Cuba en horas falsas
Manuel Fermín
Yo no sé usted, amigo lector, pero el que suscribe esta opinión tiene 
agotada la capacidad de asombro en esta América Latina donde apreciamos 
al Gobierno cubano luchando con todos los instrumentos mediáticos del 
régimen para secuestrar el talento de aquellos artistas, intelectuales, 
académicos, atletas, etc., de la desidencia. Han entrado en horas de los 
arrepentimientos, de los que van a morir, y en esto está inmerso el 
castrimo-castrense tratando de legitimarse secuestrando para su causa a 
los vejados por el régimen, ensalzando sus aptitudes artísticas y 
literarias. Así se inicia en 2011 la exaltación de la obra de una de las 
plumas más brillantes del exilio cubano: Guillermo Cabrera Infante, 
insobornable y crítico severísimo de la dictadura, y que en horas del 
derrumbe la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, le hizo un 
homenaje póstumo a su obra: ¡Qué falsos! Tardíamente el sumiso hijo de 
Bebo Valdez, Chucho, ha reconocido lo "frustrante que ha sido para él 
que la música de Bebo se prohibiese en Cuba". Pues bien, en diciembre le 
llega el tributo: el régimen montará el Festival de Jazz en La Habana, 
"para recuperar la figura de Bebo". El régimen castrista no tiene 
escrúpulo en materia de tener vigencia, y permanencia ante su agonía, y 
a golpe de un cinismo repugnante en régimen pretende cargarse la gloria 
de sus víctimas de sus años de plomo con reconocimientos y honras 
denegadas que le desnuda ante los ojos del mundo. Esta farsa de unas 
instituciones oficiales hipertrofiadas dirigidas por un catálogo de 
serviles como es el caso del seudo sindicado de artistas y escritores, 
que no ha servido más que para mantener en un hondón descomunal de 
desinformación al pueblo cubano durante 55 años, le sirve al régimen 
dinástico para ofrecerle un regreso honroso a los exiliados; y para los 
muertos en el exilio como algunos de los casos citados, fingen homenajes 
cuando toda esta gente tuvo que resistir el influyo mortífero de la 
dictadura en el arte y la cultura cubanas. Pero no solo es iniciativa de 
la dinastía roja caribeña, la Rusia soviética hizo lo mismo con el 
escritor Boris Pasternak.
La verdad que los Castro se las traen. Para hacer creíble su método de 
falsación, y empapados de autoestima revolucionaria, poseen la audacia y 
la indulgencia de hacerle creer al mundo, al que pretenden engañar, que 
están interesados de que estos prestigios cubanos del exilio se les 
reconozcan sus grandes méritos por un espíritu de justicia y de verdad. 
Pues no es así. Es toda una tramoya de mercadeo para robarse la memoria 
y meterla en su síntesis de su doctrina asimiladora de que todo lo que 
es Cuba es castrimo. Sin embargo, esta situación sigue obscenamente 
callada. Por el contrario premiada, y acaba de ocurrir en Sudáfrica, en 
donde el general Raúl Castro fue escogido como panegirista de Mandela 
cuando su régimen condenó y encarceló por conciencia a muchos Mandela 
cubanos: Mario Chaernes, 30 años. Valladares, 22 años; Húber Matos, 20 
años; Gutiérrez Menoyo, 24 años; Jorge Valls, 20 años; Aramis Taboada, 
murió en la cárcel; Gustavo y Sebastián Arcos, 15 años; Emilio Rivero 
Caro, 20 años; Alfredo Izaguirre, 20 años, entre otros.
Los demócratas latinoamericanos somos conscientes de que la fisonomía de 
este régimen invita al repudio. Que la apertura es una forma de decirnos 
que el sistema se asfixia, pero que aún así retrocede cualquier 
esperanza de que se restablezca en Cuba el consenso democrático. La 
absoluta verdad es que el espacio que pretende crear el régimen es, 
paradójicamente, una suerte de autoacusación.
Solo un régimen acostumbrado a la simulación se le ocurre perpetrar la 
provocación de desear dar a saber que se muestra contrario a la 
violencia y a las injusticias. Los indicios son demasiados insuficientes 
para hacernos entender que son solventes las conocidas artimañas.
Source: Cuba en horas falsas - listindiario.com - 
http://www.listindiario.com.do/puntos-de-vista/2013/12/27/304898/Cuba-en-horas-falsas
 
 
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