2007-01-31
Lic. Oscar Espinosa Chepe, Economista y Periodista Independiente
La Habana, 31 de Enero de 2007.- El Perfeccionamiento Empresarial (PE)
comenzó a aplicarse a partir de Agosto de 1998 en los establecimientos
civiles. Tuvo su origen en una experiencia de las empresas de las
Fuerzas Armadas (FAR) en 1987. El sistema tiene por objetivo
flexibilizar la gestión administrativa, a fin de lograr mayor
eficiencia, acompañada por un incremento de los estímulos materiales
para aumentar la productividad.
Poco se conoce de todos los elementos que componen este sistema, pero
según lo publicado los directores de las empresas tienen un rango de
decisión más amplio, comprendidos el fondo salarial, el establecimiento
de los surtidos a producir, los servicios a brindar, y la determinación
de inversiones a realizar.
Este proceso en la vida civil fue avalado por el V Congreso del Partido
Comunista y se implantó con mucha propaganda, en el marco de las
reformas iniciadas en los años 1990. Sin embargo, a partir de 2002
empezó un proceso de recentralización de la economía, lo que paralizó e
hizo retroceder las reformas, dejándose de hablar del Perfeccionamiento,
tomándose medidas que prácticamente paralizaron los objetivos buscados.
El gobierno decidió que todas las empresas entregaran sus fondos en
divisas a la Caja Central del Estado, así como se crearon requisitos
para la firma de los contratos con el exterior tanto para la venta como
la compra de productos, entre los cuales está solicitar autorización a
los niveles superiores, incluido un grupo formado en el Banco Central.
Esa política lesiona la independencia de las empresas y está en plena
contradicción con las bases del Perfeccionamiento, aunque no se
reconozca públicamente.
Como consecuencia, en el 2005 hubo muy pocas solicitudes de
incorporación de empresas al PE. Actualmente parece que esto pudiera
cambiar, pues en la prensa de vuelve a hablar del Perfeccionamiento y se
reiniciaron los debates sobre el mismo en el XIX Congreso de la
Central de Trabajadores de Cuba (CTC), efectuado en Septiembre de 2005.
Otra señal importante ha sido la extensa entrevista al Coronel Armando
Pérez Betancourt, secretario ejecutivo del Grupo Gubernamental para el
Perfeccionamiento Empresarial, publicada en el periódico Granma el 23 de
Enero.
En esta ocasión, el Coronel Pérez Betancourt ofreció cifras sobre el
estado del PE, pero lo más importante es la referencia a que se ha
presentado a la consideración del gobierno un proyecto de Bases
Generales, donde se plantean cambios y adiciones, lo que indica un
retorno al PE.
Adicionalmente brindó datos sobre el estado del PE y la economía en su
conjunto. Manifestó que 767 empresas civiles aplican el
Perfeccionamiento, las cuales sumadas a las 77 de las FAR representan el
32,0% del total de las existentes en el país. El porcentaje es bajo, si
se tiene en cuenta que el proceso de aplicación data de casi 8 años.
Asimismo, el 25,5% de los trabajadores participa en el sistema, cifra
relativamente reducida todavía. Sin embargo, las empresas que trabajan
con monedas convertibles sí tienen un peso elevado, pues aportan el
64,0% de las divisas.
Por otra parte, los niveles de productividad y salarios son más altos en
las empresas comprendidas en el PE que las del resto de la economía. La
productividad es de 10 923 pesos por trabajador frente a 6 533 de las
empresas no incorporadas al sistema. El salario medio mensual alcanza
487 pesos frente a 367; todo referido a cifras oficiales al cierre del
tercer trimestre del 2006.
El Coronel Pérez Betancourt señaló que el 38.0% del total de las
entidades del país trabajaron con pérdidas, mientras el 60,0% de las que
no están en el sistema registran auditorías con calificación de
deficiente o mal por el estado de la contabilidad, datos que reflejan el
estado calamitoso de la economía. Sobre los controles económicos
manifestó que se ha producido un retroceso, al respecto señaló "la
contabilidad sigue siendo el Talón de Aquiles del Perfeccionamiento".
Aunque puede afirmarse que el PE es un paso de avance, sin duda resulta
muy difícil progresar por ese camino sin que al mismo tiempo se
produzcan transformaciones macroeconómicas de importancia y sin eliminar
restricciones recientemente impuestas sobre la centralización de las
divisas y el derecho de las empresas de tomar decisiones acerca de los
contratos a firmar; regulaciones que las convierten en peleles de la
burocracia y los organismos centrales, con serias afectaciones a la
eficacia de la gestión.
En el plano macroeconómico la lista de los problemas a resolver es
imponente, como la anarquía existente con los precios y salarios, la
excesiva burocratización, la dualidad monetaria, la inmensa sobrecarga
de trabajadores en las empresas, que impide una eficiente organización
laboral, y el incremento de la productividad. En fin, se requiere la
liberación de las fuerzas productivas bloqueadas y la conducción del
país hacia una economía moderna y competitiva, que permita salarios
reales dignos para los trabajadores, que estimulen la laboriosidad y
posibiliten el despertar de las relevantes potencialidades productivas
existentes.
Sin desmeritar los esfuerzos del Coronel Pérez Betancourt y sus
colaboradores desde 1987, el Sistema de Perfeccionamiento Empresarial en
el mejor de los casos traerá relativas mejorías a la económica cubana,
pero no será una solución si este proceso no contempla cambios
integrales en todo el sistema económico nacional. Sólo será un balón de
oxígeno para un enfermo moribundo que necesita algo más para poder
levantarse y andar.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=8614-'
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