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Wednesday, November 26, 2014

Techos nuevos, promesas viejas

Techos nuevos, promesas viejas
Las autoridades reconocen 33 889 núcleos familiares sin hogar por
diversas causas, para un total de 132 699 personas. Esto significa, que
de mantenerse un ritmo de entrega de 2 mil viviendas por año, tardarían
17 años en resolver el problema
martes, noviembre 25, 2014 | Miriam Celaya

LA HABANA, Cuba — La prensa oficial ha publicado un extenso reportaje
que aborda el escabroso tema de la vivienda en Cuba. Con el título "Bajo
un nuevo techo", (Granma, viernes 14 de noviembre de 2014), su autor,
Yosel E. Martínez Castellanos, informa sobre el proceso de entrega de
"las primeras viviendas ubicadas en 13 grandes asentamientos urbanos de
la capital", a núcleos familiares que llevaban largos años habitando en
Comunidades de Tránsito (albergues) y –entre otras consideraciones
relacionadas con las entidades inversoras y con los funcionarios,
especialistas y obreros que laboran en el proyecto– también aporta
cifras, algo inusual en los medios cubanos.

Así trascendió que este programa constructivo, diseñado especialmente
para la capital que, con más de dos millones de habitantes acumula los
mayores problemas habitacionales, se inició entre abril y marzo de 2013
con la participación de constructores de ocho provincias del país, y en
ese propio año fueron entregados 746 apartamentos en 75 edificios.

El director del Grupo Empresarial de la Construcción (Gecons), ha
declarado que hasta el cierre de julio de 2014 se habían terminado 817
casas, equivalentes a 37 edificios, lo que –unido a todo lo construido
desde el inicio del programa arroja un total de más de 1 100 nuevas
viviendas, además de las 556 más que deberán terminarse en lo que resta
del presente año "muchas de las cuales se encuentran en fase de
terminación".

El ingeniero Everto Estrada Lorenzo, director adjunto de una de las
empresas participantes en el proyecto constructivo, declaró que se
proponen "mantener los niveles constructivos alcanzados en la actualidad
para los próximos años". Así, en 2015 el estimado de viviendas a
entregar es de 1480 por parte del MICONS (Ministerio de la
Construcción), aunque el Poder Popular y otros organismos también deben
tributar al proyecto, a fin de elevar la cifra a más de dos mil
viviendas entregadas, priorizando a las familias que han permanecido por
más de 20 años en albergues, seguidas de las que habitan en viviendas en
estado muy crítico y, por último, "los casos sociales", donde se cuentan
impedidos físicos y enfermos mentales, entre otros casos.

Más interrogantes que respuestas

Los datos oficiales nunca son lo suficientemente claros, pero el trabajo
de Yosel E. Martínez hace gala de una dosis de honestidad poco común en
la prensa castrista, al cuestionarse, entre otros aspectos, la poca
calidad del acabado de las viviendas "económicas" y al plantear sin
ambages el bajo nivel adquisitivo de las familias beneficiadas, que no
cuentan con recursos suficientes para asumir lo que quedó pendiente. En
estas viviendas se garantizan solo las condiciones mínimas en cuanto a
estructura, instalaciones, carpintería e impermeabilización, pero no el
acabado de los pisos –que son de cemento (sin losas o mosaicos) –, ni de
baños y cocinas, que carecen de azulejado.

Pero incluso, también bajo esas condiciones de "economía" de recursos
constructivos ha habido problemas de grietas en paredes, filtraciones,
tupiciones, deficiente pulimento del mortero de los pisos, humedad,
etc., elementos éstos que se suman a otros males endémicos de las
condiciones de vida en Cuba, que atentan contra el funcionamiento óptimo
de cualquier programa de esta naturaleza, como son la sustracción de
materiales donde existen obras en construcción, la inestabilidad de los
suministros de áridos, las roturas de maquinarias, entre otros.

Se afirma que un total de 2 mil núcleos de albergados han sido
beneficiados desde el año 2013, aunque "todavía quedan en la ciudad más
de 18 núcleos con más de 20 años en albergues", debido a que "se trata
de familias que necesitan apartamentos de tres cuartos". Otros 68
núcleos pendientes son "personas que llevan 20 años sin un hogar" (sin
especificar si se incluyen en la categoría de albergados o si se trata
de damnificados por derrumbes que conviven provisionalmente en casas de
familiares).

Las autoridades reconocen 33 889 núcleos sin hogar por diversas causas,
para un total de 132 699 personas. Esto significa, entonces, que de
mantenerse un ritmo de entrega de 2 mil viviendas por año, tardarían 17
años en resolver el problema de vivienda de esos núcleos, sin contar con
que el aumento de núcleos afectados está garantizado en los años
venideros debido al deterioro constante del fondo habitacional de la
capital, que provoca frecuentes derrumbes.

De todas formas, como es habitual, el artículo de Granma nos dejó más
interrogantes que respuestas. Quizás hubiese sido interesante, al menos
por una vez, hacer una indagación sobre las opiniones y expectativas de
los que aún permanecen albergados, teniendo en cuenta que los ya
beneficiados con un habitáculo, pese a los defectos constructivos, al
menos han dejado atrás la penosa "provisionalidad" de vivir por años en
un albergue estatal. Es decir, se mantiene el viejo estilo de ocultar el
peor rostro del problema.

Sobre todo teniendo en cuenta que en Cuba abundan las promesas, pero
escasea todo lo demás. Y seguramente muchos de esos núcleos pendientes
de recibir su nuevo techo ya vivían en albergues cuando el defenestrado
Carlos Lage prometió la construcción de aquellas fabulosas 100 mil
viviendas anuales en todo el país. La promesa de hoy para los
capitalinos sin hogar es la brevísima espera de 17 años… Parece que
"ahora sí" estamos mejorando.

Source: Techos nuevos, promesas viejas | Cubanet -
<http://www.cubanet.org/opiniones/techos-nuevos-promesas-viejas/>

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