La Habana
EL PAÍS - Madrid - 04/09/2011
El Gobierno cubano ha retirado la credencial de prensa al corresponsal
de EL PAÍS y la cadena SER en La Habana Mauricio Vicent, quien en los
últimos 20 años ha cubierto para este diario los principales
acontecimientos informativos que han tenido lugar en la isla. Mauricio
Vicent fue convocado recientemente por el Centro Internacional de Prensa
(CPI), dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba,
donde se le informó de que no sería renovada su credencial de trabajo,
imprescindible para ejercer la labor de corresponsal, en virtud del
artículo 46 de la Resolución 182, del año 2006, que regula el ejercicio
de la prensa extranjera.
Dicho artículo establece que podrá ser retirado temporal o
definitivamente el permiso de trabajo a un periodista cuando el CPI
considere que "ha faltado a la ética periodística y/o no se ajuste a la
objetividad en sus despachos". Funcionarios de dicho centro argumentaron
que el corresponsal de EL PAÍS ofrece desde hace tiempo "una imagen
parcial y negativa" de la realidad cubana, lo que se ha "agudizado" en
los últimos tiempos, hasta el punto, siempre según los funcionarios
cubanos, de influir en la línea editorial del periódico, por lo que han
decidido retirarle definitivamente la credencial de trabajo.
EL PAÍS, según un portavoz de la dirección, considera que la cobertura
periodística de su corresponsal en La Habana es un ejemplo de
profesionalidad, imparcialidad y equilibrio, y está avalada por una
larga trayectoria. Por todo ello, EL PAÍS rechaza enérgicamente las
acusaciones del régimen cubano y considera que la decisión de retirar la
acreditación de Mauricio Vicent es un atentado contra la libertad de
expresión e información, además de evidenciar la incapacidad del régimen
cubano para comprender el papel de los medios de comunicación, en
particular de un medio extranjero. EL PAÍS reafirma su compromiso de
seguir informando de cuanto suceda en Cuba con el mismo rigor, respeto e
independencia que hasta ahora ha desarrollado.
Desde hace un año las autoridades cubanas se negaban a renovar la
acreditación oficial del corresponsal de EL PAÍS, por lo que este no
podía asistir a ninguna conferencia de prensa ni actividad
institucional. Pese a ello, le permitían seguir publicando sus
artículos. En estos momentos, el CPI ha prohibido expresamente a
Mauricio Vicent publicar más informaciones desde Cuba. No es la primera
vez que el Gobierno cubano impide a periodistas extranjeros realizar su
trabajo. En el pasado retiró sus credenciales a otros profesionales en
la isla, entre ellos Gary Marx, corresponsal del diario estadounidense
Chicago Tribune; Stephen Gibbs, de la BBC, o César González-Calero, del
periódico mexicano El Universal. Todas estas medidas represivas se
adoptaron en febrero de 2007.
La ministra de Asuntos Exteriores de España, Trinidad Jiménez, y el
embajador español en Cuba, Manuel Cacho, han realizado, sin éxito,
diversas gestiones diplomáticas ante la Cancillería cubana, a la que
expresaron su total desacuerdo con la medida. Las autoridades cubanas
han reiterado una y otra vez al Gobierno español que la decisión es
irrevocable, con el argumento de que el veto es contra la persona de
Mauricio Vicent y no contra EL PAÍS ni la cadena SER. La dirección del
periódico considera este argumento inaceptable. Es EL PAÍS el que, desde
la profesionalidad y el rigor, decide quiénes son sus corresponsales. El
Gobierno español, desde el respeto a la soberanía de Cuba, considera que
la decisión de retirar la acreditación a Vicent no contribuye a mejorar
las relaciones entre Madrid y La Habana, además de perjudicar la imagen
de Cuba en el mundo.
La retirada de la acreditación a Mauricio Vicent se produce poco tiempo
después de que las autoridades de Irán hicieran lo propio con Ángeles
Espinosa. Los motivos fueron básicamente los mismos. Después de una
larga permanencia en Teherán, y pese a ser considerada como una de las
mejores y más rigurosas periodistas de la zona, la Oficina de Prensa
Extranjera decidió retirarle la acreditación. El detonante fue una
entrevista con el hijo de un gran ayatolá disidente y su cobertura del
caso Ashtianí (la mujer condenada a muerte acusada de adulterio y de
complicidad en el asesinato de su esposo).
Mauricio Vicent, de 47 años, realizó estudios de derecho en la
Universidad Complutense de Madrid y es licenciado en Psicología por la
Universidad de La Habana. Está casado en Cuba y tiene dos hijos. En 1998
obtuvo el premio al mejor trabajo periodístico en el extranjero,
concedido por el Club Internacional de Prensa, y en 1999 fue finalista
del premio Cirilo Rodríguez de periodismo. Es autor del libro de
entrevistas Los compañeros del Che, con fotografías de Francis Giacobetti.
Su cobertura para EL PAÍS en La Habana comenzó en 1991, tras el derrumbe
del campo comunista y la desintegración de la antigua Unión Soviética,
que provocó la peor crisis en la historia de Cuba. Desde entonces ha
informado de los principales acontecimientos sucedidos en la isla, entre
ellos, la crisis de los balseros del año 1994; el proceso de reformas
económicas de los años noventa; el histórico viaje del papa Juan Pablo
II, en 1998; el encarcelamiento de 75 opositores al régimen en la
primavera de 2003 o la reciente enfermedad de Fidel Castro y su sucesión.
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