La maldición del eterno
Muchas veces se ha reportado la muerte de Fidel Castro. En esta ocasión
el Diario las Américas se llevó el premio gordo. No solo reportó un
rumor sino que colaboró a inflarlo cual globo meteorológico.
Clive Rudd Fernández
enero 09, 2015
Una vez más el final de un año y el comienzo de otro se enlazan con la
muerte mediática de Fidel Castro.
Así la llamó CafeFuerte en una nota que publicó su editor Wilfredo
Cancio Isla el 20 de octubre de 2012 con el título de "La muertes
mediáticas de Fidel Castro" a raíz de intensos rumores de su muerte hace
ya 2 años.
A quienes no somos periodistas de profesión, pero nos hemos infestado
con ese tan contagioso germen de la información, se nos puede reconocer
por un síntoma: el consumo desmedido de noticias a todas horas por
múltiples y diversas fuentes, muchas veces de corte histórico.
Una de esas noticias que hizo historia y que vale la pena revisar fue el
asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy en Dallas, Texas, el 22
de noviembre de 1963.
Después de leer y revisar muchos textos, microfilmes y reproducciones de
fragmentos de noticas en la televisión estadounidense, nos quedamos con
muchas dudas sobre quién asesinó al Presidente.
Para los neófitos de la prensa como yo, algo quedó muy, pero muy claro
en esta historia. Solo un médico puede declarar oficialmente muerto a un
ser humano. Esta no es una prerrogativa de la prensa.
Cuando los medios serios declaran la muerte de un mandatario,
generalmente citan a su fuente y esta es casi invariablemente el médico
que firmó el acta de defunción.
En esta nueva edición (2014/215) de la muerte mediática de Fidel Castro
muchos de los medios en los que yo confío para informarme sobre temas
relacionados con Cuba rompieron una de las reglas "básicas" del
periodismo, que ellos mismos me han enseñado durante los últimos años:
"No se reporta sobre rumores a no ser que los rumores hayan traído
consecuencias que sean noticia".
Uno de los peligros de dejarse seducir por rumores es que cuando
comienzas con uno, ya no tienes por dónde acabar.
En los últimos días no solo han reportado los rumores de la muerte de
Fidel Castro, sino que se fueron con la de trapo del rumor de una
conferencia de prensa para el supuesto anuncio de la muerte del dictador
caribeño.
En esta ocasión el Diario las Américas se llevó el premio gordo. No solo
reportó un rumor sino que colaboró a inflarlo cual globo meteorológico.
Reportó que ellos tenían un colaborador que asistiría a la supuesta
conferencia de prensa, que después nos hemos enterado nunca se convocó y
que ellos mismos se vieron obligados a desmentirla cuando un medio serio
como AFP hizo lo básico: llamar al Centro de Prensa Internacional en
Cuba y preguntar por los detalles de la conferencia.
Si esta gestión se hacía muy engorrosa porque el CPI de La Habana está
colmado de secretismos y oficiales de la Seguridad del Estado que se
dedican a engañar y confundir, bastaba con preguntarle a los colegas de
AlJazeera, BBC o AFP si ellos habían sido invitados a una conferencia de
prensa antes de sacar en portada una nota que, evidentemente, no contó
con fuentes fidedignas.
En los últimos años parece que estamos viendo un patrón de
comportamiento. Cada vez que el anciano dictador se deteriora más, los
que tienen el control en la isla deciden alejarlo de los medios para
evitar el deterioro de su imagen pública, lo que va poco a poco
incrementando los rumores de sus enfermedades o muerte hasta que llega a
un nivel que lo tienen que "preparar" para enseñarlo al mundo cual
muñeco de circo y a partir de ahí se sincronizan los relojes de nuevo
hasta el próximo año donde lo tendrán que sacar o la prensa lo aniquila.
Parece ser que al Comandante le ha caído la maldición de la longevidad,
donde sus seguidores y víctimas han podido lamentar o disfrutar año tras
año cómo el Comandante, el caballo, se ha convertido en un hollejito
incongruente, que nunca nadie se imaginó.
Fidel fue durante muchos años abogado de la eutanasia, alguien debería
tener piedad de él y hacer lo correcto.
Evidentemente, el dictador cubano, con sus 88 años y sus achaques
producto de enfermedades intestinales y de varias intervenciones
quirúrgicas mayores, está a las puertas de la muerte y hay millones de
personas que esperan esa noticia con una bolsa de sentimientos, algunos
con regocijo, otros con miedo, inclusive algunos con dolor, pero todos
la esperan, y no hay caldo más rico para un rumor que la muerte esperada
de un mandatario.
Pero nunca debemos olvidar que solo una fuente es fidedigna en esta
noticia, un médico.
Source: La maldición del eterno -
http://www.martinoticias.com/content/la-maldicin-del-eterno/83954.html
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