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Monday, September 11, 2006

Las Bibliotecas Independientes de Cuba en la Radio Nacional Sueca

Las Bibliotecas Independientes de Cuba en la Radio Nacional Sueca
2006-09-11

Nota introductoria: El pasado 2 de septiembre, Erik Jennische,
Secretario General del Swedish International Liberal Centre, SILC, fue
entrevistado en la Radio Nacional Sueca, para el programa Flipper,
magazín cultural de la emisora P3. Dicha entrevista giró esencialmente
en torno a la labor de las bibliotecas independientes en Cuba. Buena
parte del programa se dedicó también clarificar la manera en que
-también desde la distante Suecia- se rompe el bloqueo informativo del
régimen castrista. Por la importancia de lo allí dicho, tanto práctica
como en materia de principios, Misceláneas de Cuba pone a disposición de
los lectores la traducción literal de la emisión radiofónica. Para
escuchar la versión en sueco grabada en formato mp3 presionar aquí.

*************

La fuerza de la literatura consiste en abrirle los ojos a la gente y
ponerle en entredicho la situación en que viven. Sin embargo, en los
países totalitarios no se puede obtener cualquier tipo de libros y
revistas. Por ello, estos deben ser introducidos clandestinamente. A
esto se dedica el SILC, el Centro Internacional Liberal Sueco. Ellos
ayudan a introducir clandestinamente libros en Cuba. Su Secretario
General se llama Erik Jennische:

- Aquí hay varios textos de Alexis Gainza, cubano que vive en
Suecia y que trabaja muchísimo con una revista que se llama Misceláneas
de Cuba. La revista trata sobre Cuba y nosotros la introducimos en la
isla de diferentes maneras.

Erik Jennische me muestra revistas y libros escritos por ex cubanos
[¡sic!]. Para los cubanos de dentro de la isla es en principio imposible
tener acceso a los mismos. Los libros no necesitan ser de índole
política sino que puede tratarse de cualquier tipo de literatura, dice
Erik, y considera que el argumento de estos escritores no es criticar a
Cuba, más bien se toman la libertad de describir el país a su manera. En
Cuba hay dos tipos de bibliotecas: las públicas y las ilegales, las
bibliotecas libres, que también son llamadas independientes. Los autores
del SILC suelen ir a parar a las bibliotecas independientes. En las
bibliotecas públicas es imposible encontrar obras de escritores que
pongan en duda la historiografía del régimen cubano, dice.

- Las bibliotecas independientes en Cuba y nuestra colaboración con
las mismas, toman su punto de partida con lo que Fidel Castro afirmara
en la Feria del Libro de La Habana en 1998. Entonces dijo que no había
libros prohibidos en Cuba, sino que había poco dinero para adquirirlos.
Entonces nosotros le tomamos la palabra, de que no había libros
prohibidos, que simplemente se carecía de los mismos. Nosotros sí
tenemos libros y los metemos en Cuba. Después de aquello hemos reunido
cientos de libros en Suecia a través de donaciones, así como recogido
mucho dinero para comprar más que luego hemos enviado con turistas y
otras personas que viajan a Cuba, quienes a su vez los han entregado a
las bibliotecas independientes. El argumento del trabajo informativo del
régimen cubano es que solamente ellos tienen el derecho a describir a
Cuba. Hay una indiscutible verdad de Cuba y es la imagen del régimen
cubano, y es justamente a esto a lo que dicha literatura se opone.

La palabra "contrabandear" se utiliza raramente. Nosotros decimos
"introducir libros", dice Erik Jennische, quien piensa que
"contrabandear" es un delito pero que en un país como Cuba, que tienen
un Gobierno y una Asamblea Nacional que no han sido elegidos por el
pueblo donde se promulgan leyes que no son aprobadas democráticamente,
es completamente normal violarlas. En principio cualquier persona puede
tomar consigo libros a Cuba. Uno llama al SILC, dice que va a viajar a
la isla, y entonces recoge entre 15 y 20 libros y revistas. También
recibe una lista de direcciones que indica dónde serán entregados. Claro
que uno puede tener problemas con la aduana. Los funcionarios aduanales
pueden preguntar para qué se van a utilizar los libros, y uno puede
decir que se los va a entregar a un amigo.

- O puede decir que quiere introducir los libros porque ha oído
decir que no los hay en Cuba y que para los cubanos es importante
poderlos leer. Luego queda en manos del aduanero decidir si los puede
introducir o no.
- Estoy sumamente curiosa porque sé que cuando gentes han viajado
a Irán han escondido discos compactos, o cosas por el estilo. Pero en
este caso, se trata solamente de empacar los libros en la maleta y
entrarlos.
- Creo que después que el turismo a Cuba creciera grandemente a
principios de los 90as, la aduana ha estado mucho menos activa, lo que
significa que están revisando las valijas con menos celos. En principio,
la mayoría de los envíos a Cuba han entrado sin problemas. Algunos
conocidos que han viajado a Cuba han sido parados en la aduana y se les
ha decomisados todo, desde literatura comercial escrita por autores
cubanos, hasta libros para niños de escritores suecos como Astrid
Lindgren o libros de Alfons Åberg.
- Las personas que introducen clandestinamente los libros, ¿qué
riesgos toman?
- En mi opinión toman un riesgo muy pequeño. No obstante, no
podemos decir que no toman ningún riesgo. En teoría puede por ejemplo
ocurrir que no los dejen entrar al país. Esto es más posible que ocurra
si uno ha viajado varias veces. Pero hasta el momento nadie ha ido a
parar a la cárcel ni ha sido obligado a abandonar el país por causa de esto.
- ¿Hay diferencia si un sueco o un cubano meten los libros?
- Creo que la mayoría de los cubanos que están políticamente
activos en el extranjero no pueden viajar a Cuba. Así que los cubanos
que no están comprometidos políticamente, sí pueden viajar a Cuba, pero
para ellos es mucho más sensible tomar consigo libros que para los turistas.
- ¿Qué les podría pasar, por ejemplo?
- No sé realmente. Pero la probabilidad de que le sea confiscado
los libros es mucho mayor y seguramente tendrán problemas al sacar la
visa la próxima vez.

Los exiliados cubanos con los que el SILC colabora no introducen libros
y revistas clandestinamente, sino que son quienes escriben la mayor
parte de lo que se lleva a las bibliotecas independientes. Las
bibliotecas independientes están en casas de personas que asumen grandes
riesgos. Por ejemplo, pueden ser sentenciadas por el estado a 25 años de
cárcel, sus hijos pueden tener acceso a la universidad y sus parientes
pueden perder el trabajo, dice Erik. Durante el verano del 2003, tuvo
lugar en Cuba una ola de arrestos en la cual 21 bibliotecas fueron
sometidas a las razzias del estado y 20 bibliotecarios arrestados,
cuenta Erik Jennische.

- Todos los libros, desde literatura infantil hasta diccionarios y
obras políticas, todo se lo llevaron en grandes sacos plásticos. Muchas
de las bibliotecas fueron destruidas; y cuando se destruyen libros de
los cuales hay poco y que encima cumplen un papel tan importante en la
vida cultural, cuando uno destruye eso, de alguna manera se está
realizando un asesinato cultural, lo cual tiene una fuerza simbólica muy
grande en Europa donde con frecuencia se recuerdan las hogueras de
libros en la Alemania de la década de los 30as.
- Las personas que introducen libros en Cuba, ¿son contrabandistas
o visionarios? ¿Qué tú dirías?
- Por supuesto visionarios. Ellos defienden la visión de que
también los cubanos tienen derecho a leer los libros que quieran. Eso es
en primer lugar una visión.

(Transcripción de la entrevista: Alexis Gainza Solenzal, jr. Traducción
del sueco e introdución: Alexis Gainza Solenzal, sr).

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=6911

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