De la universidad popularizada a la vulgarización de la enseñanza
Marcelo Jiménez Jiménez
Bitácora Cubana, 11 de septiembre de 2006 - Holguín, Cuba
Probado está que las buenas intenciones no bastan. La campaña
universalización de la enseñanza en Cuba, así lo demuestra. Tal proceso
es una ofensa a la esencia misma del alma mater. Hay factores
visiblemente localizados para afirmarlos. Y son los siguientes:
El ejercito de trabajadores sociales que salido del grado
intermedio de bachillerato engrosan las filas universitarias sin un
mínimo de rigor docente.
Otro factor, es la pésima infraestructura material en que se
encuentra la mayoría de las sedes universitarias municipales, pues si en
los llamados centros de altos estudios existen dificultades con los
laboratorios y locales para la impartición de la docencia, imaginemos
aquí, donde para ello han empleado las destartaladas secundarias
básicas, revividos albergues cañeros y otros locales hasta hace un par
de años en desuso total.
Por su parte, la caracterización de más peso cae en ese cuerpo de
improvisado de profesores e instructores, los encargados de acompañar a
los nuevos estudiantes universitarios en la loca carrera nacional hacia
la meta del país más culto del mundo.
Ahora que faltan sólo tres años para la primera gran graduación, podemos
ver, casi tocar, si pasamos a las aulas, a profesores que no pueden
reprobar alumnos por una orden venida seguramente de arriba, que ya
todos sabemos; alumnos con un deficiente de preparación ante la falta de
rigor existente, y de paso, ese claustro educacional, que además de
haber nacido manco por el decreto estatal, se está convirtiendo en ciego
ante un salario supuestamente alto, y ascendente, si se mantiene la
promoción, que el ministerio de educación exige, espera, y ordena.
Las lamentaciones a coro no se escucharán ahora, sino cuando tengamos
nuestra salud en manos de profesionales ineficientes, como hay muchos
casos. Cuando dejemos a nuestros hijos se educados por pedagogos, que en
vez de dirigir y enseñar, o manden sus escuelas idealizadas, o sea una
época resultante de aquella generación, que optó por callar ante la
disyuntiva de la vulgaridad masificadora por excelencia educacional.
Agencia de prensa Jóvenes sin Censura
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2874
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