Yandrey Lay Fabregat
22 de Junio de 2009
Hace poco la historia de Charlene Dumas llenó de horror a los lectores
de El Universal. Dumas, una madre haitiana de 16 años, sobrevive a base
de galletas de fango. Más de mil millones de personas se hallan en ese
estado y 32 naciones declararon situación de emergencia debido al
aumento de los precios en los comestibles.
Estados Unidos mientras tanto invierte un tercio de su cosecha de maíz
en producir biocombustibles. Por su fuera poco el año pasado un estudio
del New York Times reveló que el norteamericano promedio desperdicia el
30% de la comida que adquieren. Las cifras adquieren proporciones de
escándalo en el caso de la leche, los granos y los productos frescos.
Los países pobres gastan hoy el 80 % de sus ingresos en comprar
alimentos. La especulación mantiene los precios altos, casi al doble de
su cotización. Se calcula que un décimo del alza se debe a este
fenómeno. Muchos se enriquecen al acumular los granos para venderlos en
tiempos difíciles. En Tailandia, uno de los mayores productores de arroz
en el mundo, el ejército hace guardia en los campos para evitar los
robos masivos.
Cuba no se halla ajena a estos problemas. El país importa el 80 % de los
alimentos que consume. En el 2008 se invirtieron 2500 millones en este
sentido, hecho en el que también tuvo que ver las pérdida de 700 mil de
toneladas de productos por el paso de tres ciclones.
El año pasado nuestro Producto Interno Bruto anduvo por los 46 mil
millones de pesos (según estándares del 1997). La cifra de crecimiento
económico descendió a 4,3 %, dos puntos por debajo de lo que se
esperaba. Además, el país tuvo que invertir 10 mil millones en reparar
los daños causados por los tres huracanes y se hicieron erogaciones
multimillonarias para comprar arroz en Asia y harina de trigo,
adquiridos a precios por encima de los ya altos debido a la presión de
las leyes norteamericanas.
Decrecieron los ingresos por la producción del níquel.
Durante el 2008 el precio de la tonelada de níquel cayó desde los 53 mil
dólares la tonelada hasta los 9 mil. Por ese concepto se pierden más de
3 mil millones en divisa. Asimismo la situación internacional afectó los
mercados del azúcar, el tabaco y los mariscos, baluartes de la economía
cubana.
Gran parte de la población cubana desconoce estos datos. La gente no ve
la crisis en los mercados. Algunos argumentan: «Es la misma que hemos
vivido siempre». Sin embargo, nada es lo que parece.
El salario promedio en Cuba se encuentra en el orden de los 409 pesos o
17 CUC. Habría que agregarle el costo de los productos de la canasta
básica además de los beneficios de la salud, la educación y la
seguridad social. Si usted hace la cuenta le dará un número bastante
alto para un país pobre, pequeño y subdesarrollado.
La protección que el Estado brinda a los ciudadanos ha tenido un efecto
contraproducente: una cantidad notable de personas han decidido
abandonar el trabajo. Muchos comercian en el mercado negro o dependen de
las remesas familiares. Fenómeno que ha traído consigo una baja
productividad y deficiencias notables en el sistema económico.
Los problemas antes expuestos ocasionarán que en el 2009 la economía
cubana registre un crecimiento cercano al 2,5 %. Además, en los primeros
meses se ha comprado en el exterior cuatro veces más de lo que se
vendió. Ninguna casa se puede mantener sobre el supuesto de gastar más
de lo que se gana.
Cuba busca sustituir la importanción del 56 % del arroz que se consume
en el país.
A consecuencia de esto el país ha tomado medidas de emergencia. Ya se
está generalizando la siembra del arroz IACUBA-30, un grano rico en
hierro y zinc que podría evitar la anemia en embarazadas y niños. El
hecho forma parte de una estrategia dirigida a sustituir en el plazo de
cinco años la importación del 56 % del arroz que se consume en país.
Estos proyectos contempla además la siembra intensiva de tomates, cuya
pulpa se compraba en Mongolia, frijoles y frutas para reducir el monto
de las importaciones.
Potenciar la ganadería y la entrega de leche, cuyo programa ya rinde
dividendos, resulta otra de las líneas a seguir. También se ha hablado
bastante acerca de la producción de carne porcina que sustituye
importaciones dirigidas a la rama del Turismo y que en este año debe
alcanzar las 160 mil toneladas.
En lo que va de año la agricultura demostró que se pueden obtener
elevados rendimientos. Junto a las experiencias agradables en ese
sentido se detectaron fallas en el sistema de comercialización de los
productos. En los campos se perdieron producciones que debían tener una
salida o encontrarse planificadas.
Sin embargo no resulta suficiente con el compromiso de aumentar la
productividad en algunos sectores. También se precisó disminuir la
cantidad de alimentos que se entregan por la canasta básica. Unos, en el
caso de los granos, por falta de dinero para comprarlos en el exterior.
Otros, como la sal, por la necesidad de ofertarlos en el mercado
exterior para poder comprar lo que hace falta.
La canasta básica está garantizada a pesar de la crisis. (Foto: Bohemia)
El estado ha puesto su mano frente a cada una de las crisis. A pesar de
los problemas de precio y los ciclones, usted no tuvo que pagar el arroz
al doble, ni enfrentar la carencia de frijoles o harina de trigo. Cada
día vino el pan a la bodega y a principio de mes recibió los mandados.
Pero la cuenta común no da para más. Llegó la hora de apretarse el
cinturón. Sin embargo, usted sabe que se le quiere y que se haró lo
posible para minimizar los daños a su bienestar. Cuba buscará la
solución en la tierra sin que nadie precise comer galletas de fango.
Vanguardia comenta - Periódico Vanguardia - Villa Clara - Cuba (17
October 2009)
http://www.vanguardia.co.cu/index.php?tpl=design/secciones/lectura/vc.tpl.html&newsid_obj_id=17631
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