La coartada del embargo
Oscar Espinosa Chepe
El lastimoso espectáculo sobre el llamado bloqueo a Cuba por Estados 
Unidos, repetido año tras año, comenzó el 14 de septiembre con la 
acostumbrada conferencia de prensa en el Ministerio de Relaciones 
Exteriores. Este vigésimo show tiene como siempre por objetivo hacer una 
campaña de propaganda con motivo de la presentación de un proyecto de 
resolución titulado "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, 
comercial y financiero, impuesto por los Estados Unidos de América 
contra Cuba", que será sometido a votación en la Asamblea General de la 
ONU el 25 de octubre.
En esta ocasión, la conferencia de prensa fue dada por el viceministro 
de Relaciones Exteriores Abelardo Moreno, en vez del titular que lo ha 
hecho todos los años. La disminución del perfil del ponente podría 
indicar el agotamiento de esta maniobra y su pérdida de credibilidad. El 
funcionario repitió los manidos y gastados argumentos, señalando que los 
daños a la economía cubana, causados por el supuesto bloqueo de Estados 
Unidos ascienden a 975 mil millones de dólares, sin brindar elementos 
sobre como surgió tan voluminosa cifra. En lugar de esto expresó a 
título personal, con un alto grado de autosuficiencia, que los daños del 
"bloqueo" rebasaban los mil millones de dólares.
Desde ahora comenzará una amplia propaganda en el país para tratar de 
demostrar que el desastre nacional y el hecho de estar al borde del 
precipicio, como señalara el presidente Raúl Castro, son consecuencias 
del embargo norteamericano y de las maquinaciones de Estados Unidos 
contra Cuba. Dejan a un lado que ese país, según las estadísticas 
cubanas, es el quinto socio en el comercio de bienes, habiendo exportado 
desde 2001 más de 4.0 miles de millones de dólares a la isla. A su vez 
es el primer exportador de alimentos desde hace años. En las tiendas de 
venta en divisas pueden encontrarse productos de todo tipo, incluyendo 
carnes de pollo y cerdo, confituras, cereales, manzanas, arroz, leche 
polvo y una larga lista de otros productos. Asimismo, Estados Unidos es 
la principal fuente de remesas, por un monto estimado en alrededor de 
$850 millones anuales. Además, producto de las medidas flexibilizadoras 
implantadas por el presidente Obama, ha ocupado el segundo lugar en el 
origen de los visitantes, en particular miembros de la comunidad 
cubanoamericana, que ascendieron a más de 327,000 en 2010.
En realidad, todavía quedan muchos absurdos obstáculos interpuestos 
entre las relaciones de ambos países, que deberán vencerse para que las 
relaciones económico-comerciales fluyan normalmente. Pero sí resulta 
evidente que es una completa falacia la propaganda oficial de culpar de 
la crisis que consume la sociedad cubana desde hace tantos años a las 
dificultades en las relaciones con el vecino del norte.
A partir de la mencionada conferencia de prensa todas las penalidades 
del pueblo cubano y de la calamitosa situación afrontada por la 
población serán achacadas al famoso bloqueo. Si no hay comida, la culpa 
la tiene el bloqueo; si el transporte no funciona, la culpa la tiene el 
bloqueo; si los hospitales y escuelas están en un estado deplorable y la 
industria nacional no sobrepasa el 43.0% del volumen de producción del 
año 1959, la culpa la tiene el bloqueo; si el país aceleradamente se 
autodegrada material y espiritualmente, ello es consecuencia del 
bloqueo; si el país es hoy más dependiente del exterior que antes de 
1959, es producto del supuesto bloqueo. Y así un rosario interminable de 
problemas y desgracias que tratan de justificarse con la coartada del 
bloqueo, cuando son el resultado de la obstinada aplicación de un modelo 
económico, político y social disfuncional que ha llevado a Cuba al caos.
Habría que preguntar quién fue el culpable de la destrucción de la 
industria azucarera cubana, y de que hoy el monto de las zafras 
equivalga a lo obtenido a finales del siglo XIX; a quién se le ocurrió 
la Ofensiva Revolucionaria de 1968, cuando se destruyó la pequeña 
iniciativa privada, que ahora se pretende rehabilitar; quién promovió el 
latifundio estatal e hizo a Cuba dependiente en un 80.0% de la compra de 
alimentos en el exterior; quién destruyó la ganadería; quién inventó los 
maestros emergentes e integrales y trazó una política de subestimación 
de los técnicos medios y trabajadores calificados; quién ha fragmentado 
la sociedad cubana e impuesto un sistema de dualidad monetaria, promotor 
de diferencias sociales. La lista sería interminable, pero la respuesta 
es una sola. El totalitarismo ha causado el caos. Debería hacerse una 
valoración de los daños enormes que este sistema ha hecho en más de 52 
años y dejar de buscar el enemigo en el exterior.
Con un bloqueo ficticio, el régimen ha tratado siempre de justificar el 
desastre nacional y utilizar el argumento de la supuesta agresión 
externa para reprimir a quien intente protestar. Los regímenes 
totalitarios necesitan un enemigo externo para cultivar el odio y un 
nacionalismo insano para implantar el terror y un clima de miedo. 
Lamentablemente, en ocasiones las administraciones norteamericanas 
facilitaron este pretexto utilizado para engañar sobre todo a la opinión 
pública internacional.
La coartada del embargo ha sido y es oxígeno para el gobierno cubano. 
Muchos ejemplos se podrían citar para demostrarlo. Últimamente, con el 
fin de contrarrestar las inteligentes decisiones de la Administración 
Obama e impedir que el Congreso levantara las prohibiciones a los 
norteamericanos para viajar a Cuba, que tuvieron ciertas posibilidades 
de materializarse antes de las elecciones de medio término en noviembre 
del 2010, fue artificialmente creado el incidente de la detención de 
Alan Gross con la intención de paralizar el mejoramiento de las 
relaciones entre ambos países. Ahora mismo, las autoridades cubanas han 
creado otra delicada situación con el fracaso de la visita del destacado 
político Bill Richardson, a quien luego de propiciar el viaje a Cuba, no 
dejaron visitar al contratista en la cárcel.
Si la comunidad internacional desea sostener una posición justa y 
equilibrada en la discusión del 25 de octubre en la Asamblea General de 
la ONU, al mismo tiempo de solicitar el término del embargo 
norteamericano a Cuba debería demandar a las autoridades cubanas que 
levantara el bloqueo impuesto a su pueblo durante décadas, que tantas 
penurias y miseria le ha causado.
Economista y periodista independiente cubano.
http://www.elnuevoherald.com/2011/09/30/v-fullstory/1034821/oscar-espinosa-chepe-la-coartada.html
 
 
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