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Friday, January 23, 2015

Una agradable sorpresa

Una agradable sorpresa
ELIÉCER ÁVILA, La Habana | Enero 22, 2015

Por estos días no me pierdo el noticiero cubano. Tratando de encontrar
las claves, siempre ocultas, de la nueva estrategia del Gobierno ante
los recientes cambios, si es que la tiene. Hoy, como siempre, me sentí
estafado con el reportaje que resumía (con las habituales omisiones) la
conferencia de prensa de las autoridades cubanas y estadounidenses sobre
la reunión sostenida.

Cuando ya me disponía al final del NTV a apagar el televisor, un anuncio
me sorprendió: transmitirían íntegramente las palabras de Edward Alex
Lee y Josefina Vidal Ferreiro, jefes de las delegaciones que
participaron en el encuentro. Y así fue. Excepto la primera pregunta a
Lee de algún periodista –me pareció por la edición que no la
incluyeron–, pudimos ver y escuchar la conferencia de ambos
funcionarios, durante la cual hubo referencias por parte de Lee y de
algún periodista "incómodo" a los derechos humanos y la democracia.

Cualquiera que viva en un país de los que yo llamo normales diría: ¿Y
eso qué tiene de especial? Pues tiene de especial que mientras en buena
parte del mundo civilizado es práctica cotidiana que, después de las
reuniones entre Gobiernos, partidos de fútbol o presentación de un
filme, se ofrezca una conferencia de prensa, aquí es tan raro como ver
pasar un cometa.

A diario visitan Cuba mandatarios, primeros ministros, delegaciones de
todo tipo, y la inmensa mayoría de las veces lo único que trasciende es
la imagen de cuando depositan flores al monumento del apóstol y una
anémica notica en el diario Granma que, absolutamente siempre, dice: "El
excelentísimo señor Fulano de tal fue recibido ayer por el General del
Ejército y presidente de todas las cosas Fulano de tal. Durante el
encuentro, que transcurrió en un clima ameno y cordial, se pasó revista
al excelente estado de las relaciones entre ambos pueblos y se reiteró
la intención de seguirlas desarrollando en sectores como la salud y la
educación". Jamás nos enteramos de los temas sobre los que han hablado
en concreto.

Esta vez, asumo que la singularidad es motivada por la presión que
ejerce la presencia de mucha prensa internacional y también por la
expectativa que ha despertado este proceso dentro y fuera del país.

La conferencia que vimos ayer miércoles es un primer fruto, pequeño pero
positivo, del cambio de política del presidente de EE UU, Barack Obama.
Ahora y cada vez más, el Gobierno cubano estará obligado a moverse en el
terreno de la política real, moderna y abierta en el que ya no cabe un
libreto de víctima permanente, sino que tendrá que explicar lo que todos
sabemos que es simplemente inexplicable. Estoy seguro de que ese mismo
Gobierno estaba (al menos políticamente) mucho más cómodo en la posición
anterior.

La sociedad civil y todos los que tienen ideas y propuestas alternativas
(trabajadores, artistas, cineastas, periodistas, estudiantes,
emprendedores, residentes en el exterior, etcétera) deben ejercer su
derecho a ser escuchados, reaccionando a la altura y a la velocidad de
los tiempos que empiezan a correr.

De momento, ya está claro que varios representantes de la sociedad civil
y la oposición se reunirán este viernes con la segunda delegación
norteamericana de alto nivel que visita Cuba por estos días. Aunque los
medios del Gobierno lo oculten, nosotros también somos parte de estas
negociaciones. Debemos aprovechar muy bien este ejercicio para sacar el
máximo posible en beneficios concretos para nuestro pueblo, dejando a un
lado los odios y resentimientos que nunca podrán aportar nada al
presente y menos al futuro de la nación.

Hoy debemos empezar a sentir sobre los hombros el peso de la
responsabilidad que encarna el servicio público, aunque sea
extraoficialmente. Tenemos que comportarnos como quisiéramos que se
hubieran comportado los que desperdiciaron medio siglo de oportunidades
para hacer crecer al país. Tenemos que actuar como quisiéramos que
actuaran nuestros representantes del mañana.

Demostremos que podemos hacer alianzas, trabajar en equipo y sacar
frutos de la pluralidad y el respeto. Dejemos claro que lo que nos mueve
a la participación, a la lucha del día a día, a la defensa implacable de
los derechos humanos está por encima de todo, y es la búsqueda del mayor
estado de bienestar posible para cada cubano.

Source: Una agradable sorpresa -
<http://www.14ymedio.com/opinion/agradable-sorpresa_0_1711628827.html>

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