Juan Carlos Reyes Ocaña – Holguín Press
29 de julio de 2007
Holguín, Cuba – bitacoracubana - En Cuba, la revolución que un día se 
prometió a los humildes, quedó en el olvido. A lo largo de casi medio 
siglo de gobierno comunista, precisamente ellos, los humildes, son los 
que han llevado la peor parte en esta sociedad.
La década de los 90 puso al descubierto la desigualdad real del pueblo 
cubano, y por supuesto, todas las mentiras sobre la equidad.
La caída del campo socialista y la desintegración de la Comunidad de 
Ayuda Mutua Económica (CAME) no fueron más que el preludio de los 
tiempos venideros.
Nuestro país, subsidiado por la hoy extinta URSS, se vio con carencia de 
todo lo elemental para vivir. La nomenclatura gobernante, en momentos de 
desesperación, decidió tomar medidas a beneficio propio, con el único 
objetivo de seguir en el poder y sin pensar en la clase pobre.
Entre las tantas medidas que tomó, abrió tiendas recaudadoras de divisas 
y despenalizó la moneda del enemigo que tanto le gusta, el dólar.
Según los de la nomenclatura, las "shoping", como les decimos todos, son 
para recaudar divisas que entraran por concepto de remesas familiares. 
Pero al final y para desgracia de nosotros, tenemos por obligación que 
comprar en estos recintos todo lo de primera necesidad. Lo curioso es 
que al trabajador se le paga en moneda nacional.
Como por arte de magia, muchos centros gastronómicos perdieron sus 
nombres y dieron paso a uno nuevo: Doña Yuya.
Realmente no sabemos ni quien es esta señora ni de donde vino, pero 
estamos seguros de que es especialista en robo y estafa, y que a la vez 
corrompe a muchos administradores.
He aquí algunos ejemplos de los nuevos precios en estas unidades: una 
croqueta que valía 8 centavos, ahora cuesta 10 veces más y con peor 
calidad; un paquete de sorbeto que valía 25 centavos, hoy se cotiza a 5 
pesos. Y así por el estilo.
¿Cuál es la justicia para el trabajador humilde que vive de su sueldo? 
Habría que decir: ¡Yuya, comadre!
Si una mercancía de mucha demanda tiene un determinado precio en las 
redes estatales, pero está en falta, que es casi siempre, la bolsa negra 
sale en acción para venderla más caro.
Lo que te deja admirado es ver el producto nuevamente en las vidrieras y 
con el mismo precio que el de procedencia clandestina, y muchas veces 
más elevado. ¿Será esto acaso el concepto de igualdad que tiene el Estado?
Las ferias agropecuarias y mercados con una tarifa módica a sus 
productos son efímeros.
Se mejoró el transporte interprovincial, pero se le aumentó al pasaje e 
incluso Cubana de Aviación cobra el doble.
Existen infinidades de personas con situaciones pésimas de viviendas. La 
totalidad de ellas es gente humilde y con bajos ingresos, yéndose a una 
encrucijada a fin de mes, cuando la canasta básica es tan exigua que no 
tienen nada para darle de comer a sus hijos.
Y aunque suene morboso, puede observarse a padres de familia que acuden 
al vertedero municipal a recoger los desechos que vierte el combinado 
cárnico. Es doloroso ver a los cubanos rebuscar en estas inmundicias y 
sacar pedazos de vísceras, para comer.
La paradoja de esto es que tenemos en nuestro país miles de trabajadores 
sociales, dedicados a funciones totalmente ajenas a las que 
verdaderamente les corresponde.
Todo esto ocurre en nuestras caras y muchos callan, ya sea por miedo o 
por algún beneficio. Y en muchos casos, el beneficio, está preñado de miedo.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=5274
 
 
No comments:
Post a Comment