¡Que se vayan!
Tania Díaz Castro
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - Hoy, en pleno siglo XXI, y
transcurridos más de cincuenta años de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, la emigración cubana hacia los Estados Unidos no ha
cesado un solo día, y adquiere a estas alturas ribetes de tragedia nacional.
Se recuerdan las arengas de Fidel Castro exhortando a las multitudes a
que repitieran con él: "¡Que se vayan! ¡Que se vayan!", y calificando de
traidores y gusanos a esa otra parte de la población que pasaba del 50
por ciento y que no presentía nada bueno para Cuba con el gobierno de
los barbudos.
Más de dos millones de cubanos, aproximadamente el veinte por ciento de
la población actual, han emigrado desde que se estableció en el país la
dictadura, que jamás ha permitido que se abra ni una persiana hacia la
libertad.
Los que permanecemos en la Isla, contra viento y marea, nos preguntamos
con horror por qué cada día se marcha un promedio de 52 cubanos, cuando
el que debiera emigrar es el causante principal de esta tragedia.
Hace unos días el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX)
emitió una declaración exigiendo a los Estados Unidos el cumplimiento de
los acuerdos migratorios de 1994, los cuales, según mi opinión, deberían
cesar por absurdos, antihumanos y obsoletos.
Reprocha el MINREX a los Estados Unidos que en lo que va de año sólo se
han presentado en sus oficinas diez mil 724 personas con visas otorgadas
por la Oficina de Intereses de Estados Unidos, con el propósito de
emigrar a ese país. Y destaca que esa cifra sólo representa el 53,6% de
la cuota de 20 mil visas anuales que deben ser aprobadas antes de
septiembre del año en curso.
Quiere esto decir que al gobierno le preocupa que no se cumplan los
acuerdos migratorios. En primer lugar -así lo señala por orden-, porque
complace a los, supuestamente, enemigos más acérrimos del acuerdo: los
cubano-americanos que sufren un exilio de décadas; y en segundo lugar,
porque alentaría la emigración ilegal, la que ocurre, por supuesto, por
la falta de libertad, prosperidad y derechos humanos en la isla.
A continuación, se refiere también a que el no cumplimiento de estos
acuerdos provocaría indisciplina social y el delito, en un país donde
los trabajadores se ven obligados a vivir fuera de la ley e inventar su
propia maquinaria extra laboral para comer.
La emigración cubana siempre ha representado una válvula de escape para
el régimen. Se trata de personas que rechazan su modelo político,
capaces de exigir un CAMBIO que saque al país del marasmo en que se
encuentra.
Claramente, la nota del MINREX hace alusión a la posible inestabilidad
que se crearía en Cuba si se suspendiera las visas norteamericanas, y
casi implora a la Oficina de Intereses de Estados Unidos que dé
cumplimiento a la cifra de 20 mil refugiados políticos anuales.
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