Negocios para turistas prosperan y para cubanos fracasan
Todos tuvieron que cerrar menos de un años después de comenzar, debido a 
altos impuestos, escasa clientela, recursos limitados y falta de 
información sobre negocios.
Agencias
diciembre 27, 2013
Las bandejas de pizza están guardadas, así como la antigua licuadora que 
ni funcionaba. Atrás quedó el dulce olor a masa horneada que permeaba el 
apartamento de Julio César Hidalgo en La Habana, cuando él y su novia 
tenían su modesto negocio, ofreciendo pizzas a los clientes.
Dos años después de empezado el experimento de Cuba con limitadas 
reformas de apertura al trabajo independiente del Estado, Hidalgo está 
en la bancarrota, desempleado y sujeto a una posible multa. Pero el 
hombre de 33 años de edad, conocido por su amplia sonrisa y sentido del 
humor, dice que la peor pérdida es la más difícil de expresar.
"Me siento frustrado y decepcionado, tuve que cerrar la cafetería porque 
no me daba la cuenta como se dice en Cuba", explicó Hidalgo.
La Associated Press recientemente volvió a buscar a nueve fundadores de 
empresas incipientes, que había entrevistado por primera vez en el 2011, 
cuando, ilusionados, crearon sus negocios a la luz del anuncio de Raúl 
Castro de que se permitiría un nivel limitado de iniciativa privada.
Entre ellos hay dueños de restaurantes y cafeterías, una costurera e 
instructora de taekwondo, un vendedor de DVDs pirateados y una mujer que 
alquila habitaciones a turistas.
El destino les ha deparado fortunas diversas.
De las seis iniciativas que dependían de una clientela cubana, cuatro 
fracasaron y sus propietarios están económicamente peor que cuando 
empezaron. Pero las tres que estaban orientadas hacia los extranjeros o 
hacia sus compatriotas empleados por empresas foráneas, siguen abiertas, 
y algunas incluso están prosperando.
Aunque es una muestra un tanto pequeña, el resultado es uno que muchos 
economistas expertos en Cuba habían notado desde el comienzo: No hay en 
el país suficiente dinero como para mantener a un sector privado, donde 
el salario del cubano promedio es de 20 dólares al mes.
"A todo este sector privado se le ha dado una nueva oportunidad pero 
evidentemente hay un ambiente macroeconómico que no lo favorece y no 
favorece la expansión de la demanda que ellos necesitan", dijo Pavel 
Vidal, ex economista del Banco Central de Cuba.
Vidal desde hace tiempo ha llamado a las autoridades comunistas cubanas 
a implementar un paquete de gasto público a fin de estimular la 
economía, o a atraer más inversión extranjera.
Pavel, quien enseña como profesor en la Universidad Javeriana de 
Colombia, dice que sólo se necesita fijarse en las tendencias desde el 
2011 para darse cuenta que el sector privado en Cuba está agotado. Tras 
el entusiasmo inicial, el número de cubanos con empresas propias se ha 
mantenido creciendo muy paulatinamente los últimos dos años llegando en 
estos meses a los  444.000, es decir, el 9% de la fuerza laboral.
Incluso en los países desarrollados, donde los negocios tienen acceso a 
capitales, crédito y una clientela con poder adquisitivo, empezar una 
empresa es riesgoso. Según la Administración de Empresas Pequeñas de 
Estados Unidos, aproximadamente la mitad de todos los negocios nuevos en 
el país cierran al cabo de cinco años, y dos tercios al cabo de una década.
La proporción de negocios fracasados según la muestra tomada por la AP 
es de 44% en menos de dos años, y peor si se consideran sólo las que 
estaban orientadas a una clientela cubana.
"No hay suficiente dinero en circulación en la economía en manos de 
gente común", expresó  Ted Henken, profesor de estudios latinoamericanos 
en el Baruch College de Nueva York y quien acaba de escribir un libro 
sobre la empresa privada en Cuba. "Todos los negocios compiten por la 
misma clientela, que en mayoría son pobres y tienen ingresos limitados".
Algunos economistas han criticado al gobierno cubano por sus 
prohibiciones contra actividades que considera ilegales, como los cines 
de 3D en casas privadas, o por introducir impuestos sobre las 
importaciones de productos traídos en el equipaje de viajeros, o por 
prohibir la venta de ropa importada.
Pero el sábado, Castro se pronunció a favor de aumentar las 
limitaciones, advirtiéndoles a los observadores.
"No ignoramos que quienes nos apremian a acelerar el paso nos empujan al 
fracaso", manifestó.
Henken y Vidal dijeron que Cuba debe hallar alguna manera de incrementar 
los salarios de empleados públicos, ampliar los microcréditos y crear un 
mercado mayorista viable que pueda suplir a las nuevas empresas. 
Señalaron además que para una sociedad relativamente bien educada como 
la de Cuba, hay muy pocos puestos de trabajos para profesionales en la 
lista de casi 200 actividades que fueron legalizadas.
Sin embargo, no todo empresario nuevo está en aprietos.
Han proliferado los bares modernos y atractivos restaurantes en La 
Habana, donde los autobuses dejan a los turistas para que entren y 
degusten de langosta y filet mignon, por unos 20 dólares por plato. Un 
extranjero puede hospedarse en una habitación privada pagando entre 25 y 
100 dólares la noche, menos que en la mayoría de los hoteles para 
turistas. Los cubanos con los recursos y el instinto para conectarse con 
ese mundo pueden prosperar.
Javier Acosta, chef y dueño de un local, invirtió más de 30.000 dólares 
en Parthenon, un restaurante privado que se orienta a turistas y 
diplomáticos. Al principio no le fue tan bien, pues en el 2011 le decía 
a la AP que había noches en que el restaurante estaba vacío y él quedaba 
solo conversando con sus cuatro meseros.
Pero el local gradualmente se fue dando a conocer, en parte gracias al 
mojito que preparan allí y un lechón para cinco comensales, que cuesta 
unos 50 dólares.
Ahora Acosta está expandiendo su establecimiento. Recientemente trajo 
mesas adicionales en una habitación nueva decorada con mosaicos y 
pilares al estilo griego, y en sus planes está construir una terraza. 
Incluso comenzó a invertir en publicidad, pagándole 300 dólares al año a 
una revista turística para que incluya sus anuncios.
"Todavía no he logrado recuperar lo que invertimos aquí", indicó Acosta, 
de 40 años, y tal vez le lleve  "dos, tres (años) más. Eso depende de si 
se levantan las ventas o el turismo".
Incluso establecimientos más humildes pueden prosperar, siempre y cuando 
tengan acceso a algo de fondos extranjeros.
Una mujer que alquila habitaciones a extranjeros por 25 dólares la noche 
en la zona acomodada de Vedado indicó que el negocio le da un ingreso 
estable, lo que le permite no sólo mantenerse sino también ayudar a su 
hijo y nieta.
Dos mujeres que venden almuerzos por 1,25 dólares en un edificio de La 
Habana Vieja que alberga las oficinas de empresas internacionales y de 
consulados extranjeros, pudieron seguir en el negocio a pesar de que la 
clientela disminuyó una vez que varias empresas se fueron, y a pesar de 
lo que consideran un alza en los precios de ingredientes como frijoles, 
arroz, aceite para cocinar y carne porcina.
"Esto se ha puesto difícil. Pero seguimos adelante, porque siempre es 
algo (de dinero) que entra", dijo Odalis Lozano, de 48 años.
Para quienes no tienen acceso a las divisas extranjeras, los resultados 
fueron sombríos. Aparte de la pizzería, también fracasaron el vendedor 
de DVDs, la costurera y el dueño de un café, quienes autorizaron a la AP 
a relatar su suerte. Todos tuvieron que cerrar menos de un años después 
de comenzar, debido a altos impuestos, escasa clientela, recursos 
limitados y falta de información sobre negocios.
Sólo dos negocios que estaban orientados hacia una clientela cubana han 
prosperado, y ambos son gimnasios. Uno es administrado por María Regla 
Zaldívar, quien en el 2011 daba clases artes marciales a niños en Nuevo 
Vedado, y quien soñaba con convertir los restos de una fábrica en un 
gimnasio regular.
La fábrica sigue en malas condiciones, pero Zaldívar asegura que la 
empresa ha seguido. Se negó a ser entrevistada formalmente, pero en una 
breve conversación telefónica dijo que había alquilado un espacio 
pequeño cerca de su apartamento y daba clases allí.
El otro triunfo es de Neysi Hernández, la madre de la novia de Julio 
César Hidalgo. Hernández fundó un simple gimnasio para mujeres en el 
patio y garaje de su casa, en el barrio La Lisa de La Habana, cobrando 
el equivalente de 5 dólares al mes para la membresía. Dos años más 
tarde, tiene 25 clientes y se lleva una pequeña ganancia.
Hernández dice que su clientela es leal a pesar de que el gimnasio no 
tiene duchas,  casilleros, ni toallas. Como no puede comprar equipos 
importados, en vez de pesas, Hernández ofrece botellas llenas de arena. 
Tiene tres bicicletas estacionarias y una máquina de trotar, aunque 
viejas y desvencijadas.
"Mi gimnasio es modesto, pero les gusta", señaló Hernández, expresando 
deseos de algún día tener un sauna y una sala de masajes.
Para Hidalgo, el dueño de la pizzería cerrada, sin embargo, su 
experiencia con la iniciativa privada fue amarga. Dice que perdió entre 
800 y 1.000 dólares tratando de llevar adelante su negocio. Está 
apelando una multa de 520 dólares que le han impuesto las autoridades 
que le acusan de declarar menos ganancias de las reales, aun cuando la 
empresa fracasó.
Hidalgo tuvo problemas de salud y está desempleado desde que la pizzería 
cerró en abril. Dice que no abandonó la esperanza de iniciar otra 
empresa algún día, pero no descarta posibilidades más allá de las fronteras.
"Yo lo que quiero es encontrar un trabajo con un salario que me dé para 
vivir como una persona normal de mi edad. Ojalá aparezca en mi país pero 
si se me da la oportunidad ...en otro lugar pues no me voy a negar", 
comentó Hidalgo.
Recientemente, la novia de Hidalgo, Gisselle de la Noval, de 25 años, 
obtuvo una licencia para arreglar uñas en el espacio que antes ocupaba 
la pizzería. El salón apenas acaba de abrir, por lo que es muy temprano 
para saber cómo le irá. Pero ella dice que está contenta, cobrando el 
equivalente de unos 40 centavos por una manicura y algo más que eso para 
el pedicuro.
"No extraño la pizzería, lamento que no haya tenido éxito el año que 
trabajamos pero yo soy joven y ahora estoy dedicada a esto, y espero que 
salgamos adelante", dijo de la Noval.
Source: "Negocios para turistas prosperan y para cubanos fracasan" - 
http://www.martinoticias.com/content/negocios-para-turismo-prosperan-para-cubanos-fracasan/30537.html#%C2%A0%7C%C2%A0=all&page=all
 
 
No comments:
Post a Comment