Secretos que matan
By ROLANDO CARTAYA
``Esta ilusión de paraíso nos está matando'', dice Yoani Sánchez en su
blog Generación Y acerca de la reciente ola de enfermedades infecciosas
en la isla y el secretismo del gobierno de Cuba. Me disgusta emplear un
cliché, pero lo cierto es que la primera vez que entrevisté a Yoani
--poco después de su despegue como blogger a fines del 2007-- ``no pude
imaginar'' que Generación Y se convertiría en una de las bitácoras más
leídas del mundo. Y creo que tampoco ella.
Los merecidos reconocimientos de la revista Time, el diario El País y la
Universidad de Columbia han servido sin duda para potenciar la
exposición del drama cubano al ritmo de decenas de miles de visitas en
internet. Hoy no hay colega que visite la isla y se permita regresar sin
una entrevista con Yoani. La protección de que disfruta esta moderna
juglar ampara por otra parte un pujante movimiento de bloggers isleños,
en el que descuellan voces como las de Claudia Cadelo, Miriam Celaya,
Orlando Luis Pardo e Iván García.
¿Cuál es el secreto del éxito de Yoani? Creo que son esas cápsulas
concentradas suyas de cotidianidad. Intimas, modernas, de redacción
serena y expedita lectura componen, a brochazos, el óleo impresionista
de una realidad que había encontrado sus primeros cronistas creíbles con
la aparición de la prensa independiente, a mediados de la década de los
90. Si se hurga en ese catauro, se verá que muchos de los temas de Yoani
se reflejaron antes, con no menos lustre, en las páginas virtuales de
Cubanet, Nueva Prensa Cubana, Cuba Free Press o Cubaencuentro. Pero
entonces sólo llamaban la atención del exilio, las organizaciones
defensoras de la libertad de prensa y algunos diplomáticos. Consuela
pensar que esos valientes reportajes --por los que más de una veintena
de periodistas pagan largas sentencias de cárcel-- serán pauta obligada
para reconstruir la vida real en Cuba tras una larga página en blanco en
la que sólo se han colgado las postales paradisíacas de Granma y sus
ecos. Saludo y celebro el fenómeno blogger, pero hay algo que me
preocupa, y que no tiene que ver con ellos, los blogueros, sino con
todos los que vemos los toros desde la barrera.
Me preocupa que, como las modas, los blogs deslumbren hasta el punto de
olvidar que todavía se hace en Cuba un periodismo independiente tan
valioso para el conocimiento de la verdad como las estampas blogger,
aunque más dedicado a su investigación, más dispuesto a meter el pie en
la puerta del secretismo, aunque lo pierdan en el intento.
Ese compromiso lo acaban de demostrar jóvenes reporteros independientes
en las últimas semanas, en torno a a la propagación y las primeras
víctimas mortales en la isla de la gripe A H1N1.
Protegiendo el vital turismo y sus charreteras de potencia médica, el
gobierno cubano estuvo insistiendo hasta el viernes pasado en que no se
habían reportado en el país fallecimientos asociados a la pandemia.
Mucho antes, a mediados de septiembre, la periodista reglana Ainí Martín
Valero documentaba el deceso, en el hospital materno de San José de las
Lajas, de la joven Mariam García, de 23 años, y del bebé que llevaba en
su vientre. Alvaro Yero se había ido a la funeraria de Mantilla a
averiguar con los familiares de una estudiante de la secundaria Pablo de
la Torriente Brau cómo fue que falleció en camino al Instituto Pedro
Kourí. En el policlínico apenas le dieron una duralgina para la fiebre.
En Santa Clara, Yesmi Elena Mena se las arreglaba para vencer el miedo
de dos trabajadores del hospital Arnaldo Milián y obtener así doble
confirmación de que en ese centro también habían fallecido personas con
el virus H1N1. En El Roque, cerca de Colón, Matanzas, la dama de blanco
Alejandrina García verificaba el nombre de Yudanis Mejía Rodríguez, una
joven lugareña con siete meses de embarazo que había llegado de visita
de México, quien murió tras agravarse. ``Insuficiencia respiratoria'',
escribieron en el certificado de defunción. Después, Alejandrina supo
que habían fallecido otras dos mujeres en los poblados matanceros de
Martí y San José de los Ramos, y un joven en Triunvirato.
No por gusto se afirma que el derecho a la libertad de expresión es la
garantía de todos los demás derechos. En una entrevista que le hice,
Alejandrina se preguntaba cómo era posible que no le hicieran saber a la
población que esta enfermedad también estaba matando a cubanos, no sólo
a mexicanos y norteamericanos como mostraba la televisión. Estoy
convencido de que, de no ser por el trabajo de estos valientes
periodistas empíricos, aún no lo sabríamos. Y lo que es peor, no se
sabría en Cuba.
Periodista cubano.
ROLANDO CARTAYA: Secretos que matan - Columnas de Opinión sobre Cuba -
El Nuevo Herald (20 October 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/569542.html
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