Cocheros sin control
ALELÍ, La Habana | 14/01/2015
A todo lo largo y ancho de la Isla circulan incontables coches, 
carricoches, arañas y grandes carromatos, tirados por uno o dos 
caballos. Algunos de ellos llegan a cargar hasta 15 o 20 personas, en lo 
que constituye un verdadero abuso contra esos equinos y bajo la 
impunidad de que no existe una Ley de protección animal en el país.
Para colmo, a los conductores de estos armatostes no se les brinda ni 
exige ningún conocimiento vial sobre leyes del tránsito. Los cocheros no 
pasan prueba alguna para conducir sus vehículos tirados por caballos y 
transportan pasajeros por cualquier calle, avenida o carretera del país, 
muchas veces sin la pericia y conocimiento para hacerlo sin peligro para 
la vida de los clientes.
Después de décadas de descontrol, se ha anunciado que a partir de este 
mes se exigirá una matrícula a coches y volantas, con el objetivo de 
inspeccionar, identificar y registrar todos los vehículos de tracción 
animal. La tardía medida incluye la obligación de portar una 
acreditación de mayoría de edad para el conductor, el uso de ruedas de 
goma o revestidas de ese material y el empleo de anteojeras para el 
caballo y de un aditamento para recoger sus excretas.
La medida llega, además, en un momento en que la peligrosa circulación 
de estos transportes ha provocado lamentables sucesos, como el ocurrido 
en la carretera a Las Tunas el 23 de diciembre del pasado año, en el que 
fallecieron cinco personas por la colisión de un camión, un auto y un 
vehículo cuyo cochero iba completamente ebrio.
Según la nueva legislación, estos medios de transporte también deben 
contar con mecanismo de frenado, la posibilidad de inmovilizar 
totalmente el vehículo y un sistema de luces. Sin embargo, en tan 
detallada lista de exigencias no se dice ni una palabra sobre el 
compromiso de proteger a los animales y no sobrecargarlos o golpearlos. 
Se le deja así las manos libres a los maltratadores para continuar con 
el abuso.
Las calles y caminos cubanos seguirán siendo el escenario de la 
irresponsabilidad y el desprecio a la vida de los caballos, algunos de 
los cuales son golpeados hasta la muerte por sus dueños. Cuando esto 
ocurre, venden su carne a precios exorbitantes en el mercado ilegal y, 
si acaso, pagan una insignificante multa por la desaparición del equino. 
Todo sin que autoridad alguna se preocupe, ni siquiera la Policía 
Nacional de Tránsito.
Source: Cocheros sin control - 
http://www.14ymedio.com/blogs/origenes/Cocheros-control_7_1706899294.html
 
 
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