Publicado el 02-20-2007
¿Una verdad inconveniente sobre Cuba?
Por Ernesto F. Betancourt
La película de Al Gore "Una verdad inconveniente" parece va camino de un
Oscar. Los cubanos estamos tan envueltos en la salud de Fidel que no
miramos más allá de nuestras narices, pero lo que plantea Gore en esa
película, de ser cierto, nos pudiera afectar a nosotros tanto o más que
al resto de la humanidad. No soy ambientalista, ni experto en cuestiones
de esa índole, así que me limitaré a un punto que me dejó muy
preocupado. Veamos.
La película cubre los efectos del llamado "calentamiento global" sobre
la tierra. De acuerdo con el enfoque propagandístico seguido por el
propio Gore, la película presenta primero algunos de los efectos que
está causando el cambio de clima, especialmente en el Artico y en
lugares como las Nieves del Kilimanjaro o los glaciales andinos y,
después, entra a discutir los problemas de las políticas que se han
propuesto para contrarrestar ese "calentamiento global."
Como neófito en la materia, no me voy a meter en la discusión de si la
ciencia en que se basa Gore es concluyente o debatible, ni en las
fuerzas o intereses de los grupos ambientales o de negocios que pueden
estar detrás de todo este debate. Ya sea a favor o en contra. Sí creo
que algunos de los hechos presentados como posibles consecuencias
afectarian a los cubanos en alto grado y, estoy seguro que, antes de
mucho, la maquinaria propagandística del régimen se va a volcar sobre el
tema.
Primero, una aclaración. No soy seguidor de Gore. Vivo en Washington
hace décadas. Sé que Gore es una persona soberbia y que maltrata a los
que trabajan para él. Conocí a su padre, senador igual que él, en casa
de un periodista amigo de Tennessee. Tanto el padre como el hijo eran
beneficiarios de la ayuda financiera de Armand Hammer, quien fuera
presidente de la compañía petrolera Occidental. Después de la caída del
bloque soviético, se ha revelado que Hammer era agente de la KGB, además
de haber sido amigo de Vladimir Lenin, y usaba su riqueza petrolera para
influenciar la política de Estados Unidos. O sea, no le tengo aprecio a
Gore. No voté por él cuando fue candidato a la presidencia. Y desconfío
de lo que dice.
Mi preocupación mayor, como cubano, es la predicción que hace Gore en
dicha película de que, en los próximos cincuenta años, el nivel del mar
va a subir veinte pies. Vengo de La Habana y, si esto ocurre, toda la
zona céntrica de la ciudad, en que viví mi adolescencia, quedaría
inundada por el mar. Adiós al Malecón y a la Habana Vieja. Lo mismo le
ocurriría a nuestra bella playa Varadero. Otros podrán hacer sus propias
evaluaciones del impacto que esto tendría sobre la Cuba que conocieron.
Por suerte, he leído que esa predicción de Gore se contradice con otras
mucho más cautelosas que limitan el surgimiento del mar a de cuatro
pulgadas a tres pies en un siglo. Lo que es mucho más manejable y no lo
relacionan necesariamente con el "calentamiento global". De todos modos,
creo que, antes de tomar una posición sobre esta película y el tema del
"calentamiento global", los cubanos debemos discutir la factibilidad o
no de lo que dice Gore. Además, esto debe definir también nuestra
conducta personal en cuanto al consumo de energía y la generación de CO2.
Me parece que, a largo plazo, si esta verdad inconveniente se aplica a
Cuba o no es mucho más importante para el futuro y, para nuestros
nietos, que si Fidel o Raúl van a seguir detentando el poder.
No comments:
Post a Comment