2009-12-11.
Elías Amor, Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Siempre he afirmado que los disidentes que
luchan en Cuba por la democracia, la libertad y los derechos humanos
merecen una especial consideración de todos los que, desde lejos,
observamos con especial preocupación los acontecimientos en la Isla.
Reconocimiento especial por el papel que desempeñan en un régimen que
desprecia la libertad, tal y como la entendemos en la sociedad
occidental, y que, en esta última etapa, agobiado por la presión
económica y la acumulación de errores políticos, está volviendo a
alentar los actos de repudio, la participación callejera y descontrolada
de los batallones de respuesta rápida, y toda la variopinta gama de
instrumentos de represión con los que cuenta para silenciar cualquier
voz disidente.
Ya lo hicieron de forma irrespetuosa y cobarde con Yoani Sánchez, de
forma estentórea con su marido Reinaldo Escobar, y ahora, nuevamente, en
muy poco espacio de tiempo, nos llega la noticia de que un centenar de
seguidores del gobierno cubano hostigaron, persiguieron y lanzaron
airadas consignas e insultos a unas 50 integrantes del grupo Damas de
Blanco, familiares de presos políticos, que marchaban el miércoles por
La Habana en recuerdo del Día de los Derechos Humanos.
Las Damas de Blanco son un ejemplo de valor y determinación en la
asfixiada sociedad civil cubana. Se trata de un grupo, ciertamente
numeroso, de mujeres, vestidas siempre de blanco, que utilizan la
protesta pacífica como medio de expresión, caminando en silencio por
varias calles de La Habana. Muchas de ellas son esposas, hermanas,
madres, familiares directos de los presos de conciencia que sobreviven
en duras condiciones en las cárceles cubanas desde que se alentó la onda
de represión de la Primavera negra de 2003 decretada por Fidel Castro.
Desde entonces, como ellas mismas dicen, "hacemos una caminata por las
calles de La Habana, porque es un símbolo para defender los derechos
humanos".
Tal vez para demostrar lo valientes que son, al atacar a un grupo de
mujeres indefensas, los simpatizantes del castrismo que responden a la
llamada y las consignas de la policía política y del partido, sindicato
único, se apostaron cerca de las mujeres que marchaban pacíficamente por
la ciudad, y empezaron primero a increparlas verbalmente con los gritos
chapuceros tantas veces utilizados: "Viva Fidel y Raúl', "Pin pon fuera,
abajo la gusanera' y "Esta calle es de Fidel'.
Lo más importante de este nuevo acto de repudio es que las Damas de
Blanco no se acobardaron frente a sus atacantes. No tanto por la
parsimonia de los agentes de policía, que suelen tener órdenes de no
intervenir contra los agresores, sino de dispersar y golpear a los que
son atacados. Esta vez, como principal novedad, los informantes que
presenciaron el acontecimiento destacaron que jóvenes transeúntes de
civil, tal vez policías secretos, impidieron choques físicos al
anteponerse entre los dos bandos.
Tras la maniobra de disuasión, que es la primera vez que se produce de
este modo, las Damas de Blanco se retiraron de la zona de los
incidentes, pero fueron nuevamente perseguidas y acosadas por unos 50
simpatizantes del gobierno, que continuaron los gritos e insultos hasta
la casa de Laura Pollán, situada a unos 4 kilómetros de distancia de los
sucesos. Allí continuó la concentración de los castristas, a quienes se
les unieron otros tantos hasta sumar alrededor de un centenar de personas.
No cabe duda que estamos ante un nuevo escenario que nos merece especial
atención. Que las protestas callejeras de los partidarios del régimen
van en aumento y que se acentúa la represión contra la disidencia, es
algo incuestionable. Alguien ha dado órdenes claras a los descerebrados
que actúan contra mujeres indefensas o blogeros a emplearse con dureza
una vez más. Sin embargo, la policía, confundida entre la población,
sigue de cerca estos actos vandálicos y parece haber recibido la
instrucción de evitar cualquier altercado que pueda finalizar en un baño
de sangre.
Esta es la situación en la que se encuentra Raúl Castro: un debate
permanente entre lo que se quiere hacer y lo que se debe hacer.
Ya no cabe la más mínima duda que las profundas contradicciones
existentes en el régimen entre los que aspiran a abrir puertas para que
entre aire fresco y los que piensan que después de Fidel nada importa
son cada vez mayores.
Diferencias insalvables que afectan a la forma de hacer política, a la
diplomacia y las relaciones exteriores, a las decisiones económicas, a
la organización administrativa, al funcionamiento del partido único que
no acaba de anunciar su congreso, al sindicato paralizado ante la
aparición de las primeras organizaciones independientes, están
posiblemente en el origen de este nuevo proceder.
La pretendida unidad que transmite el régimen es sólo un engaño. Al
igual que los restantes países socialistas, el régimen castrista ya se
encuentra herido de muerte y dividido. Puede que intenten tapar esas
diferencias pero no cabe duda que ya se encuentran y que son el preludio
de los cambios, en profundidad, que esperan al país cuando suceda lo que
tiene que suceder.
LA CONCIENCIA CRÍTICA DEL PUEBLO CUBANO - Misceláneas de Cuba (11
December 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=24744
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