Del postulado ideológico y el discurso meteorológico
Marcelo Jiménez Jiménez
Bitácora Cubana, 11 de septiembre de 2006 - Holguín, Cuba
Entre los días 27 y 29 de agosto, en medio del ruidoso infierno que
deja en Cuba el paso de cualquier ciclón, pude ver y oír, en los
portales de esta ciudad, un acontecimiento de incomparable sección.
En el mismo frente de la Casa de la Cultura Manuel Dositeo Aguilera, al
compás de raperos, música tecno y algunas baladas de las más ligeras
posibles, un par de locutoras jovencísimas, entre vítores a la
revolución, saludos a Fidel Castro y arengas juveniles por el venidero
curso escolar, decían estar celebrando, sí, no se asuste: !celebrando el
primer aniversario del huracán Katrina!".
Algunos de los presentes nos sorprendimos, pero volvimos a lo nuestro.
Yo seguí con mi baso de sirope con hielo picado y ante la insistente
repetición de las muchachas tuve que atender. Resulta que celebraban la
intención humanitaria del gobierno cubano de enviar un contingente de
médicos y paramédicos. Y como de celebrar se trata, estaban igual, en el
mismo aniversario, en que según ellos, el gobierno americano se cruzó de
brazo ante la tragedia. De modo que la cosa, iba de gobierno a gobierno.
Pero cuando de opinar se trata, los cubanos lo hacemos hasta por los
poros. Uno que estaba a mi lado me dijo, que si aquellos que eran yumas,
lo habían perdido todo, él, cubano como la Loma de la Cruz, tenía ya el
techo en la cabeza, pues su casa fue reparada hace sólo dos años con el
paso de un ciclón; fue tan bueno el arreglo que ahora estaba en la
interminable lista de los que esperan una respuesta por parte de los
órganos del Poder Popular.
Ahora que el Katrina es historia lo vuelven a revivir; con la intención
de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Los insultos subieron de tono cuando otro joven concluyó su canción con
abajo el imperialismo. Después vinieron las burlas para el americano de
turno y las loas para el "presidente" cubano de siempre. Y cantaron una
canción ranchera mexicana que habla de traición, y de venganza y de
alcohol. Aunque estuvieran ofendiendo, yo hubiera preferido oír, así y
todo, un blues como un lamento cantado por Bessie Smith, pero pusieron
el Mariachi Holguín, al que le siguió un fono mímico y unas pioneritas y
las muchachas que parecían locutoras volvieron a recordar a las víctimas
de Katrina.
Yo removí mi baso plástico con agua de sirope y me viré, pero no vi al
que me habló del techo de su casa. Yo le iba a hablar de las paredes de
mi cuarto y las calles de mi barrio, las quejas de mi vecina, mas ya el
hombre no estaba. Y no lo volví a ver. Intenté quedarme pero estaban
poniendo una marcha patriótica cantada por un viejo trovador cubano
llamado Carlos Puebla, que no tiene nada que ver con el huracán Katrina.
Ellos hablan por su gente. Fui a la habladera de las muchachas, no había
muchos ya conmigo.
Me asustan los pronósticos meteorológicos, y discurso que estaban dando,
con una tal cantaleta, que a fuerza de repetir, yo me sé de memoria.
Agencia de prensa Jóvenes sin Censura
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2875
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