Cuba rompe relaciones con el kétchup y la mostaza
[30-01-2015 12:16:09]
Iris Lourdes Gómez García
(www.miscelaneasdecuba.net). La Habana.- Me cuenta una amiga que hace
unos días quiso brindarle a su vecinito de ocho años un pan con
salchicha. Al preguntarle si quería que le echara kétchup, el niño
respondió que no sabía lo que era eso. "Una cosa roja que se le echa al
pan", le dijo mi amiga. Pero el vecinito seguía sin saber. Intentó
entonces con la mostaza, "una cosa amarilla para untarle a los panes por
dentro". El niño puso cara de quien piensa, "ahora sí que ésta se volvió
loca". Mi amiga, cuyo esposo trabaja en Turismo, con el tiempo había
perdido la noción de que el kétchup es un lujo en una casa cubana. Creo
que si le hubiera brindado unos pepinillos el muchacho habría salido
corriendo.
Eso me hace recordar otra anécdota. Hace unos ocho años cuando mi tío
estaba preso por motivos políticos en la provincia de Sancti Spíritus,
la visita era programada cada 21 días. En esas ocasiones trataba de
llevar un almuerzo lo mejorcito posible cuyo protagonista, por mi
comodidad y a la vez para agrado de mi tío, solía ser un arroz amarillo.
Para que fuera "con todos los hierros" hasta comprábamos una latica de
petit pois para agregárselo. Lo que quedaba del almuerzo mi tío lo
compartía con sus colegas de encierro, que dicho sea de paso, eran en su
mayoría muchachos jóvenes cumpliendo penas por drogas o sacrificio de
ganado.
La primera vez que fue a compartir lo que quedó del almuerzo, los
muchachos no podían entender cómo le habían echado chícharos a un arroz
amarillo. Hubo que explicarles con detalle qué era aquello, porque no lo
podían concebir. Me imagino que hubo quien se los sacó y todo para no
estropear el sabor de tan popular plato.
Cuando hago estos dos cuentos me siento como si tuviera una maestría en
ingredientes culinarios, a pesar de no saber qué son los espárragos,
pimientos morrones, alcaparras, nueces, avellanas, dátiles, higos,
champiñones, trufas, habas limas y alcachofas que menciona Nitza
Villapol en su libro de cocina que escribió en los años 50's.
Tampoco conozco los anones, nísperos, ciruelas, marañones y caimitos
que, según las leyendas, se cultivaban en Cuba. Por lo menos estoy al
tanto de qué son el aceite de oliva, la mantequilla, leche condensada,
pasas y aceitunas. No puedo decir lo mismo de familias que viven en el
interior del país. Las más nuevas generaciones corren el peligro de no
conocer las naranjas y otros cítricos; a veces, ni las papas.
Ahora me cuentan que en la cafetería estatal Frankfurt, que queda en 23
y 16, en el Vedado, y está dedicada exclusivamente a la venta de perros
calientes, los propios vendedores durante semanas tuvieron que comprar
cada día de su bolsillo un galón de kétchup. Éste se vende a 3 cuadras
de distancia en pesos cubanos. Tuvieron que realizar tal inversión para
poder cumplir con los planes de venta, pues el mayor atractivo del lugar
es que para aliñar el feo pan y la mediocre salchicha, en cada mesa
sitúan –aunque adulterado- un pomo de mostaza y otro de kétchup a fin de
que los comensales se los sirvan "a su gusto". Cuando faltan éstos, la
oferta carece de atractivo.
Que una dependencia estatal dedicada exclusivamente a la venta de perros
calientes tenga tan graves dificultades para mantener sus
características tradicionales más elementales, hace sospechar que muy
posiblemente los días de esa tabla de salvación popular estén contados.
Afortunadamente, el lugar al menos cumplió con una misión de utilidad
para con los niños y jóvenes del barrio: llegaron a conocer uno de los
alimentos más populares y casuales del mundo. Incluso, gracias a esta
cafetería, ya muchas familias cubanas pueden jactarse de que sus niños
conocen qué cosa es el kétchup y qué cosa es la mostaza.
Source: Cuba rompe relaciones con el kétchup y la mostaza - Misceláneas
de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/54cb67f93a682e1328dd4d7e#.VMtwEGjF9HE
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