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Wednesday, March 08, 2006

La Argentina no condenaria a Cuba

Miércoles 8 de Marzo de 2006
Derechos humanos: votaría por la abstención, como viene haciéndolo desde
2003

La Argentina no condenaría a Cuba

"Todavía no conocemos la resolución, pero nada indica que vaya a haber
cambios", dijeron a LA NACION en la Cancillería

A menos de una semana del comienzo de las sesiones de la Comisión de
Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en
Ginebra, "nada indica" que la Argentina "vaya a cambiar su posición
sobre Cuba", según confió a LA NACION una fuente de la Cancillería,
pero, agregó, "todavía no conocemos la resolución".

En caso de mantener la tendencia inaugurada por Eduardo Duhalde en 2003,
Néstor Kirchner se inclinaría, entonces, por la abstención, como ha
sucedido en 2004 y 2005. Anteriormente, Carlos Menem y Fernando de la
Rúa habían coincidido en condenar al régimen de Fidel Castro.

En esta ocasión, el canciller Jorge Taiana, ex secretario ejecutivo de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tendrá a su
cargo, por primera vez, ejecutar y fundamentar la decisión presidencial.

En Ginebra, la relatora especial de la ONU para Cuba, Christine Chanet,
denunció que ha habido "nuevas detenciones y condenas" de disidentes, lo
cual consta, dijo, en el informe que entregó a la Comisión. "Varios
periodistas y parlamentarios europeos fueron expulsados de la isla en
mayo de 2005", señala.

Sin ir tan lejos, el escritor y periodista argentino José Ignacio García
Hamilton sufrió en carne propia, el 18 de febrero pasado, las
consecuencias de un virtual endurecimiento de las autoridades cubanas, a
pesar de que tenía en regla su pasaporte y su visa: en el aeropuerto de
La Habana, acompañado por su mujer, Graciela Gass, debió abordar el
mismo avión en el que había arribado. "Su señora puede pasar, pero usted
tiene prohibida la entrada en el país -obtuvo como respuesta de un
funcionario de migraciones-. Sólo cumplo órdenes", le dijo.

En el avión de regreso, el autor de las biografías noveladas de Juan
Bautista Alberdi ("Vida de un ausente"), Domingo Faustino Sarmiento
("Cuyano alborotador"), José de San Martín ("Don José") y Simón Bolívar
("Simón"), entre otros títulos, coincidió, "de casualidad", con el
embajador argentino en Cuba, Darío Alessandro. Vanos fueron, también,
sus pedidos de explicaciones a las autoridades migratorias.

Después de permanecer unos días en Panamá, García Hamilton dijo ayer que
había agradecido al jefe de gabinete de la Cancillería, Agustín Colombo,
la preocupación de Taiana por su caso. En principio, el gobierno de Cuba
iba a responder esta semana el segundo pedido de explicaciones cursado
por la embajada en La Habana.

A pesar del embargo

En 2005, la Argentina no acompañó en Ginebra el proyecto de resolución
de los Estados Unidos que condenaba la violación de los derechos humanos
en la isla y promovía una inspección in situ.

Iba a estar a cargo de Chanet, especialista francesa que ha pedido en
varias ocasiones al régimen de Castro que mejorara el trato que dispensa
a los presos políticos y que derogara las penas contra periodistas,
académicos y activistas civiles que abogan por la libre expresión.

El proyecto era menos drástico que el presentado en 2004, sobre todo por
el magro resultado que había obtenido (22 votos contra 21 y 10
abstenciones; la argentina, entre ellas).

En defensa de la posición argentina, adoptada por Duhalde con la excusa
de una eventual coordinación diplomática con Lula, Kirchner dijo que "no
intervenimos en los asuntos internos de otros países".

Entonces, el pedido de la médica Hilda Molina de conocer a sus nietos en
la Argentina, aún irresuelto, abrió la posibilidad de que Kirchner
cambiara su posición. No cambió, sin embargo.

Desde sus comienzos, Kirchner buscó un equilibrio en la relación con
Cuba, resquebrajada desde que Castro acusó a De la Rúa de "lamer la bota
yanqui".

Pedidos no atendidos

En su informe, Chanet lamenta que las autoridades cubanas no hayan
respondido a sus pedidos de información sobre "la intensificación de la
represión" y advierte que "se incrementaron las denuncias de malos
tratos en las cárceles cubanas".

Consigna, también, que "el sufrimiento padecido por el pueblo cubano
como consecuencia del embargo [comercial, dispuesto por los Estados
Unidos] se ha agravado por las privaciones de los derechos humanos y las
libertades fundamentales que las autoridades cubanas están en
condiciones de levantar" e insta a Castro a promover el pluralismo y a
permitir el ingreso en la isla de organizaciones no gubernamentales.

En debate está en la ONU, a su vez, la creación del nuevo Consejo de
Derechos Humanos, de modo de evitar que gobiernos con prontuarios en la
materia sean los mismos que juzguen sobre esa materia, pero, mientras
tanto, la Argentina y los otros 52 miembros de la Comisión deberán
expresar desde el lunes su posición sobre varios países.

Entre ellos, el más sensible a los gobiernos latinoamericanos: Cuba,
ansioso por contrarrestar las acusaciones, como en 2005, con el patético
limbo legal de los presos de los Estados Unidos en Guantánamo (Cuba) y
en Abu Grahib (Irak) como consecuencia de su guerra contra el terrorismo.

Por Jorge Elías
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/politica/nota.asp?nota_id=786924
LA NACION 08.03.2006 Página 5 Política

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