Fidel Castro desprecia la decisión de la UE y dice que encierra una
'enorme hipocresía'
'No deseo molestar, pero vivo y pienso', dijo el ex gobernante en una
'reflexión' que, añadió, sólo será divulgada por internet.
Redacción CE | 21/06/2008
Fidel Castro despreció este viernes la eliminación de las sanciones
diplomáticas adoptadas en 2003 por la Unión Europea (UE) contra La
Habana, y afirmó que la decisión encierra una "enorme hipocresía".
"A mi edad y en mi estado de salud, uno no sabe qué tiempo va a vivir,
pero desde ahora deseo consignar mi desprecio por la enorme hipocresía
que encierra tal decisión", dijo Castro en una "reflexión" publicada en
el sitio en Internet Cubadebate.cu.
El octogenario ex gobernante calificó de "desprestigiada" la forma
elegida por la UE para suspender las sanciones.
Las medidas fueron aprobadas en la primavera de 2003 para protestar por
el encarcelamiento de 75 disidentes y la ejecución de tres
secuestradores de una embarcación. Su aplicación estaba suspendida desde
2005, pero La Habana exigía el levantamiento total como condición para
normalizar las relaciones con la UE.
La suspensión definitiva "no implica en lo absoluto consecuencia
económica alguna para nuestro país", dijo Castro. "Por el contrario, las
leyes extraterritoriales de Estados Unidos y, por lo tanto, su bloqueo
económico y financiero, continúan plenamente vigentes", añadió.
"En nombre de los derechos humanos, le exigen (a Cuba) la impunidad de
los que pretenden entregar, atados de pies y manos, la patria y el
pueblo al imperialismo", afirmó en referencia a la exigencia de los
Veintisiete, contemplada en el texto aprobado por sus cancilleres, de
que se mantengan contactos con la disidencia y se incluya en el diálogo
político con el régimen el tema de los derechos humanos.
El bloque europeo pidió además "la liberación incondicional de todos los
presos políticos, incluidos los que fueron detenidos y encarcelados en
2003", y que La Habana "facilite el acceso a las prisiones a las
organizaciones humanitarias internacionales".
"La crisis de los alimentos y de la energía, los cambios climáticos y la
inflación acosan a las naciones. La impotencia política reina, la
ignorancia y las ilusiones tienden a generalizarse. Ninguno de los
gobiernos, y menos aún los de la República Checa y Suecia, que eran
renuentes a la decisión de la Unión Europea, podrían responder de forma
coherente a las interrogantes que están sobre el tapete", dijo Castro en
su "reflexión".
"Mientras tanto, en Cuba los mercenarios y vendepatrias al servicio del
imperio se halan los pelos y rasgan sus vestiduras en defensa de los
derechos de traición e impunidad", agregó en cuanto a la reacción de la
disidencia interna, que manifestó en su mayoría decepción por el fin de
las sanciones y preocupación por un posible aumento de la represión.
Castro dijo que la "hipocresía" de la decisión de la UE "se hace aún más
evidente cuando coincide con la brutal medida europea de expulsar a los
inmigrantes no autorizados procedentes de los países latinoamericanos,
en algunos de los cuales la población en su mayoría es de origen
europeo. Los emigrantes son además fruto de la explotación colonial,
semicolonial y capitalista", señaló.
"No deseo molestar, pero vivo y pienso", afirmó en su texto y aclaró que
sólo lo divulgará por internet, medio al que no tienen acceso la mayoría
de los cubanos.
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