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Wednesday, March 08, 2006

Panico a la sociedad civil

Represión
Pánico a la sociedad civil

Si el problema es el 'dinero de Washington', ¿por qué se reprime también
a los que no reciben ni un centavo?

Eva González, Ciudad de La Habana
martes 7 de marzo de 2006

Los poderes de la prensa en la movilización de la opinión pública son
incuestionables. Es por eso que no se le puede subestimar como un
poderoso instrumento, cuando se trata de crear una campaña o un estado
de opinión en torno a un tema, cualquiera que sea.

El diario Juventud Rebelde ha publicado, en su edición del domingo 5 de
febrero de 2006, un extenso artículo con el título Nunca renunciaron a
subvertir la Revolución Cubana. Se trata de una entrevista al ex oficial
de operaciones clandestinas de la CIA, Philip Agee, quien laboró para
esa agencia desde 1957 hasta 1968. En la entrevista se abordan algunos
temas que resultan de especial interés para los tiempos que corren en
América Latina, especialmente para Venezuela y Cuba.

El motivo de preocupación que aquí nos mueve, es el modo en que se
manejan algunos términos que —a todas luces— están inquietando a la
cúpula gobernante cubana. Por absurdo que pueda parecer, en Cuba la
simple mención de la frase "sociedad civil", despierta resquemores y se
atribuye a actividades "contrarrevolucionarias" estrechamente vinculadas
con el enemigo externo, es decir, con el imperio.

Es así que a la "cándida" pregunta de la periodista: "¿Por qué le han
dado tanta importancia al tema de la llamada sociedad civil?", el
entrevistado responde que "ese es, quizá, el aspecto más importante de
la política exterior de Estados Unidos en la actualidad", y ejemplifica
con los procesos ocurridos en las repúblicas ex soviéticas, los que
—asegura— fueron financiados por Estados Unidos a través de
organizaciones de la sociedad civil.

El señor Agee explica que la CIA tenía el problema de encubrir o
justificar los fondos destinados a sus beneficiarios en diferentes
regiones del orbe, de ahí que estableció relaciones con ciertas
fundaciones norteamericanas para canalizar esos fondos hacia el exterior
e igualmente "creó una red de fundaciones suyas que a veces no eran más
que entidades de papel manejadas por abogados contratados por la Agencia".

Esos fondos —dice— estaban destinados a partidos políticos y otras
instituciones de la sociedad civil que favorecían intereses
norteamericanos, "sobre todo la agenda neoliberal de privatización,
desregulación, supresión de sindicatos, reducción de servicios sociales,
eliminación de aranceles y libre acceso al mercado", mecanismo que no es
más que "un instrumento de la política exterior del gobierno
estadounidense".

La teoría de la 'nación en guerra'

A continuación analiza el caso de Venezuela, país en el cual la Agencia
para el Desarrollo Internacional (AID) ha extendido "contratos dirigidos
a Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que trabajan contra la
Revolución Bolivariana", lo que demuestra que hay un financiamiento del
gobierno estadounidense para "crear una oposición desde la sociedad
civil", ahora dirigido fundamentalmente a lograr revertir el proceso
bolivariano en las elecciones de este año.

Después de esta amplia disertación, en la que abundan las cifras, la
periodista interviene, para traer la atención de su entrevistado al caso
Cuba. Aquí es cuando se extiende el ex oficial de la CIA y asegura que
en el año 2005, la programación de fondos para nuestro país "incluía 17
operaciones que totalizaban fondos millonarios —unos 2.365.000 dólares—
destinados, por ejemplo, a las 'Bibliotecas Libres o Independientes',
los 'Sindicalistas Independientes' y hasta una organización de 'mujeres
independientes'".

Todas estas actividades, da por sentado Agee, fomentan la disidencia
política en Cuba, y más adelante repite el viejo discurso del gobierno
cubano de que "Cuba es una nación en guerra y ha sido así desde 1959".

Un lector incauto puede caer fácilmente en la tentación de creer que
toda sociedad civil encierra la intención "contrarrevolucionaria" de
subvertir el orden en Cuba y está formada por "elementos al servicio de
la CIA". O, como también suele decirse en los medios oficialistas, "por
mercenarios traidores a la patria".

El discurso utilizado en el artículo de marras es en extremo peligroso
al pretender desvirtuar el verdadero sentido de lo que significa
sociedad civil y al crear un estado de opinión hostil hacia toda
alternativa civil no gubernamental. Esto incluye a algunos grupos de
ciudadanos que —sin recibir fondo alguno de la CIA— se dedican a
fomentar, de manera pacífica, el desarrollo del pensamiento
independiente en la Isla.

Sin embargo, la sociedad civil es un espacio amplio de organización
ciudadana para la participación en los asuntos políticos, económicos y
sociales de su interés. Respetando la pluralidad y la diferencia, tiene
carácter autónomo e independiente del Estado y constituye un instrumento
valioso para el desarrollo social.

Pie forzado para la represión

Justamente la sociedad civil desempeñó un importante papel en los
cambios que llevaron a la toma del poder revolucionario en 1959 y hoy
sigue demostrando su utilidad y validez en las transformaciones sociales
que han conducido al auge de los movimientos de izquierda latinoamericanos.

Al margen de las innegables "maniobras" del gobierno de Estados Unidos
para intervenir en los asuntos nacionales de los países de América
Latina, del financiamiento a determinados grupos políticos y de promover
la oposición a gobiernos que no resulten gratos a los intereses
norteamericanos en la región, resulta tan irresponsable la actitud de la
periodista de Juventud Rebelde y de su entrevistado como la del gobierno
que impulsa ese tipo de "informaciones" tendientes a tergiversar,
confundir y crear desconfianza entre los cubanos comunes que no tienen
acceso a otras fuentes para conocer cuánto de verdad o de falsedad se
esconde en las intenciones y en las palabras.

Resulta escandalosamente evidente que se trata de un pie forzado para
justificar cualquier acción represiva contra todos los elementos de la
oposición que trabajan por la democracia en Cuba, tanto los que podrían
recibir ayuda económica del gobierno norteamericano como los que no
cobran un centavo.

Al mismo tiempo, se siembra el temor en toda la población, con el fin de
que los inconformes se abstengan de incorporarse activamente a los
círculos de pensamiento que escapan a los controles del Estado. Estos
últimos, justamente, son los más peligrosos para el régimen.

El gobierno cubano conoce del descontento de sectores cada vez más
amplios de la sociedad y del despertar de un pensamiento cívico
emergente; como conoce de la fatiga ideológica del régimen y de su
incapacidad para sostenerse en el poder indefinidamente. Los cambios se
avecinan para Cuba, independientemente de la voluntad del Estado, lo que
torna peligroso el ejercicio del pensamiento y la opinión alternativos.

La violencia selectiva, ejercida desde el poder contra ese tipo de
pensamiento, es el último recurso del gobierno para evitar lo
inevitable. El retorno de los despreciables mítines de repudio es un
indicador de la voluntad oficial de reprimir cualquier asomo de
libertades civiles: le resulta imperativo que la población no pierda el
miedo.

Son los ciudadanos que llaman al diálogo, a la resistencia cívica, a la
transición pacífica y a la reconciliación, los enemigos a los que ahora
quiere conjurar el gobierno. Son los que se resisten a obedecer, con la
voluntad de transformar este país en un espacio para todos los cubanos,
con respeto a las diferencias, con derechos y responsabilidades, sin
injerencias extranjeras, sin servilismo (ni a Estados Unidos u otra
nación, ni a Castro), los que hoy corren el riesgo de ser falazmente
acusados por "la nación en guerra" de "estar al servicio de una potencia
enemiga".

Es preciso que la opinión pública internacional se mantenga al tanto de
estas maniobras del régimen, dueño de todo el poder en Cuba, destinadas
a soliviantar el sentido nacionalista de los cubanos. Es necesario que
las sociedades libres condenen esta nueva y solapada campaña para
justificar y desatar la violencia de los cubanos entre sí y contra
quienes tienen la valentía de hacer valer los derechos de todos.

URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro_en_la_red/cuba/articulos/panico_a_la_sociedad_civil

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