2008-06-19.
Lázaro Rosa
Saskatoon, Canadá.- Decididamente mi posición anticastrista es de las
duras. Si el resentimiento se pudiera medir entonces el mío (con
respecto al denigrante personaje que ordena y destroza en Cuba desde su
cama en el hospital), le diera varias veces la vuelta al sol. Mi
decepción e indignación con la dictadura cubana no tienen parangón.
Pero eso sí, no soy imperialista, ni de la CIA , ni tan siquiera me
entero de los problemas caóticos de la isla por El Nuevo Herald de
Miami. Más bien a diario leo El País, el BBC Mundo y otros destacados
periódicos y revistas de España y Europa.
Creo que es necesaria esta aclaración antes que los miembros de la
chusma castrista -si es que por algún medio leen este artículo-, me
vayan a acusar de mercenario como es una vieja costumbre en ellos cuando
se trata de sus adversarios políticos.
Hay algunas respetadas personalidades (a las cuales admiro profundamente
y por ello me reservo sus nombres) que consideran que la necedad y
testarudez de Castro son producto de un absurdo idealismo que desde
siempre ha llegado a rozar la idiotez y la ciencia ficción.
Para ellos, al parecer, Castro vive con los pies separados de la tierra
como si fuese un astronauta que se mueve fuera de su vehículo espacial.
Pero hay que estar bien claro de lo siguiente. Tratemos de hacer memoria
para ver si logramos encontrar en algún rincón de la historia
contemporánea, entre los siglos XIX y XX, a otro dictador que haya
soñado con algo que no tenga relación con el mandato eterno.
Si lo conocen, o es que alguno llegó a existir, díganme su nombre porque
yo lo ignoro.
Para mi (desde hace muchos años lo tengo muy claro), este falso
idealista es un actor de teatro de primera categoría. Un cara de tabla
-como le dice el cubano de la calle al típico descarado-, que por su
talento no tiene nada que envidiarle a Esquilo, el fundador de la
tragedia griega.
No creo que don Fidel esté tan seguro de la inmortalidad de su obra
"revolucionaria" cuando no le da al pueblo cubano ni el más mínimo
respiro para que pueda reencontrarse con su propia naturaleza creadora y
sus anhelos de crecimiento personal.
El pícaro comandante siempre comprendió que una vez que los hombres
logran tener independencia económica, posteriormente se escapan de todo
tipo de control político.
Incluso, el concebido "igualitarismo" dentro de la nación cubana se
debió, y antes que todo obedeció, a esta causa puramente ideológica
Crear un absurdo, en la práctica inexistente, nivel de paridad social
(que en última instancia ha arruinado a la sociedad cubana en general)
más que un objetivo humanitario tuvo una finalidad de dominio total
sobre el país y su población.
Aún en nuestros días el dominio de Fidel Castro en Cuba no ha terminado
aunque funja su hermano, el general, como actual presidente de los
consejos de estado y de ministros.
Castro es el cinismo personificado, ahora acusa al diario español "El
País" de otorgar un premio (el Ortega y Gasset) como uno de los tantos
que propicia el imperialismo para mover las aguas de su molino.
A la bloguera Yoany Sánchez no la dejaron salir de Cuba para recibir su
merecida premiación (el Ortega y Gasset) que ganó por su espacio llamado
generación Y.
A raíz de este hecho la licenciada en filología hispana expresó que, a
pesar de desarrollar su blog donde critica la situación de caos que
impera actualmente en nuestro país, ella no se sentía comprometida con
ninguna causa política, que no es de izquierda ni de derecha, como
tampoco lo es la generación a la cual pertenece.
Bueno, acto seguido, por éstas insignificantes (aunque claras palabras)
el rey de los tiranos ha comentado que la joven habanera es ambiciosa y
tiene vanidades, que en ella nunca había germinado una elemental norma
de ética.
Este es el colmo de los descaros, el colmo de ser bajo, ruin y
degenerado. Fidel Castro acusa a los demás individuos de tener los
defectos que él padece. ¿Cómo éste engendro puede hablar de falta de
ética en otras personas, cuando él lleva cincuenta años engañando y
haciendo padecer todo tipo de penurias al pueblo cubano, por sus
ambiciones desmedidas que lo han llevado a mantener a toda costa su
dictadura totalitaria?
Recuerdo como en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Ciudad de Panamá
en el año 2000 el tirano acusó al presidente de El Salvador (el
excelentísimo señor Francisco Flores) de estar de lado del terrorismo y
de darle albergue en su país a presuntos terroristas. Vaya inmoral éste
castrense.
Ante dichas acusaciones el señor presidente Flores (elegido por el
pueblo en elecciones libres y democráticas) le recordó al tirano que él
(don Castro) había propiciado la guerra en El Salvador y que incluso
había entrenado en Cuba a muchísimas personas para que fueran a matar
salvadoreños. Que además (Castro) había tenido una irresponsable y cruel
participación en la sangrienta contienda civil que por veinte años
azotara a la sufrida nación salvadoreña.
Para el tirano los crímenes que él ha llevado a cabo, sus venganzas y
sus cruentas aberraciones de lucha ideológica siempre están bien
sustentadas y justificadas. Sin embargo todos los reproches que les
hagan sus opositores o críticos son, definitivamente, obras maquinadas
por el imperialismo estadounidense.
Lo único que yo lamento, desde hace mucho tiempo, es vivir en un mundo
que es a veces tan hipócrita que ha tolerado que la dictadura de los
Castro se arraigara en Cuba de la manera tan hostil como lo ha hecho.
Mis mayores condolencias para esta chica apolítica, la bloguera habanera
Yoany Sánchez. Vaya a saber cuántas calamidades y torturas psicológicas
tendrá que enfrentar de ahora en lo adelante, de parte de la policía
política cubana, por el sólo hecho de tener la audacia de criticar el
caos y las atrocidades causadas por el Castrismo.
Una experiencia de este tipo nos demuestra que ante regímenes
despiadados como el de los hermanos Castro es mejor plantar una bandera
de definición ideológica. Es un hecho que para el Castrismo, si no estás
dentro de sus filas, si nada más te atreves a hacerle la más mínima
observación crítica, ya perteneces al bando de sus enemigos declarados.
Es increíble y vergonzoso para una nación como Cuba que en pleno siglo
XXI esté padeciendo por las infamias de un dinosaurio paranoico que,
para desgracia nuestra, no acaba de extinguirse definitivamente.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15851
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