El doctor Vázquez y el señor Amnesia
RAUL RIVERO
Madrid -- No. El insigne médico de izquierda, el notable socialista del
cono sur, tampoco quiere ver a los demócratas cubanos. El doctor Tabaré
Vázquez entra con resolución en la nómina infame de obispos y
embajadores que prefieren un mojito con los verdugos a un vaso de agua
clara con la oposición perseguida y acosada.
Así, con llaneza, colgado de un argumento para anormales sacado de un
manual coreano o de un cuaderno de instrucciones de los sindicatos
soviéticos. Secos y cortantes, los diplomáticos del país de los pájaros
pintados le han quitado relevancia a la convocatoria de la disidencia
interna para que el dirigente sudamericano los escuche.
''El presidente no se va a reunir con ellos. Es una visita que nos
invitó el gobierno cubano'', dijo el Felipe Pérez Roque de Montevideo,
Gonzalo Fernández. Cuando le preguntaron los periodistas si otro
funcionario de menor rango (como hizo con pulso de mago el canciller
español Miguel Angel Moratinos) se entrevistaría con los opositores, el
jefe de la diplomacia uruguaya, liquidó el asunto con un tajante: ``No
creo''.
Esta posición de indiferencia y, opino yo, de menosprecio, hacia las
fuerzas que se enfrentan a una dictadura totalitaria de medio siglo, no
consigue insultar a quienes trabajan en solitario por la libertad. Lo
que produce es una foto instantánea de la categoría del jefe del
gobierno del Uruguay en la que se le ve de cuclillas a los pies de Hugo
Chávez.
En la exposición puede verse el grupo completo de la socialdemagogia
latinoamericana. De modo que ahí están Daniel Ortega, Lula da Silva,
Rafael Correa, Evo Morales y, quizás a la espera de la hora de entrar en
la estampa, la señora Michelle Bachelet, que tiene un vuelo anunciado
para La Habana.
Los opositores cubanos sólo se proponían hacerle llegar al doctor
Vázquez una descripción de la realidad del país y su evaluación de la
situación de los derechos humanos y las libertades cívicas. Para ello
entregaron una carta en la legación diplomática de Montevideo en la
capital cubana.
Para esa gestión también hubo desdén y distancia. El agregado de prensa
de la embajada uruguaya dijo que no tenía conocimiento del tema.
El oncólogo, famoso por su afición al fútbol y a los carnavales, que se
considera un demócrata y un hombre moderno e independiente, confesó que
sólo hizo pequeños ajustes a la agenda que propusieron sus anfitriones
cubanos. No sabe por qué no se incluyó una entrevista con Fidel Castro y
está conforme con entrevistarse con Raúl.
Es decir, ni él, ni sus asesores en materia de política exterior,
contemplaron nunca la posibilidad de encontrarse con la disidencia a
pesar de que un sector de la prensa uruguaya le pidió que se mostrara a
la altura del presidente de un país democrático y respetuoso de los
derechos y recibiera a la oposición y a representantes de las Damas de
Blanco.
Y ahí está, de visita en los sofás de los carceleros de casi 300 presos
políticos. De paso entre la gente que vive sin poder expresar sus ideas
políticas y sin libertad de prensa, olvidado de que las dictaduras son
nada más que dictaduras. Ahí está, con sus ayudantes que reparten su
biografía de profesional de origen humilde, mientras él conversa con un
grupo de poder que lleva cinco décadas sobre las espaldas de un pueblo
vecino pobre y humilde.
Por orden alfabético, Vázquez estará al final de la lista de quienes se
olvidaron de Cuba. Por el significado de ese olvido estará en el mismo
rango de sus compañeros de la fotografía que se describe arriba. Una
foto que tiene aún espacios vacíos y figuras que la vida y el tiempo ya
comenzaron a borrar.
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas_de_opinion/story/226904.html
No comments:
Post a Comment