9 de octubre de 2009, 05:25 PM
Por Jeff Franks
LA HABANA (Reuters) - Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han
mejorado bajo la presidencia de Barack Obama, pero los problemas
políticos y económicos internos que enfrentan ambos gobiernos están
retardando los esfuerzos por poner fin a medio siglo de hostilidades,
dijeron analistas.
Tanto para Obama como para el presidente cubano Raúl Castro, el cambio
en la relación está cargado de incertidumbre, un riesgo que prefieren no
correr en momentos en que enfrentan grandes retos internos, según expertos.
Algunos predicen que Obama podría aplazar cualquier iniciativa de cambio
importante en la política hacia Cuba hasta ganar un segundo mandato en
el 2012, en caso de lograrlo, para cuando ya no tenga que preocuparse
por ser reelegido.
Obama ha dicho que quiere "relanzar" las relaciones con Cuba después de
medio siglo de hostilidades mutuas, pero su Gobierno está enfrentando la
recesión mundial, dos guerras y una batalla política por conseguir una
reforma en el sistema de salud, en medio de una feroz oposición republicana.
Raúl Castro, un general de 78 años que reemplazó en la presidencia de la
isla a su enfermo hermano Fidel, de 83 años, está tratando de hacer
eficiente la economía de la isla, duramente golpeada por la crisis
económica global.
Castro ha impulsado algunas reformas políticamente sensibles en la
economía socialista para mejorar la productividad y aliviar los
cuantiosos costos de los gastos sociales.
"Es un período de exploración para ambas partes. No siento que ninguno
de los dos tenga prisa", dijo Phil Peters, vicepresidente de the
Lexington Institute en Arlington, Virginia.
La elección de Obama en el 2008 elevó las expectativas de cambio tras
ocho años de tensas relaciones entre el Gobierno cubano y su predecesor,
George W. Bush.
Tras asumir el cargo, Obama eliminó las restricciones para los viajes de
los cubano estadounidenses y el envío de remesas a la isla, reinició el
diálogo sobre temas migratorios y para el restablecimiento del correo
directo, interrumpido desde 1963 entre los dos países que están a 145
kilómetros de distancia.
Obama en cambio ha dicho que no levantaría el embargo comercial que
aplica su país a la isla desde hace 47 años, el tema más álgido en la
disputa, mientras el Gobierno de la isla no muestre avances en materia
de derechos humanos y políticos.
Los pasos de Obama han sido hasta ahora positivos, pero decepcionantes
para quienes esperaban más, incluyendo al Gobierno cubano.
Cuba culpa al embargo comercial de muchos de sus problemas económicos,
pero ha dicho que no negociará su soberanía.
JUGAR POLITICA SEGURA
"Estas medidas constituyen un paso positivo, pero extremadamente
limitado e insuficiente", dijo a fines de septiembre el canciller cubano
Bruno Rodríguez, en la ONU.
Los expertos señalan que las medidas de Obama hacia Cuba han sido
políticamente cautelosas y calculadas para no disgustar a los exiliados
anticastristas cubanos en Miami, de cara a las elecciones del 2012.
Aunque han perdido influencia política en los últimos años, parte de los
exiliados cubanos en Miami se oponen a cualquier acercamiento unilateral
a los hermanos Castro, siendo una poderosa fuerza política de apoyo al
Partido Republicano..
"Usted no quiere poner a prueba la tesis de que los cubanos de Miami son
necesarios para ganar en Florida. Ellos no son lo que eran hace 10 años,
pero siguen siendo influyentes", dijo Jonathan Benjamin-Alvarado, un
analista político de la Universidad de Nebraska, en Omaha.
No hacer nada para cambiar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos no
tiene costo político para Obama, y evitar "el ruido" de la oposición es
algo, agregó.
Obama renovó recientemente la ley que ampara el embargo comercial y a
comienzos de este año mantuvo a Cuba en la lista de países terroristas.
La Asamblea General de Naciones Unidas votará el 28 de octubre una
resolución anual de Cuba exigiendo que Estados Unidos ponga fin al
embargo, un documento que aunque no tiene carácter vinculante, ha ganado
el apoyo abrumador de la comunidad internacional por años.
Robert Muse, abogado y especialista en cuestiones de Cuba radicado en
Washington, dijo que cree que "a partir de ahora, los políticos de la
Casa Blanca han decidido que no van a hacer nada en relación con Cuba
porque la Florida será una elección apretada".
"Mi tesis es que la política sobre de Cuba terminó en este mandato, y
vamos a tener que esperar hasta el segundo mandato (de Obama), cuando
nos van a decir que estará libre para continuar actuando", destacó.
Eso podría ser una buena noticia para los dirigentes cubanos, que ven
ventajas y desventajas en caso de que mejoren las relaciones con los
Estados Unidos. Aunque denuncian constantemente el embargo, pueden no
tener prisa para verlo desaparecer por completo, dijo Benjamin-Alvarado.
"No creo que los cubanos quieran un cambio brusco, creo que quieren una
especie de transición gradual. Sería demasiado caótico si hubiera un
cambio brusco", dijo.
El fin del embargo, lo que exigiría la aprobación de una nueva
legislación por el Congreso estadounidense, "pondría inmediatamente la
responsabilidad de la economía sobre el Gobierno cubano", dijo Peters.
El Congreso de Estados Unidos tiene pendiente proyectos de ley que
buscan eliminar la prohibición de viajes de estadounidenses a la isla,
una votación que podría producirse pronto.
"Creo que el proyecto de ley sobre la liberalización de los viajes a
Cuba podría ser aprobado por la Cámara. Soy menos optimista sobre lo que
ocurra en el Senado, donde hay una gran oposición", dijo Wayne Smith, ex
jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, que
ahora trabaja en el Centro de para la Política Internacional de Washington.
(Editado por Javier Leira)
Desafíos internos ponen freno a acercamiento EEUU-Cuba - Yahoo! Noticias
(9 October 2009)
http://espanol.news.yahoo.com/s/reuters/091009/latinoamerica/latinoamerica_cuba_eeuu_22
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