Marifeli Pérez-Stable
Medio siglo en Cuba
Infolatam
Miami, 29 diciembre 2008
(Especial para Infolatam).- "... Raúl, además, ha estado ordenando el 
Estado cubano y recuperando la institucionalidad. Para su hermano, ésta 
-aun la del unipartidismo- siempre fue dispensable. Así pues, por 
ejemplo, desbandó el Grupo de Apoyo al Comandante en Jefe que fungía 
como si fuera gobierno paralelo, convocó el dilatado congreso del 
Partido para fines de 2009 y anunció una reestructuración del Estado 
todavía pendiente.
Si bien estas correcciones no conducen a Cuba ni a la democracia ni al 
mercado, sí la alejan del caos y, en parte, la arbitrareidad de un poder 
cuasi absoluto y unipersonal. La elección de Barack Obama pudiera 
representar un viraje en las relaciones con Cuba".
Medio siglo. Se dice fácilmente pero no así lo que las décadas 
transcurridas desde el 1º de enero de 1959 han representado para los 
cubanos. Entonces, casi un pueblo entero abrazó a los jóvenes barbudos. 
Por fin, los cubanos lograríamos una Cuba soberana, justa y democrática. 
La alegría y la esperanza cundían por doquier.
Hoy Cuba es otra pero no la que parecía despuntar en 1959. La soberanía 
se ha impuesto a expensas del bienestar del cubano y la cubana de a pie 
que -como todos los seres humanos- aspiran a una cierta prosperidad. La 
máxima dirigencia, sin embargo, optó por defender unos supuestos 
principios por encima de los menesteres cotidianos.
¿De qué soberanía se trata si La Habana hoy le compra a Estados Unidos 
entre 500 y 600 millones de dólares al año en alimentos por la 
indigencia escandalosa de la agricultura cubana? ¿Dónde está la justicia 
de un peso que vale muy poco -y que, por tanto, agobia y humilla a la 
gente- por la testarudez de no alentar la productividad, las inversiones 
y la recompensa al trabajo bien hecho? ¿Cómo es posible hablar de 
democracia cuando la involuntad de una persona basta para detener 
políticas que los cubanos y las cubanas piden a gritos?
¿Ha habido cambios con Raúl Castro? Por supuesto, aunque se quedan 
cortísimos a la luz de lo que la gente necesita. Así y todo, la 
incipiente reforma agrícola debe valorarse por lo que pudiera 
representar para el consumo cotidiano y, quizás, para reducir las 
importaciones. La temporada ciclónica reciente, sin embargo, causó daños 
de hasta 10 mil millones de dólares y los gobernantes no parecen 
proclives a la audacia necesaria para acelerar las reformas.
Raúl, además, ha estado ordenando el Estado cubano y recuperando la 
institucionalidad. Para su hermano, ésta -aun la del unipartidismo- 
siempre fue dispensable. Así pues, por ejemplo, desbandó el Grupo de 
Apoyo al Comandante en Jefe que fungía como si fuera gobierno paralelo, 
convocó el dilatado congreso del Partido para fines de 2009 y anunció 
una reestructuración del Estado todavía pendiente. Si bien estas 
correcciones no conducen a Cuba ni a la democracia ni al mercado, sí la 
alejan del caos y, en parte, la arbitrareidad de un poder cuasi absoluto 
y unipersonal.
La elección de Barack Obama pudiera representar un viraje en las 
relaciones con Cuba. A Sean Penn, Raúl le dijo: "Podemos hacer 
exigencias sin decirle al otro qué hacer dentro de sus fronteras". En 
Brasil repitió varias veces que Cuba respondería a Washington "gesto con 
gesto" y acto seguido propuso un canje de presos políticos por los 
llamados Cinco Héroes condenados por espionaje en Estados Unidos.
Como balón de ensayo, la propuesta pudiera ser un punto de partida, pero 
no si se pretende realmente llevar a cabo ese canje. Los presos 
políticos de ninguna manera pueden equipararse con cinco espías quienes 
sí serían canjeables por fugitivos de la justicia estadounidense que 
viven en Cuba. Para encaminar sus relaciones por otras sendas, Estados 
Unidos y Cuba deben hacerse exigencias con posibilidades de ser 
respondidas. Veremos a ver qué pasa luego que Obama asuma la presidencia.
Hace medio siglo la revolución se nutrió de la alegría y la esperanza de 
casi todo un pueblo. Hoy, por el contrario, el gobierno necesita su 
temor, su apatía y su desesperanza para mantenerse en el poder. Es hora 
que los gobernantes cubanos respeten a la gente, al menos, en cuanto a 
sus derechos económicos. Andar lento con las reformas les puede parecer 
un camino más seguro para retener el poder que emprenderlas con 
valentía. Me parece que se equivocan.
http://www.infolatam.com/entrada/medio_siglo_en_cuba-11777.html
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