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Saturday, October 04, 2008

LA JUSTICIA SOCIALISTA SOBRE RUEDAS

LA JUSTICIA SOCIALISTA SOBRE RUEDAS
2008-10-02.
Guillermo Fariñas Hernández, Periodista Independiente, Cubanacán Press

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Revolución Cubana es la revolución más
justa de cuantas se conocen. Esta afirmación forma parte de muchos
discursos pronunciados por el Dr. Fidel Castro Ruz, quien ahora se ha
convertido en un convaleciente reflexionante. Pero cuando no estaba tan
enfermo, era repetido en sus larguísimos discursos.

El adjetivo justo o su variable femenina justa provienen del sustantivo
justicia. Que según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española dice: "Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar
a cada uno lo que le corresponde o pertenece". O en su segunda acepción:
"Derecho, razón, equidad".

Dicen los graduados en Licenciatura en Derecho que sus profesores les
imparten, que la principal cualidad que requiere cualquier Sistema de
Justicia, es una sola en todos los idiomas y tipos de sociedades; que la
impartición de la misma sea esencialmente imparcial y neutral antes las
partes litigantes.

Tener necesidades perentorias en este desastre de sociedad socialista en
que han convertido a Cuba, estas necesidades pueden ser materiales o
espirituales entre los hijos de estas tierras. En lo que hasta los
propios gobernantes están de acuerdo, es que el estado no satisface las
carestías de la inmensa mayoría de los cubanos.

Los ciudadanos de esta isla del mar Caribe se ven en la penosa necesidad
de violar las leyes para poder sobrevivir. Asunto que los más altos
funcionarios del Gobierno conocen, pero no los sensibiliza para nada.
Puesto que la creación de sistemáticas dificultades al ciudadano, es una
forma sutil de lograr control social.

Con la subida de Raúl Castro al máximo estrado del poder político en
Cuba, se han tratado en vano de paliar las consecuencias de este status
quo, con la implementación de medidas represivas de ordeno y mando. El
nuevo equipo raulista en el poder quiere bloquear las secuelas de
corrupción, mediante la emisión de decretos.

Las leyes represivas contra toda la sociedad cubana aumentaron en los
últimos dos años. Ya los opositores pacíficos y públicos, no son los
únicos a quienes las huestes del Gobierno reprimen exageradamente. Otros
estratos sociales cubanos sufren las consecuencias de esta política
gubernamental, de coartar las pocas libertades existentes.

Uno de los blancos preferidos por la nomenclatura castrista, han sido
aquellos compatriotas que se dedican a vender alimentos. A quienes el
Gobierno acusa de manipular los exorbitantes precios, de lo que los
cubanos se llevan a la boca. Cuestión que se convierte en una verdadera
angustia, pues el hambre es real dentro de la isla.

Ellos son el pretexto perfecto para camuflar el fracaso de la empresa
estatal socialista, la base productiva de la construcción del sistema
defendido a ultranza por los hermanos Castro, que nunca ha podido
satisfacer las necesidades nutricionales de los cubanos. Pero reconocer
este asunto, sería aceptar el error de edificar el comunismo.

Por las cercanías del mayor Mercado Agropecuario de La Habana, el
popularmente conocido Mercado de Cuatro Caminos, se ve rodar un ómnibus
marca Toyota de fabricación japonesa, con chapa estatal sin distintivos.
Se distingue por tener sus ventanas bien cortinadas y un eficiente aire
acondicionado para combatir el calor.

Un trío de policías conducen sistemáticamente hacia el vehículo, a los
llamados intermediarios del mercado. Personas que se dedican comprarles
los productos a los campesinos productores, para comercializarlos ellos.
Pues si los labradores de la tierra se pusieran a vender, no tendrían
tiempo de atender los sembradíos.

Sobre el adaptado autobús se asienta un tribunal con una triada de
jueces profesionales y legos, también un fiscal para representar al
estado socialista. Los intermediarios cuentan además con la defensa de
oficio de un abogado defensor. Unos autos patrulleros rodean al ómnibus,
para mantener el orden y la tranquilidad ciudadana.

Cada acusado recibió su merecido en cuestión de pocos minutos, afirma el
periódico Tribuna de La Habana. Los órganos de prensa al servicio del
régimen tratan de manipular el malestar del pueblo, contra estos
encausados intermediarios. Pero los altos costos de los productos
continúan, a pesar de las espurias condenas.

Todos los acusados han sido declarados culpables, por que la aplicación
de las leyes es sumarísima. La sociedad cubana atraviesa por instantes
de precariedad y la impartición de justicia en el seno de la misma es un
reflejo de esto. La justicia en el castrismo es incongruente y efímera.
Ahora la justicia socialista se apresura sobre ruedas.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=17423

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