2009-10-11.
Juan Carlos Linares Balmaseda, Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- "¡Dan tremenda posta de pollo y cantidad
de arroz moro!". Ante una información así uno no es un cubano de a pié
si permanece indiferente. Y como buenos cubanos de a pié que somos
partimos en familia hacia el Acuario Nacional, donde nos aguardaba tan
buena oferta.
Mas, el transporte urbano estaba como es de costumbre, muy sazonado. Los
ómnibus abarrotados de pasajeros sólo se detenían fuera de la zona
establecida, evitando que montaran más. Algunas personas desesperadas
largaban la gandinga, corriendo cien o doscientos metros para intentar
atraparlos. Los taxis particulares también pasaban repletos. Si por
casualidad paraba uno, no llegaban a Miramar, donde radica el Acuario…
Sí, si algo hay que reunir aquí para aventurarse a salir a pasear con la
familia es valor…. Aunque también dinero para domar el potro salvaje del
transporte público.
Por la radio escuché recientemente la noticia de que muchos ómnibus
rusos comprados hace poco aguardan rotos por compresores de aire y
neumáticos. La voz del locutor parecía triunfal al recordarnos la
inevitable crisis mundial del capitalismo cerrando las fábricas rusas
donde los fabricaban.
Tras varias intentonas, al final logramos abordar una Yutong atestada de
pasajeros. Allí dentro el calor humano se traduce en una apretazón tan
solidaria que nadie tiene manera de caerse hacia ningún lado, pese al
esfuerzo conjunto de frenazos violentos, curvas cerradas y acelerones
excesivos.
Es lo común que muchos que montan disimulen para no pagar el pasaje, así
tiran en las alcancías cinco centavos, algunos veinte y otros un peso,
que son los que sacan la cara por todos los que no llegan a los cuarenta
centavos estipulados contribuyendo con el déficit.
Oficialmente se afirma que con el sistema de alcancías se recauda más
que con conductores-cobradores, pues entre ellos y los chóferes se
robaban buena parte de la recaudación; ahora se los roban los
recolectores en las terminales y choferes.
Bajo un bravo sol de mediodía llegamos al Acuario, donde el socialismo
reina mediante salvajes precios capitalistas. La entrada para mayores
cuesta 4 pesos y los menores, 2 y 3 para cada actividad con delfines,
focas o lobos marinos. Además, 4 pesos por cada función de los payasos
Lucho y Patilucho.
El almuerzo, aunque algo más barato que en la red gastronómica, igual de
escaso: un octavo de pollo por persona cuesta $3.50 y por igual precio
una pequeña ración de arroz moro. El resto del menú, que consistía en
chuleta de cerdo y refresco, a precios y cantidades comunes (es decir,
poco y caro), y las ofertas en divisa, igual de magras y caras que en
toda la Cuba a la que tenemos acceso. También la oferta de comida
italiana. Las chucherías de la cafetería eran lo que nos toca consumir a
los cubanos, caramelos, pan con mortadella o queso y refresco.
Bueno, no fue un día negativo, aunque con los mismos peces de año en
año, sin novedades de nuevas especies. ¡Y el regreso…! La misma ordalía,
con la diferencia de que en la ida uno se puede arrepentir, pero el
regreso es ineludible. La próxima visita será en casa de un vecino,
comiendo un pan con aceite y mirando su pecera.
EN EL ACUARIO NACIONAL - Misceláneas de Cuba (11 October 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=23580
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