04-03-2011.
Aimée Cabrera
(www.miscelaneasdecuba.net).- El transporte urbano no logra garantizar
el traslado de la población de un municipio a otro. No sólo se ven
afectados los que tienen que llegar a tiempo a sus centros laborales o
escuelas, sino los que prescinden de un vehículo para realizar gestiones
personales.
Los horarios comprendidos entre las 7 y las 8 de la mañana, o las 3 y
las 5 de la tarde son caóticos. Las paradas de ómnibus muestran el
desespero de las personas que no logran llegar a tiempo a su destino.
Los ómnibus articulados son dobles y ocupan mucho espacio por lo que
paran fuera de parada. Ancianos, o padres con niños pequeños tienen que
dejar ir el transporte que demora más de media hora en volver a pasar.
No existe el inspector que controle a los choferes, por lo que todo es
un caos.
La empresa Transmetro cuyos ómnibus transportan a algunos trabajadores
capitalinos no da abasto cuando en algunos horarios ayuda con sus
itinerarios a descongestionar las paradas. El precio de este servicio es
de 1 peso y se sale del presupuesto de quienes abonan cuarenta centavos
por su pasaje.
En la actualidad son muchos los carros que no pueden salir a dar sus
viajes por falta de piezas de repuesto o del petróleo que los mueve.
Para estas deficiencias no hay una explicación alentadora por parte de
los dirigentes del sector del transporte en la capital.
A decir de la población cansada de tanto maltrato público, a esos
funcionarios poco les importa todas estas inconveniencias, pues tienen
autos asignados por su entidad, los cuales pueden usar a toda hora, con
la mayor impunidad.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=31484
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