SOCIEDAD
La invulnerabilidad militar
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba - Mayo (www.cubanet.org) - El ministro de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR), Raúl Castro, tras un recorrido por varias
unidades militares en la zona oriental del país, dijo el pasado 13 de
mayo que se había logrado la invulnerabilidad militar.
Cuba es una isla estrecha situada casi en la orilla de la primera
potencia militar y económica del mundo, a la que habría que enfrentar
bélicamente, porque ése es el enemigo que nos hemos echado a cuestas. Y
nos dicen que hemos logrado la invulnerabilidad.
Tenemos una libreta de racionamiento hace 45 años; el transporte público
prácticamente no existe; más del 40 por ciento del agua que se
distribuye a la población se pierde debido a lo deteriorado de las
redes; el sistema de alcantarillado está obsoleto y deteriorado; la
situación de la vivienda es crónica -oficialmente se asegura que hacen
falta medio millón de nuevos inmuebles-; no hay cuota de leche para
niños mayores de siete años, y nos dicen que ya logramos la
invulnerabilidad militar.
¿Cuántos cientos de miles de millones de pesos se habrán invertido en
esa carrera militar antes de que el ministro de las FAR pudiera
pronunciar esas palabras?
Independientemente del planteamiento de Raúl Castro, los estrategas
militares de todas las épocas han sabido perfectamente que una guerra es
mucho más que personas lanzadas a matar o a que las maten. Una guerra es
algo muy serio. Lo más importante es amar las razones por las que vale
la pena vivir.
De Cuba salen cada año a residir en Norteamérica más de 20 mil personas.
La mayoría lo hacen a través de las vías legales; pero una cantidad nada
insignificante se va del país utilizando rutas informales que ponen en
riesgo sus vidas. Hacia donde más cubanos se marchan es precisamente a
Estados Unidos, donde se encuentra el real o inventado enemigo.
Varios miles más se van a otros países. Lo importante es irse. La
emigración no para. Los cubanos, en cantidad nada despreciable, buscan
en su árbol genealógico algún familiar que haya tenido otra nacionalidad
para acogerse a ella. Y se da la paradoja de buscar la pista a los
parientes españoles para obtener esa ciudadanía, cuando en el siglo XIX
se fue a una guerra que costó miles de vidas para independizarnos de
España. Independencia que se logró con la decisiva participación del que
es hoy nuestro presunto mayor enemigo.
Es muy difícil creer que la gente quiera defender un lugar así, porque
se afirma que el mayor deber de los cubanos es la defensa de la patria
socialista. Y ése parece ser uno de los errores básicos, porque la
patria no tiene apellido. La patria está en cada uno de los habitantes
de la nación, y todos tenemos rostros diferentes.
Si los millones que gastamos en prepararnos para una guerra de la que
jamás podremos salir victoriosos los empleáramos en el bienestar de la
población, en pocos años alcanzaríamos un magnífico nivel de vida.
Me inclino a creer que la afirmación del ministro responde más a
intereses políticos que militares, porque él debe saber que la
invulnerabilidad, para un país en las condiciones de Cuba, es imposible
de lograr.
A los viejos generales hay que enviarlos para sus casas con una pensión
que les permita, si lo desean, realizar por lo menos dos cruceros al
año, al mismo tiempo que le reconozcan la importancia que en algún
momento tuvo su profesión. Y al resto de los militares darles todas las
facilidades para que desarrollen una vida civil armónica.
Cuba puede lograr una noble y permanente influencia en el continente,
pero no a través de la vía militar, sino mostrando el bienestar de sus
hijos.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/may06/23a8.htm
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