Leonel Alberto Pérez Belette
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Muchas personas que acuden 
diariamente al consulado español son víctimas de extorsiones y estafas, 
obviamente toleradas, y aparentemente promovidas, por las autoridades 
cubanas.
A la una de la tarde la algarabía se torna insoportable a un costado del 
parque frente al museo Memorial Granma, en La Habana Vieja. Un centenar 
de personas se aglomeran en ese lugar para ratificar, una y otra vez, 
sus puestos en la lista, con el propósito de realizar trámites en el 
consulado español. Los interesados deben esperar durante varias jornadas 
antes de ingresar en la sede diplomática. Soportar el calor, las trabas 
y los enredos provoca que los ánimos se caldeen. Los más afectados son 
los que vienen de otras provincias.
La lista de espera para ingresar a la sede es controlada por algunos 
personajes, vecinos de la zona con reconocidos vínculos gubernamentales, 
los cuales no acuden al lugar para realizar diligencia alguna, sino para 
lucrar.
Algunos de los presentes me cuentan que los organizadores de la fila les 
habían pedido, por separado, determinadas sumas de dinero a cambio de 
ser atendidos en el día. Pude comprobarlo. Las sumas cobradas varían en 
dependencia de las gestiones a realizar. Entrar a recoger un pasaporte 
puede costar entre 15 y 30 pesos convertibles. Si se tiene en cuenta la 
gran cantidad de personas que acuden al lugar, es fácil imaginar las 
enormes ganancias que tienen los timadores.
Es imposible que tal actividad pase inadvertida para la policía, ya que 
se desarrolla ante la vista de decenas de uniformados y varias cámaras 
de vigilancia de la guarnición del Museo de la Revolución, de los 
cuerpos de protección del hotel Sevilla y de importantes centros 
laborales contiguos.
Curiosamente, argumentando el gran aumento de público, los guardias 
cubanos encargados de la seguridad de la embajada, desde hace unos meses 
exigen a los asistentes situarse bien lejos del edificio de la embajada. 
Como consecuencia, los hechos descritos ocurren a más de 200 metros de 
la entrada y quedan fuera del alcance de las cámaras que operan las 
autoridades españolas.
Hasta el momento ha sido imposible conocer la opinión de los 
funcionarios ibéricos. Y los maleantes siguen lucrando impunemente con 
la inocencia y desesperación de los cubanos, que ven en el pasaporte 
español su tabla de salvación.
Cuba: Estafa en la embajada (29 October 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/octubre09/29_C_5.html
 
 
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