Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - ''Al principio me intrigué,
no entendía por qué apenas establecía amistad con algún cubano, me
proponía matrimonio y manifestaba su deseo de vivir conmigo en China,
país lejano y con marcadas diferencias culturales".
Jazmín, de 20 años, estudiante china de español en Ciudad Tarará, no
salía de su perplejidad. Un compañero de estudios le dio la clave. Él y
otros estudiantes varones recibieron iguales propuestas de mujeres
cubanas y hasta de jóvenes homosexuales. "Supe entonces que muchos
cubanos quieren vivir en cualquier otra parte, hasta en China. El
interés es salir de Cuba y ven en el matrimonio esa oportunidad".
''A los pretendientes les digo: tengo novio, un joven de mi edad y de mi
aldea. Lo quiero mucho y él espera ansioso mi regreso para casarnos.
Siento desilusionar a esos cubanos. China tiene dos caras, una opulenta
y otra muy pobre. Vivo en el interior, en una aldea fronteriza con
Mongolia. Los aldeanos cruzan la frontera para realizar trueques. No hay
autos, buses. Solo muchas bicicletas. No la pasamos mal en Tarará,
aunque no todo es coser y cantar. La diferencia mayor está en la
alimentación. Podemos escoger varios platos. Entre ellos seis chinos. Se
comenta que en la elaboración no usan ingredientes legítimos. También
que se apropian de una parte. Nos gusta el pescado, los mariscos, los
vegetales, las frutas, escasos en Cuba".
Jazmín se refiere a que a veces se sirve la piña, el mango, el plátano,
en pequeñas cantidades. Entonces los empleados se les acercan, y en voz
baja les ofrecen las frutas a buenos precios. También ella junto a otras
compañeras salen de Tarará a vender o intercambiar alimentos enlatados,
jugos, jabón, champú, pasta dental, por dinero o artículos que necesitan.
Jazmín ya habla y escribe el español con soltura. Un pretendiente le
dijo: ''Si eres una china auténtica, ¿por qué tienes un nombre español?''.
''Jazmín es un nombre provisional –le explicó-, un truco de los
profesores cubanos. Como resulta difícil pronunciar nuestros nombres nos
rebautizan con otros parecidos a la fonética china, pero que corresponda
a cualidad u objeto bonito. ¿Sabes una cosa? Mi novio y yo decidimos que
nuestro hijo o hija se llamará Jazmín".
Cuba: Una china en Tarará (9 October 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/octubre09/09_C_2.html
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