2007-07-23.
Osmani Ricardo Segura García, Corresponsal del Centro Informativo
LA HABANA, 23 de Julio de 2007. No cabe dudas que la triunfante
Revolución Cubana de 1959 resultó ser un hecho muy conocido en aquel
entonces a escala mundial. Líderes como Fidel Castro, Ernesto Che
Guevara, Camilo Cienfuegos, Huber Matos, entre otros comandantes
rebeldes, muy pronto ganaron protagonismo ante la opinión pública
nacional e internacional.
Esta revolución, primeramente verde como las palmas, como la definiera
el mismo Fidel Castro desde los primeros días de 1959, muy temprano
cambiaría su rumbo y color, para desgracia de todos los cubanos, para
convertirse ya en la década del 60 en una implacable dictadura comunista.
Todo este cambio llegó a la realidad cubana gracias a la muy inteligente
manipulación de Fidel Castro, con el apoyo del Che Guevara, Raúl Castro,
incluyendo también a los comunistas cubanos de antaño, quienes no
vacilaron en manipular el contexto económico, político y social
presente, para hacerle la guerra a los norteamericanos, y buscar para
esto una alianza estratégica con la antigua URSS, quien vio en Cuba, por
supuesto, una enorme base militar a sólo 90 millas de Estados Unidos de
América.
Hombres y mujeres de coraje y valor que habían peleado contra la
dictadura batistiana, arriesgando sus vidas, manifestaron su descontento
y rechazo ante el nuevo rumbo que el Comandante en Jefe daba a la
incipiente revolución.
Como era de esperar, la reacción del máximo líder cubano frene a sus
oponentes fue brutal y violenta. Castro se sintió traicionado por la
conducta de los que se le enfrentaron, como es el caso muy conocido de
Huber Matos, y arremetió con todo su odio hacia aquellos hombres y
mujeres, quienes lograron escapar de Batista años atrás, y al final
sucumbieron en las cárceles cubanas, y algunos de ellos hasta fueron
injustamente fusilados, todos víctimas de los siniestros tribunales
revolucionarios cubanos.
Así comenzó la historia de una revolución, que nunca llegó a ser una
verdadera revolución, pues cambió muy pronto de color, y de verde cubano
cambió para rojo sangriento, y así seguir de esta forma el ejemplo de
Marx, Lenin y Stalin, en vez de abrazar verdaderamente el pensamiento
independentista y humanista de José Martí y Antonio Maceo, quienes nunca
fueron comunistas, ni lo quisieron ser.
Desde que Fidel Castro aplicó la fórmula comunista en Cuba, la
revolución cubana pasó a ser la involución cubana, llena de odio y
venganza, bajo el poder de una feroz dictadura totalitaria, capaz de
aniquilar a quien se le oponga.
Desde sus primeros comienzos, esta supuesta revolución, convertida en
involución, nunca creó las bases firmes para una verdadera economía,
como es propio en los regímenes comunistas. Sostenido el gobierno cubano
de la ubre soviética, el régimen castrista se convirtió en un amamantado
del campo socialista. Sólo así Fidel Castro podía hacerle frente a su
archienemigo, el vecino del norte.
Ya han pasado casi 50 años desde 1959 y continuamos involucionando bajo
el poder del anciano líder, que aunque en cama, todavía sigue dando
órdenes y emitiendo absurdas reflexiones. Las esperanzas parecen
desaparecer cada vez más ante un futuro incierto para los cubanos.
Los disidentes y opositores de hoy sufrimos día a día en carne propia la
ira de un gobierno que no nos tolera y nos oprime, llevándonos a los
calabozos a cumplir largas condenas por el sólo y único motivo de disentir.
Mientras Cuba continúe atada de pies y manos por la inmisericorde
voluntad de un tirano, nosotros seguiremos luchando por la libertad de
nuestro pueblo.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10911
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