las hijas de Raúl Castro, directora del Centro 
Nacional de Educación Sexual de Cuba. "¿Quién mejor que los cubanos 
residentes en el exterior para invertir en nuestro país? ¿Quién lo haría 
con más entusiasmo y ahínco?", agregó Cancio.
Source: Cuba apuesta por el pragmatismo | Internacional | EL PAÍS - 
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/28/actualidad/1396037707_225279.html
 
 
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