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Monday, December 22, 2008

En bancarrota

En bancarrota

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Guadalupe Alonso tiene 67
años. Supervisor recién retirado del Ministerio de la Construcción. Es
natural de Colón, provincia Matanzas, pero vive en el reparto Santa
Elena, municipio capitalino de San Miguel del Padrón desde 1973. Nunca
pensó que sus ahorros fueran a consumirse en apenas unas horas, al
visitar por primera vez la "súper ferretería" Trasval, en el antiguo Ten
Cent, de Galiano y San Rafael.

Decidió esperar el nuevo año con su cocina-comedor reparada. Para ello,
salió a explorar cada una de las ferreterías de Ciudad de la Habana en
busca de una bolsa de cemento blanco y otros accesorios para emprender
la restauración.

Por las manos de Guadalupe pasaron todo tipo de herramientas y
materiales de construcción, desde un martillo hasta un mueble sanitario,
por lo general comprado al menudeo en el desaparecido bloque socialista.

En sus 30 años, consagrados a la revolución en el ejercicio de la
contabilidad, vio como el surtido Abastecimiento Técnico Material (ATM)
de su ministerio se derrochaba en obras que se ejecutaban al calor de
los apremiantes programas revolucionarios.

Es una norma plantearnos que el cubano común sobrevive con 10 o 15 pesos
convertibles (cuc) al mes, equivalente a un salario promedio que oscila
entre 250 y 408 pesos en moneda nacional. Sin embargo, el Estado
habilita boutiques y ferreterías con precios inasequibles, a sabiendas
de que existe un exceso de circulante que brota del mercado informal y
un sector poblacional que vive al margen de las remesas.

Tuve la experiencia de visitar la nueva tienda-ferretería Trasval de
Galiano y San Rafael, más dada a la exposición que a la venta de
productos de tecnología avanzada. Por ella desfilan diariamente miles de
observadores, sólo eso, observadores que se detienen al pie de una
brocha que cuesta 13.90 cuc o un candado con el astronómico precio de
23.30 cuc.

Un amigo me dijo que no entendía cómo la compañía Trasval podía pagar el
salario de los más de 50 guardias de seguridad que contó en la tienda.
Sí, porque apenas un tercio de las personas que la visitan compran un
artículo.

Tanto el personal de seguridad como el de servicio cobran en moneda
nacional y son premiados, si no incurren en indisciplinas laborales, con
estímulos en pesos convertibles. Con sólo vender una llave ajustable de
las que se exhiben en los estantes de herramientas al precio de 28.30
cuc, equivalente a 707 pesos en moneda nacional, Trasval pagaría el
salario mensual de dos o tres empleados.

Solventar un complejo de esta magnitud, habilitado con modernos sistemas
de alarmas y cámaras de seguridad que registran permanentemente las
imágenes digitales en un ordenador central, sólo es posible con una
oferta a precios prohibitivos. De ahí que un par de bisagras cueste
21.85 cuc, o un simple destornillador sea ofertado por 5.30 cuc.

Después de explorar todas las ferreterías posibles de la capital,
Guadalupe encontró el cemento blanco en el antiguo Ten Cent de Galiano.
No compró la bolsa que buscaba, sino un pequeño estuche que contenía 1
Kg de cemento italiano, a un costo de 2.70 cuc.

Después de comprar un galón de pintura para exteriores por 29.20 cuc,
importado de Panamá, Guadalupe, ex supervisor de los bienes del Estado,
se declaró en bancarrota.

odelinalfonso@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/y08/dic08/18_C_4.html

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