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Monday, March 20, 2006

La leche el queso la papa y el noticiero

SOCIEDAD
La leche, el queso, la papa y el noticiero

Juan González Febles

LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org) - Durante décadas, casi desde
que fuera racionada, la leche encontró vías para su consumo. Aunque
limitada a niños menores de siete años, ancianos y pacientes afectados
de ciertas dolencias, la leche encontró su camino hacia la familia cubana.

Vendida primero a veinte pesos y luego a veinticinco, fue uno de los
renglones más estables del mercado negro. Esto, tanto desde el punto de
vista de la oferta como de la demanda.

Todo se hizo posible gracias a un eficiente casting gubernamental que
actuó en concierto armónico con los irregulares de siempre. En el
casting, bueno es decirlo, se destacaron civiles y militares. Sin
quererlo, dejaron demostrado que la leche existe. Que se puede ser un
poco más flexible -por no decir humano- y ampliar la distribución de
este producto a la población.

En aquellos momentos se ofertaba en los agromercados queso blanco. Ese
queso, hecho por cuentapropistas, contó con una calidad (textura, sabor,
etc.) aceptable. Su precio, aunque alto, fue asequible para muchos
estómagos hambrientos.

Luego del destape del episodio de corrupción en la Unión Láctea, las
cosas no cambiaron. El caso le costó y le sigue costando caro a la joven
abogada Niurka Brito, que lo denunció. Entonces fue que se perdió la
leche y por supuesto el queso.

Cualquiera podría pensar que con el fin del desvío de las toneladas de
leche que "escapaban" al control del estado, el pueblo tendría algún
beneficio. Pero no ha sido así. La leche desviada tomó una vereda oculta
y trascendental.

Ha quedado claro, que al menos en la escasez de leche y su draconiana
política de racionamiento, hay perfidia por parte del gobierno. El
pueblo no les importa.

El destino de las toneladas de leche en polvo que ya no comercializa el
mercado negro es un enigma. Podría ser cualquier oscuro rincón del
mundo, o quizás las reservas estratégicas de las fuerzas armadas, o sabe
Dios qué.

El hecho es que nuestros niños y en fin, nuestra gente, no toma leche y
que la leche existe. Dictadura totalitaria al fin, no está obligada a
rendirle cuentas al pueblo sobre éste, o cualquier otro asunto. Los
mandarines y su tambor mayor están determinados a callar, al menos sobre
este asunto.

Ah, lo olvidaba. El noticiero de la televisión oficial mostró campos
interminables de una fructífera cosecha de papa. Parece que se trata de
otro éxito de pantalla, sin repercusión en las cocinas de los hogares
cubanos. Se quedó en bla bla bla.

Las papas de la familia cubana siguen dentro de la pantalla del
televisor, cerca de la Mesa Redonda. Algún humorista comenta que las
quieren para guarnición de discursos. Esperemos que no corra el destino
incierto de la leche en polvo.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/mar06/19a8.htm

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