Los soplones
By OSCAR PEÑA
No le dé pena a los cubanos con los nuevos soplones de la Habana.
Chivatos --como los conoce el pueblo-- han existido siempre en todas las
sociedades y países. Hasta Jesucristo en su época los sufrió. Incluso
también el otro dictador cubano, Fulgencio Batista, los tenía y les
pagaba 33 pesos.
No tienen ideologías. Responden al que les pueda dar cauce al desarrollo
de ese horrible defecto. Sus traumas y frustraciones son su propio
enemigo y su mayor castigo. No es algo innato solo a las luchas
políticas y a los países comunistas, existen como la yerba mala en todas
partes del mundo. Este tipo de mujer u hombre también está cerca de
usted en su empresa, condominio, club u organización. Estamos hablando
de esa persona a la que todo el mundo le teme o evita pues está atento a
cualquier cosa que escuche o vea para ir a contársela a los jefes.
Los chivatos son parte inseparable de la naturaleza humana. Empiezan por
ser envidiosos que no supieron controlar su envidia y fueron cayendo al
nivel más bajo de la sociedad, que es la delación, el chisme, el
oportunismo, las zancadillas, la mala fe y la fabricación de líos
innecesarios que todos sufrimos casi a diario. Así que la nueva
repetición de héroes que acaba de anunciar La Habana no es más que la
penosa utilización de personas con los defectos anteriores, unido a una
fuerte presión realizada científicamente sobre ellos por la policía
política, explotando otras adiciones y debilidades que tienen. En
Estados Unidos es un método que utiliza también la policía para negociar
con el acusado: ``Dime lo que sabes y te quito delitos y años a
cumplir''. En Cuba: ``Dime lo que sabes, coopera, nos olvidamos de todo
lo tuyo, te obsequiamos una gira de héroe de 3 días, te devolvemos tu
antiguo trabajo u otro nuevo y orientamos a tus vecinos que te traten
como a un gran personaje''.
En los países comunistas y de corte dictatorial muchos ciudadanos
también caen en esos pantanos vestidos y justificados del camuflaje del
terror y el miedo. Un ejemplo de ello en Cuba son los numerosos miembros
de los comités de defensa de Fidel y Raúl Castro que escondidos en la
penumbra de la noche te alertan personalmente o te envían un tembloroso
recado de que ``estás en candela'', que están averiguando por ti y que
la Seguridad del Estado o la policía te persigue. Son esos cubanos
``vestidos de fidelistas'' que tienen el alma partida en tres pedazos:
decencia, miedo y oportunismo. Definitivamente en estas organizaciones
del régimen predomina el chivato peor, el patológico, que existen
--lamentablemente-- en todos los sistemas. Ni en Cuba, ni en Estados
Unidos, ni en ningún país del mundo la policía es tan eficiente como tan
soplones los ciudadanos.
En Cuba se forma más algarabía porque todos los medios de prensa son del
régimen y ellos los ponen en función de los chivatos de turno con el
propósito --hay que admitir que bien logrado en estos 52 abriles-- de
paralizar a la población indicándole que en cada lugar hay un ojo delator.
l régimen no concibe que otros ciudadanos cubanos puedan pensar distinto
y tener otras opiniones, cometiendo así una falta de respeto a la
verdadera soberanía cubana. Oculta que hay hombres y mujeres en el
Cerro, Lawton, Placetas, Banes, Pedro Betancourt, Bahía Honda y en todos
los rincones de Cuba que quieren decentemente cambiar la grave situación
de la isla. No admite que sus adversarios sean cubanos, los desea sólo
extranjeros.
La prensa oficial cubana --al contrario de lo que se hace en los países
libres y democráticos-- no cubre las actividades cívicas opositoras y
sólo recurre al viejo truco de la conspiración enemiga y el terrorismo
mediático. Ellos justifican que se busque tribuna y solidaridad
internacional en medios extranjeros para denunciar los problemas del país.
http://www.elnuevoherald.com/2011/03/16/903900/oscar-pena-los-soplones.html
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