Posted on Wed, May. 17, 2006
PABLO ALFONSO
Castro y Forbes: ¿Quién miente?
Si de política se trata no hay dudas de que Fidel Castro ha demostrado
ser un soberano mentiroso. Soberano, no en sentido de realeza, sino en
la definición exacta que le atribuye al término el Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española: ``Que ejerce o posee la autoridad
suprema e independiente''.
¿Hay alguien que, de veras, dude que Castro ejerce en Cuba su autoridad
de manera suprema e independiente? ¡Por favor, no me vengan ahora con
que en Cuba hay una Constitución, un Parlamento, un Partido y un
Gobierno que regulan la autoridad de Castro!
¿Hay alguien que, de veras, a estas alturas ignore que durante más de
cuatro décadas en el ejercicio del poder absoluto en Cuba, Castro ha
mentido decenas de veces, de manera abierta y manifiesta, para imponer
su agenda política del momento?
El lunes por la noche, el dictador cubano, dedicó casi seis horas para
tratar de convencer a los cubanos en la isla y al resto del mundo de que
la revista Forbes miente cuando le atribuye una fortuna personal de poco
más de $900 millones.
En eso de 'fortuna personal' allá Forbes y Castro. No intento descifrar
en esta columna las fuentes utilizadas por Forbes. Confieso que tampoco
imagino a Castro como un dictador que amasa fortunas para su disfrute
personal.
Creo, eso sí, que es un soberano dictador que ha dispuesto y dispone de
los recursos del Estado cubano para sus intereses políticos particulares
que incluyen, desde la subversión hasta la propaganda política en
cualquier parte del mundo, sin que nadie sea capaz de fiscalizarlo; que
maneja cuantiosas sumas de dinero sin rendirle cuentas a nadie.
Creo, igualmente, que Castro dejó sin responder la afirmación de Forbes.
En realidad todo lo que hizo fue emplear su tiempo y el de la corte de
aduladores que lo acompañaron, en retar a Forbes a que probara sus
informaciones.
''Los emplazo a que prueben que tengo un solo dólar'', indicó Castro.
Bueno eso es algo muy diferente a negar que los tiene. Esa negativa no
la hizo en ningún momento.
Al capo de la mafia norteamericana, Al Capone, no le pudieron probar
nunca ante un tribunal que era un mafioso... y nadie dudaba de que lo
era. Al final fue encarcelado por evasión de impuestos.
''Si prueban que tengo un solo dólar renuncio a mi cargo y a las
funciones que estoy desempeñando, ya no le harían falta ni planes, ni
transiciones, si prueban que tengo un solo dólar, añadió. ``Les emplazo
a que prueben esto que han dicho aquí'', dijo Castro con un ejemplar de
Forbes en la mano.
Claro que ''esto que han dicho aquí'' (en la revista Forbes) como dijo
Castro no lo pueden leer los cubanos, por la consabida censura de prensa
existente en Cuba.
El problema con esos arrebatos de honestidad de Castro es su falta de
credibilidad política. Es difícil creer en las afirmaciones de alguien
como Castro que, cuando de defender su agenda política se trata, no ha
tenido nunca escrúpulos en mentir y en engañar a sus conciudadanos y a
la opinión pública internacional.
¿Por que habríamos de creer ahora en la palabra de Castro y no en las
informaciones publicadas en Forbes?
``Yo no sé de qué forma se podrá hablar... ¿Es que alguien pueda pensar
que encubrimos obscuros designios? ¿Es que acaso pudiera alguien afirmar
que hemos mentido alguna vez al pueblo? ¿Es que acaso pudiera alguien
pensar que somos hipócritas? ¿Entonces, cuando decimos que nuestra
revolución no es comunista, por qué ese empeño en acusar a nuestra
revolución de lo que no es? Si nuestra ideas fuesen comunistas lo
diríamos aquí''.
Ese era Castro pronunciando un discurso el 8 de mayo de 1959 en la Plaza
de la Revolución, citado en el periódico Revolución, del 9 de mayo de 1959.
El mismo Castro que menos de dos años después, el 2 de diciembre de
1961, afirmaba fresco como una lechuga hablando en la Escuelas de
Instrucción Revolucionaria, en La Habana: ``¿Creo en el marxismo? Creo
absolutamente en el marxismo. ¿Creía el primero de enero? Creía el
primero de enero. ¿Creía el 26 de julio? Creía el 26 de julio. ¿Tengo
alguna duda sobre el marxismo y entiendo que algunas interpretaciones se
equivocaron y que hay que revisarlas? No tengo la menor duda. Lo digo
aquí con entera satisfacción y con entera confianza: soy
marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi
vida''.
Apenas comenzaba entonces a mentirle al pueblo... ¿por qué hay que
creerle ahora?
palfonso@herald.com
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/columnists/pablo_alfonso/14595373.htm
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