Lucha contra el racismo en Cuba necesita nueva perspectiva
Cincuenta y sesenta. No son sólo números. Son 50 años de caos en una
isla que se derrumba y un mar de cambios en perspectiva entre 60
personas prestigiosas del norte que abrieron los ojos y dijeron la
verdad sobre un secreto a voces en Cuba.
El racismo impera en la isla, la discriminación es una forma de vida.
Los blancos la pasan duro, pero los negros la pasan peor. ¿Derechos
civiles? ¿Derechos humanos?
Ya sé que esto no es noticia para nosotros, para los exiliados o los que
han llegado más recientemente, o nuestros amigos y vecinos
estadounidenses que han tenido que soportar nuestra ``lloradera'', como
me advierten a veces. Pero algo está cambiando, y en grande.
La histórica Declaración de Conciencia de Afroamericanos publicada la
semana pasada condena ``el aumento del acoso y la aparente represalia
contra el naciente movimiento de derechos civiles de la isla''. Este
destacado grupo, que incluye a Carrie Meek, ex representante federal por
Miami, al director de cine Melvin Van Peebles, a la actriz Ruby Dee
Davis, al profesor de la Universidad de Princeton, Cornel West, y --sí
señor-- el ex ministro religioso de Obama el reverendo Jeremiah Wright
Jr., impugnaron al régimen de los hermanos Castro por su ``insensible
desprecio'' por los más marginados en la isla''.
Yo fuí testigo de primera mano cuando estuve a Cuba en el 2002 como
reportera y visité la isla, de La Habana hasta Santiago. Era raro ver a
un negro trabajando en un hotel o en las tiendas para turistas. Y cuando
los negros jóvenes se congregaban en el Malecón habanero y se acercaban
demasiado a los turistas europeos, los policías los alejaban.
Pero esas son indignaciones menores. Las grandes se pueden ver echando
un vistazo a la clase dirigente: los gobernantes son abrumadoramente
blancos, y en las altas esferas, canosos y verde oliva. Los que mandan
son blancos viejos. En la universidad es lo mismo.
Impulsados por la condena del líder negro brasileño Abdias Nascimento al
``injusto encarcelamiento de Darsi Ferrer'', líder afrocubano de
derechos civiles, el grupo de los 60 ha tomado una postura que todos los
exiliados cubanos deben recibir de buena gana.
Pero ya estoy escuchando las quejas. Muy poco, demasiado tarde, dicen
algunos exiliados. ¿Por qué los 60 no incluyeron al Dr. Oscar Elías
Biscet, activista de derechos humanos y que se opone al aborto, también
encarcelado por enfrentarse al clan de los Castro? ¿Cómo se atreven los
60 que firmaron la declaración de conciencia a concentrarse en los
derechos civiles y toman en cuenta a los valientes activistas de
derechos humanos porque son predominantemente blancos?
Esto explica los 50 años. Algunos de nosotros que tenemos la libertad de
decir lo que pensamos hemos caído en la cultura de la queja. O
concuerdan completamente con no-sotros o están contra nosotros. O están
con nosotros desde el comienzo o lo critican como sospechoso de
apologista de una dictadura. Así de simple, sin derecho al pataleo.
Pero esto huele a viejo. Lo que necesitamos ahora es otra manera de
pensar, un enfoque que no se olvide de la decrépita realidad cubana,
sino que abrace la amplia gama de voces en todas partes, desde la joven
bloguera blanca Yoani Sánchez, quien habla por su generación, hasta el
pobre Pánfilo, el negro que fue enviado a un hospital mental este año
para ``curarlo del alcoholismo'', después de que lo grabaron en un video
que alguien colgó en Youtube, quejándose de la falta de jama.
Así que gracias, gracias mil, a esos 60 estadounidenses. Bienvenidos a
la lucha por la justicia para todos.
Lucha contra el racismo en Cuba necesita nueva perspectiva - Myriam
Marquez - ElNuevoHerald.com (7 December 2009)
http://www.elnuevoherald.com/opinion/myriam-marquez/story/604058.html
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