"Las metas señaladas a Cuba por Europa son las correctas"
ANTONIO CAÑO - Washington - 22/06/2008
El Gobierno de Estados Unidos intenta mantener la unidad de acción con
Europa en relación a Cuba a pesar de las discrepancias puntuales sobre
la decisión de la UE de levantar las sanciones a la isla, según ha
informado a EL PAÍS el principal responsable estadounidense de la
política hacia América Latina, Tom Shannon.
"Nos preocupa que se trate de ir rápido en las relaciones con una dictadura"
Desde el punto de vista de Washington, lo más importante en las actuales
circunstancias no es en sí mismo el levantamiento de las sanciones, que
aquí se daba por descontado desde que el nuevo líder cubano, Raúl
Castro, tomó las primeras medidas de apertura económica, sino el hecho
de que esto se haga con la vista puesta en unos objetivos que coinciden
plenamente con los criterios de Estados Unidos.
La Administración estadounidense interpreta, por tanto, la decisión de
la UE no como un serio revés diplomático, sino como una victoria del
grupo más pronorteamericano de los Gobiernos europeos y, desde ese punto
de vista, como una decisión con la que Estados Unidos puede convivir. La
UE decidió esta semana levantar las sanciones diplomáticas y políticas
impuestas a Cuba en 2003 como estímulo para que las autoridades de La
Habana democraticen verdaderamente el país.
"Las metas señaladas son las correctas, son las buenas en términos de
democracia y derechos humanos, pero nos preocupa que se trate de ir
demasiado rápido en las relaciones con un Gobierno que todavía está
atrapado en la dictadura", dijo ayer el secretario de Estado adjunto
para América Latina, Tom Shannon, en una entrevista con EL PAÍS.
Desde la perspectiva de los responsables norteamericanos, las
diferencias entre la UE y Estados Unidos en la actualidad en relación
con Cuba son meramente de tiempo. Washington es tan consciente como
Bruselas de que se ha abierto un nuevo periodo en La Habana y que, si no
ahora, la próxima Administración norteamericana tendría que explorar
nuevas vías con Cuba. Pero, al mismo tiempo, se mantienen reservas a
hacer concesiones a Castro sin garantías de que éstas servirán, en
efecto, para forzar los cambios esperados y no sólo para darle oxígeno
al régimen.
Por esa razón, la posición oficial norteamericana, expresada esta semana
por el portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey, es la de que
Estados Unidos no respalda el levantamiento de sanciones hecho por la
UE. Sin embargo, la diplomacia estadounidense no quiere entrar en
colisión con Europa por este asunto. Al contrario, busca la forma de
colaborar. "Queremos seguir cooperando con nuestros aliados europeos,
porque creemos que lo más importante son los valores y los objetivos que
compartimos para Cuba", explicó Shannon.
Una de las diferencias que EE UU y la UE intentan limar es la de cómo
interpretar los signos que, de manera a veces muy confusa, se envían
desde Cuba. "Nosotros estamos muy enfocados en conseguir el cambio
político, insistimos en que lo más importante es el cambio político. La
UE está más centrada actualmente en el cambio económico", consideró el
alto funcionario norteamericano.
Otro aspecto importante para EE UU en esta materia es el de delimitar
qué Gobierno consigue imponer sus puntos de vista en la UE. Según el
criterio de la Administración, España ha perdido protagonismo en la
política europea hacia La Habana y aquí reciben eso como una buena noticia.
"Éste es un tema que históricamente ha sido manejado por España, pero
ahora hemos visto un gran grupo de países opinando y participando en
esta decisión [el levantamiento de sanciones a Cuba]. Creemos que eso es
positivo, que es positivo para España y que es positivo para nosotros",
opina Shannon.
Aunque a la vista el ritmo de las reformas en Cuba se antoja muy lento,
los responsables norteamericanos son conscientes de que la situación en
la isla puede cambiar en cualquier momento e intentan actualizar su
política para poder responder a esos cambios. Con poco más de seis meses
por delante, esta Administración no va a cambiar ya de forma apreciable
su política hacia la isla vecina. Pero quiere estar preparada para no
dejar toda la iniciativa en manos de Europa si se llega a producir el
momento de una verdadera apertura política.
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