AGRICULTURA
El mango en congreso
Ana Leonor Díaz, Grupo Decoro
LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - En Cuba se califica como 
"arroz con mango" a cualquier asunto confuso, absurdo o contradictorio, 
para destacar que algo no tiene lógica, a pesar de que al paladar hindú 
esta mezcla resulta lo más fino del arte culinario.
Ahora, en esta isla de lo real maravilloso, versión tropical de la 
fantasía y la ilusión, se ha celebrado un congreso del mango, al que 
fueron invitados productores de México y varios países caribeños.
La ciudad de Santiago de Cuba organizó el evento, al que la propaganda 
oficial calificó de "científico". Ciertamente, en las afueras de la 
ciudad, en la zona de El Caney, se cultivaban los más sabrosos mangos de 
Cuba, especialmente las variedades bizcochuelo y toledo. Por el resto de 
la Isla se alzaban majestuosas las matas de mango de diferentes 
variedades. Hoy el mango es un manjar exótico y difícil de conseguir.
Y es que desde hace mucho tiempo comprar y comerse un mango en Cuba 
linda con la ciencia ficción. Sólo los turistas (o la nueva clase en el 
poder) tienen acceso a la fruta, que se vende, a veces, en los mercados 
de libre oferta. Asombrosamente, el precio de un mango equivale al de 
una manzana cultivada en los Estados Unidos, que el gobierno vende a 
seis pesos, unos 30 centavos de dólar.
Los árboles frondosos lo mismo daban sombra a los cafetales en las 
montañas, que a los bañistas en las playas. Y no había patio en las 
casas de campo, e incluso en las afueras de la ciudad, que no contara 
con una mata de mango de cualquier variedad.
Las fincas en las afueras de La Habana dedicadas al cultivo del mango y 
otros frutales sufrieron la tala inclemente, con el propósito de sembrar 
caña, café, o conseguir leña; y cinco sucesivos huracanes a partir del 
año 2001 arrasaron de oriente a occidente con plantaciones sembradas 70 
años atrás.
El mango no es un cultivo prioritario, pero escasea tanto como el arroz, 
el maíz, la malanga, el boniato y la yuca.
En Santiago de Cuba, donde los mangos del Caney fueron inmortalizados 
por Félix B. Caignet y el trío Matamoros, la producción de la fruta no 
es mejor que en el resto del país. Dos meses antes de celebrarse el 
"congreso del mango", los responsables de la agricultura se quejaron de 
que no podían abastecer ni siquiera a los tres hoteles más importantes 
de la ciudad, debido a que la empresa encargada de cosechar y distribuir 
la fruta no tenía transporte suficiente. De manera que el mango se 
perdió antes de comenzar el evento.
Hace diez años, un militar retirado residente en el municipio Arroyo 
Naranjo, en Ciudad de La Habana, recibió algunos fondos y una pequeña 
parcela de tierra sembrada de mangales con el propósito de elaborar un 
preparado líquido para distribuir gratis entre algunos enfermos de 
cáncer, previa presentación de un resumen de historia clínica, ya que al 
mango se le atribuyen ciertas propiedades curativas de la enfermedad.
En un reportaje transmitido por la televisión se entrevistaron a varias 
personas que desde la madrugada se acercan al almacén donde se prepara 
el producto, conocido como Vimana. El gobierno proyecta producirlo 
industrialmente en forma de tabletas.
En Cuba, un mango es una persona joven de buena presencia. De esa manera 
los más jóvenes llaman a otros para destacar las cualidades de una fruta 
cada vez más escasa. ¡Le zumba el mango!
http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/30a9.htm
 
 
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