Pan racionado y circo tropical
By ALINA FERNANDEZ REVUELTA
``Panem et circenses'' fue la expresión que usó el poeta romano Juvenal
para describir como el emperador Julio César distraía al pueblo de sus
prácticas políticas (las del césar, no las del pueblo) con mal trigo y
peor espectáculo. Con el tiempo la expresión pasó a ser un concepto de
gobernabilidad. Dirán ustedes: ¿quién en el siglo XXI practica semejante
fórmula de gobierno? ¿Alguna tribu perdida en el Sahara? Pues no, la
respuesta está, para variar, en Cuba, donde hace cincuenta años, una
mañana de enero, llego una revolución para quedarse.
Una de las primeras acciones de aquel proceso vertiginoso fue acabar con
las instituciones de la época y establecer las propias. Así, se
desmembró la familia, cerraron las iglesias, desparecieron muchas
escuelas y la propiedad privada se fue a dormir el sueño eterno. Los
cubanos pasamos de ser personas a ser organizaciones de masa y para el
buen desarrollo de aquella masificación, se crearon los comités de
defensa de la revolución, los comedores obreros y, sobre todo, ese
rasero por el que todos éramos casi iguales: me refiero a la heroína más
vieja y estable de la revolución cubana y una de sus grandes
instituciones: la libreta de abastecimiento.
Un estado paternalista y sobre todo austero nos dosificó la comida a 5
libras de arroz, 4 de granos y 4 onzas de café mensuales, un tubo de
pasta tumbadientes con un jabón cada trimestre y un bistec cada tres
semanas. Y distribuyó la pobreza a partes iguales. Quien no se acuerda
de aquello es porque la edad no le alcanza. Las abuelas se volvieron
vegetarianas para guardarle el bistecito al nieto. El nieto apenas echó
dientes de leche porque la leche apenas existía, y ese mismo nieto
cuando creció se encontró con que lo que lo esperababa por la libreta
era una libra de masa cárnica (el menú básico se ha ido
metamorfoseando), que a su vez era mejor guardarle al menor de la casa
que, para variar, seguía falto de leche porque esa siempre ha brillado
por su ausencia. A los enfermos terminales la libreta les otorgó un
pollo extra, popularmente llamado Alicia Alonso en alusión a una
delgadez, comparable con la de la eximia bailarina.
La libreta ha reflejado incluso los afanes internacionalistas y fue así
como cedimos voluntariamente en los 60 una de las libras de arroz que
nos tocaban mensualmente, que cogió el rumbo de Vietnam y jamás volvió.
La libreta de abastecimiento, ese dios tutelar, jamás benévolo, rige
desde nuestros estómagos otras esferas de la vida y para eso cuenta con
su propia burocracia. Su sede se llama la OFICODA (oficina de control y
distribución de alimentos). Allí tiene que hacer cola un cubano si, por
ejemplo, la suegra lo bota de la casa (en la isla cuatro generaciones
viven bajo el mismo techo debido a la falta de vivienda, por lo que
muchos divorcios se deben a antipatias y odios de parientes políticos).
Tras horas, o días, de infinito papeleo, el cubano al fin puede mudarse
con lo que es un requisito indispensable para un traslado de casa: la
libreta!
Y si lo que quiere es cambiar de ciudad, ni le cuento. Lo que sí le
puedo asegurar es que la OFICODA informa del cambio de domicilio al
comité de defensa, al centro de trabajo y a la policía. Aunque sirva
para fortalecer la estricta vigilancia que se ejerce sobre cada
ciudadano, masificado o no, y sus movimientos, la libreta no es un
documento oficial y sólo puede usarse en una sola bodega, previamente
designada. De manera que ni piense en comprar el huevo que le toca en
Varadero si usted reside en La Habana.
¡Ser cubano es una carrera que lleva mucha práctica!
Noticias recientes indican que el régimen cubano abandona su práctica de
controlar dictaminando sobre los jugos gástricos y elimina la libreta.
El castrismo ya ni siquera es estalinismo y mucho menos aplica lo
enunciado por Juvenal. El ``socialismo'' falta a sus compromisos y
quienes ven un paso del paternalismo fidelista al pragmatismo de Raúl
Castro se equivocan. La razón es más simple: el régimen ha reformulado
su concepto de gobernabilidad: para Cuba, ¡ni pan ni circo!
Comentarista radial, hija de Fidel Castro.
Reside en Miami.
ALINA FERNANDEZ REVUELTA: Pan racionado y circo tropical - Columnas de
Opinión sobre Cuba - El Nuevo Herald (16 October 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/566926.html
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