Andar por las ramas
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - Si por algo se caracterizan las
autoridades cubanas es por sus enfoques superficiales y análisis
parciales, raramente dirigidos al centro de los problemas. Una prueba de
esto puede verse en la declaración del Ministerio de Relaciones
Exteriores (MINREX) del pasado 16 de julio.
La crispada declaración se refiere al atraso en la concesión de visados
a ciudadanos cubanos para viajar a Estados Unidos. Los datos del MINREX
calculan que entre el 1 de octubre de 2006 y el 30 de junio de 2007 sólo
se ha otorgado el 53,6% de las 20 mil visas que debían otorgarse al
concluir el próximo mes de septiembre, sobre la base del comunicado
conjunto suscrito en 1994. Por supuesto, en el texto se obvia la
existencia, desde hace tiempo, de cientos de cubanos que con visas
norteamericanas están impedidos de viajar al no recibir la autorización
oficial, la "famosa" tarjeta blanca.
Las autoridades cubanas juzgan que el incumplimiento estadounidense
significará un aliento a la emigración ilegal, también promovida por la
Ley de Ajuste Cubano y la política de "pies secos, pies mojados", sin
mencionar que su actitud de retener por la fuerza a ciudadanos con visas
de ningún modo facilita una emigración legal, segura y ordenada.
Respecto a la declaración del Minrex, los norteamericanos respondieron
que no podrán cumplir la entrega de las 20 mil visas en la fecha
prevista, por primera vez desde que entraron en vigor los acuerdos
migratorios de 1994. Alegan que el gobierno cubano pone muchos
obstáculos para el trabajo de la Sección de Intereses de Estados Unidos
en La Habana, entre ellos el negado de visas a su personal, dificultades
para la importación de materiales de oficina necesarios y la no
autorización de contrato a personal local para llenar 47 puestos vacantes.
Independientemente del análisis sobre los alegatos de ambas partes, en
los elementos brindados por la parte cubana se soslaya la esencia del
problema. ¿Por qué miles de cubanos, la mayoría jóvenes, se marchan y
otros cientos de miles, quizás millones, quisieran imitarlos? Resulta
poco comprensible el concepto de las autoridades cubanas de que la Ley
de Ajuste Cubano y la política de "pies secos, pies mojados" son causas
esenciales de la fuga hacia Estados Unidos. Se contradice con el hecho
de que en la mayoría de las embajadas en La Habana, sin existir leyes
benefactoras para los cubanos, los ciudadanos realizan interminables
colas para procurar visas y escapar del asfixiante "desajuste cubano",
aunque deban dejar atrás sentimientos y bienes.
La estampida y la bajísima natalidad constituyen los motivos
fundamentales del descenso de la población en términos absolutos. La
tendencia es que fundamentalmente queden en Cuba las personas de la
tercera edad, a quienes por razones obvias se les dificulta más la salida.
Los motivos del abandono en masa son evidentes. Se deben a la bancarrota
de la sociedad cubana y la frustración creciente ante la falta de
esperanza en el futuro. Actualmente se incrementa la desilusión por la
acumulación de dificultades, sin percibirse atisbos de cambios. Es más,
hay muchas evidencias de que la crisis pudiera empeorar drásticamente en
los próximos meses, debido a los fracasos económicos, como la caída
adicional de los ingresos por concepto de turismo; la disminución de la
producción azucarera, que ahora obligará a importar más de un cuarto de
millón de toneladas, y el descenso repentino de los precios del níquel,
después de una extraordinaria bonanza debido a las altas cotizaciones. A
esto se une el proceso de depauperación generalizada de la sociedad.
Rasgos preliminares de un empeoramiento pueden observarse ya en las
tiendas de venta por divisas del gobierno, donde desde hace meses existe
un pronunciado desabastecimiento, posiblemente relacionado con la falta
de liquidez para las compras en el exterior.
Estas acrecentadas dificultades pudieran resolverse con reformas que
liberen las bloqueadas fuerzas productivas nacionales. Pero pasado un
año de gobierno provisional, incluso las personas más optimistas se
inclinan a pensar que el inmovilismo se mantendrá, con lo cual los
problemas económicos se profundizarán y crearán el caldo de cultivo
ideal para situaciones políticas y sociales crecientemente tensas.
Como consecuencia, no se descarta que el gobierno, con su sistema
judicial y represivo listo, como en otras ocasiones, opte por acrecentar
el terror ante el descontento creciente. A no ser que el patrocinador
actual del totalitarismo cubano se decida a abrir más su bolsa,
alimentada por los altos precios del petróleo, a la sufrida isla del
Caribe probablemente le aguardan tiempos peores. Mientras, las
autoridades cubanas continúan por las ramas.
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